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¿Te acuerdas de aquellos ladrillos que Nokia decía que servían para jugar? JÁ. ¿Y de esos primeros smartphones que morían de autonomía a la mínima? Ha llovido y rellovido desde entonces. Hoy jugar en el móvil está tirado para casi cualquiera.
Con unos pocos gigas de RAM y un procesador de gama media-alta se puede ejecutar prácticamente todo. Es verdad que los estudios siguen sin sacar ports de todos los juegos de consolas, pero no la realidad es que no nos podemos quejar.
El problema no es tanto el catálogo como sí la propia arquitectura del móvil. Hace dos décadas el asunto tenía que ver con el software; hoy con los controles y la ergonomía. Porque no me irás a comparar la comodidad de un DualShock o del propio ratón y teclado, con esa interfaz cutrilla del móvil.
Por suerte, en los últimos años han aparecido un montón de programas que resuelven el temita. Se los conoce como emuladores porque hacen precisamente eso: emular el móvil en el ordenador. Los hay de todos los colores; gratuitos, de pago, complejos, sencillos.
En este artículo te queremos hablar de un emulador centrado en juegos. Esto es, una herramienta que te va a permitir correr los títulos instalados en el móvil, pero directamente en el monitor de tu PC.
¿Y para qué querrías hacer eso? Bueno, hay algún que otro juego complicado de manejar con la pantalla táctil del smartphone. Para eso está BlueStacks, una auténtica bestia con la que podrás decir adiós a la mayor pega de los juegos para móviles.
Ellos mismos se definen como “la primera plataforma de juegos Android basada en la nube del mundo”. Dicho así no parece que tenga nada especial. Pero ¿y si te decimos que entre sus inversores están firmas como Samsung, Intel o Qualcomm?
La compañía fue fundada en 2009 por Emrys Manrique, un ingeniero tecnológico de la NASA, y desde entonces no ha dejado de crecer. Su secreto no ha sido otro que hacer las cosas bien. BlueStacks es hoy un emulador eficaz, ultracompatible y muy agradable de utilizar.
¿Por qué entonces no habías oído hablar de él? Lo cierto es que el tema de los emuladores de juegos Android siguen viéndose como programas para frikis y flipados de la tecnología, y no como lo que deberían ser. Pero ya vas a ver que es mucho más sencillo de lo que parece.
Lo más sencillo es que te vayas directamente a la web oficial y busques ahí el botón de descarga. Conseguirás un ejecutable para instalar BlueStacks sin mucho misterio. Eso sí, lo único que debes tener en cuenta es que el software pesa unos 500 MB.
Puede parecer mucho, no obstante es más bien poco para todo lo que te permite hacer en el ordenador. Dejando eso de lado, como cualquier programa, el emulador viene acompañado de unos requisitos. Nada loco para lo que se destila hoy en día:
Eso en lo que respecta a Windows. Si hablamos de Mac la cosa es bastante similar; versión Sierra 10.2 o superior, 4GB de RAM y 4GB de disco duro. Todo esto luego no tiene que ver con la fluidez con la que vayan los juegos.
Recuerda que son requisitos mínimos para que BlueStacks funcione. De ahí a que los FPS no bailen hay un trecho. Nos meteríamos ya más en asuntos de la tarjeta gráfica, y eso supone multiplicar el presupuesto.
No hay que hacerlo: fin. Puede que no lo hayamos dejado claro desde el principio, pero para utilizar BlueStacks no necesitas tu teléfono móvil (ni sus recursos ni su software conectándolo al PC). El emulador ya viene con la Google Play Store preinstalada.
Lo que sí vas a necesitar es una cuenta ya creada. Es decir, la que utilizas en tu smartphone. Como el inicio de sesión es automático, lo más seguro es que te hayas olvidado de ella. Prueba a tirar del clásico formulario “he olvidado mi contraseña”, a ver si así la recuperas.
En cuanto tengas BlueStacks corriendo en el ordenador podrás olvidarte por completo de tú móvil; el emulador tendrá instalado sus propios juegos dentro de tu memoria y solo compartirá datos en lo relativo a la cuenta de Google.
La primera forma de descargar juegos en BlueStacks ya la hemos mencionado: accedes a la Google Play Store desde el propio programa, navegas entre las categorías de la tienda y eliges los títulos que más te interesen. Pero la cosa no termina ahí.
El emulador cuenta igualmente con el “Centro de aplicaciones”, un hub con aplicaciones y juegos ya curados por el staff de desarrollo, que te permitirá ahorrar un montón de tiempo y conocer las tendencias que siguen los usuarios de BlueStacks.
Puedes acceder a dicho apartado desde la pestaña “Inicio”, en la parte inferior de la ventana. Eso sí, recuerda que siempre deberás mantener la cuenta de Google Play Store abierta, porque en algunos casos te va a redirigir ahí.
La alternativa restante es pillar directamente los archivos APK. Esto te va a permitir ejecutar títulos que, por el motivo que sea, ya no están en la tienda, así como versiones antiguas de aplicaciones venidas a menos.
BlueStacks ya viene preparada de antemano para ello. Al instalarse en el equipo se vincula automáticamente a todos los archivos APK. De manera que solo tienes que hacer doble click en el que quieras para empezar a disfrutarlo.
Aquí también hay un “pero”, y es que los juegos en APK que descargues deben ser compatibles con la versión de Android 7.1.2 Nougat. Es esa sobre la que corre BlueStacks en su última actualización. Ah, y no olvides ajustarte a la arquitectura x86.
No es solo jugar a Android desde el PC, es cómo se hace. Emuladores hay muchos pero muy pocos alcanzan el éxito del que estamos hablando. Es ahí, en las pequeñas diferencias, donde destaca este programa.
Prueba, acostúmbrate y guarda para siempre el móvil en el cajón. Se acabaron los días de sufrir por esos controles táctiles insufribles, Con BlueStacks a lo mejor hasta comienzas a ver con buenos ojos algunos juegos de grandes estudios que no terminaban de calarte.
