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Aunque al hablar de criptomonedas todo el mundo se va directamente hacia Satoshi Nakamoto, en realidad los orígenes de esta tecnología hay que buscarlos mucho más atrás. ¿Creías que ese pseudojaponés era el artífice de todo? Pues no.
Ya en los años 80 se produjeron varios intentos de digitalizar el dinero. Estos siempre iban enfocados a replicar el funcionamiento del sistema financiero tanto en materia de seguridad como de crecimiento.
Sin embargo, también desde el principio se contemplaba una premisa fundamental: el anonimato. Los avances tecnológicos a las puertas del World Wide Web moderno invitaban a soñar. Y cuando alguien sueña, lo hace a lo grande.
¿Si Internet permitía realizar trámites a distancia y manteniendo oculta la identidad, podría el dinero circular en un entorno descentralizado y autorregulable? La pregunta tiene bastante enjundia y todavía pasarían varias décadas hasta su resolución.
Por la red se recogen los primeros intentos de crear una divisa digital; proyectos que huelen a Bitcoin pero que son solo esquejes que revelan las intimidades más importantes del concepto final.
El más importante y antiguo es el del ingeniero David Chaum, quien creó en 1983 la moneda criptográfica eCash, para ponerla en práctica ya mejorada con Digicash doce años después. Otras ideas ni siquiera llegarían hasta ese punto.
Satoshi took previous technologies such as Hashcash, Digicash, Bitgold and rethought and improved them.
— ⋰ · ⋰ XNO ⋰ · ⋰ NOT YOUR SEED, NOT YOUR CRYPTO! (@FlavioG72) July 15, 2021
Colin took previous technologies such as Hashcash, Digicash, Bitgold, Bitcoin and rethought and improved them.
Technological improvement is continuous.#Nano ⋰ · ⋰ $Nano
Lo que sí fue creciendo era el interés académico. ¡La teoría decía que era posible! El problema estaba en las limitaciones técnicas de la época. Y ojo, no hablamos del pleistoceno, pero es que la blockchain juega en otra liga.
Ni siquiera la NSA de Estados Unidos, que publicaría en 1996 una guía práctica para crear dinero electrónico, tenía del todo claro cómo llevar a la realidad esas ecuaciones y propósitos.
Sí era posible construir un protocolo que asegurara el anonimato, pero no en las dimensiones que hoy conocemos. El texto quizás más influyente fue el de Wei Dai, creador de la librería criptográfica “crypto++”, y considerado padre de Nakamoto.
De su trabajo en torno a la “b-money” —otra moneda electrónica— derivaría la idea de Nick Szabo para el germen de la Prueba de Trabajo o PoW (por sus siglas en inglés). Pero todavía habría que esperar una década más.
¿Porqué el Bitcoin nació en 2009 y no antes? Hay que entender que las criptomonedas siempre han tenido una naturaleza reivindicativa. Es decir, que buscaban sustituir a los bancos y al sistema financiero y sus poderosos, con una “democracia definitiva”.
De ahí lo del anonimato y la descentralización. Así se hacía imposible el rastreo y control de las entidades tradicionales. Lo del momento de creación tiene que ver con eso y con la crisis.
La debacle de Lehman Brothers y todo lo que vino después dejó al sistema muy escuchimizado. Satoshi Nakamoto (o quienes estén detrás del pseudónimo), llevaban tiempo pudiendo lanzarse al vacío, pero prefirieron esperar a ese momento de debilidad.
El Bitcoin nacía como lo que era en aquel instante, un experimento con ínfulas de grandeza. Cumplía, no obstante, las características que el experto checo Jan Lansky definiría muchos años más tarde:
Nakamoto, que tenía mucha experiencia y llevaba años trabajando en su proyecto, haría realidad el sueño de muchos ingenieros el 31 de octubre de 2008. Fue ese día en el que se publicó el paper “Bitcoin P2P e-cash paper”, y es esa fecha la que sirve de aniversario.
A partir de ahí el resto es historia. El 12 de enero del año siguiente se realizaría la primera transacción en Bitcoin: 25 BTC que Nakamoto envió a su compañero Hal Finney. Y en octubre Martti Malmi crearía el primer exchange, el NewLibertyStandard.
Ese mismo 2009 ya había sido puesta en marcha la red peer-to-peer y el primer software de código abierto para crear nodos. El propio Nakamoto sería el primer minero de la historia al trabajar el conocido como “bloque génesis”.
¿Para que te hemos contado todo este rollo? Pues porque la primera criptomoneda que tienes que conocer es, evidentemente el Bitcoin. Ah, y porque de ella nacen todas las demás. Entiendes una y comprendes el resto.
En la actualidad no hay un consenso sobre cuántas divisas existen (depende de si se tienen en cuanta los tokens y todos los activos digitales. Statista apunta hacia las 5.913 a fecha de julio de 2021.
Mirando en la plataforma CoinMarketCap nos topamos con la sorpresa: hay más de 10.000 criptomonedas y siguen aumentando día a día.
Si tuviéramos que calcular el valor conjunto de todas ellas, nos costaría leer la cifra: 1.559.079.159.418 dólares (a fecha de mayo).
🔥 Top Tokens on FIRE Today 🔥
— CoinMarketCap (@CoinMarketCap) July 8, 2021
Catch them while they're hot!#CoinMarketCap #Crypto #Cryptocurrency #Bitcoin #Altcoin #DeFi #Dogecoin #Ethereum #Shibhttps://t.co/grF2h7Lb6j pic.twitter.com/S4KKdPA7fQ
De esta cantidad un 60% del valor correspondería únicamente al Bitcoin y el Ethereum. Pensarás: “pues entonces me limito a invertir en esas dos y listo”. Haciendo eso te estarías perdiendo muchas oportunidades.
No te pasas el día leyendo y escuchando noticias de este sector si fuera solo por esas dos divisas. De hecho, hay tres grandes grupos de criptomonedas que tienes que comprender antes de ponerte a estudiarlas:
Sujétate porque en este artículo vamos a tratar de enumerarte, al menos, las altcoins más relevantes. Desde la Dogecoin hasta Cardano y otros proyectos más o menos conocidos.
Esta es la divisa virtual de las divisas virtuales. Tanto su blockchain como su protocolo son las bases sobre las que se inspiran el resto de altcoins para ofrecer cosas distintas o mejoradas. En la actualidad el BTC tiene una capitalización de 549.094 millones de dólares.
Hay en circulación unos 18,7 millones de bitcoins frente a un suministro máximo de 21 millones. Se podría pensar que la moneda llegará pronto a su límite, pero el ritmo de su generación se reduce a la mitad cada cuatro años (unos 210.000 bloques).
A eso se le llama Halving, y permite que la divisa se revalorice evitando la depreciación. ¿Cómo se genera un bitcoin? A grandes rasgos, resolviendo un acertijo matemático de gran complejidad, que requiere de mucho procesamiento computacional.
Es el conocido como protocolo PoW (Proof of Work) por el que se pide al usuario una “prueba de trabajo” (el resultado del enigma) y después pasa a ser verificado por otros para reflejarlo en la blockchain.
Cuando hay muchos de estos asientos (o resoluciones), se unen para formar un bloque que pasa a la red. La blockchain aquí sería como un libro contable que reúne todas las operaciones hechas desde que existe la moneda.
¿Y cuál es la ecuación? Se trata de una secuencia alfanumérica, que además de contener información de la anterior operación (por eso es una cadena), incluye otros dígitos generados aleatoriamente en base a cálculos matemáticos.
After the most brutal series of negative difficulty adjustments in #Bitcoin´s history, hash rate seems to be stabilizing.
— 🇪🇸🇬🇧Gael Sánchez Smith🇪🇸🇬🇧 (@gaelsansmith) July 21, 2021
Bullish. pic.twitter.com/5w10u2e9lc
Quien lo resuelve primero se lleva una recompensa, que por otra parte va disminuyendo con cada Halving. En la actualidad el premio por resolver un bloque está en 6,25 bitcoins (unos 186.000 dólares). El problema es que se necesita, mucha, mucha capacidad de procesamiento.
La respuesta la pasan a validar otros usuarios y si todos están de acuerdo, se suma al bloque tras almacenarse temporalmente en una mempool (memoria). De ahí a la blockchain. Esto sucede aproximadamente cada 10 minutos, por lo que el tiempo para trabajar es muy ajustado.
Los bitcoins se almacenan en wallets digitales y se pueden comprar con dinero real en los exchanges (lugares de intercambio de moneda física y virtual) o en los mercados de intercambio como Coinbase y Binance.
¿Qué puedes adquirir con esta moneda? Pues prácticamente de todo. Desde videojuegos, pasando por ropa, productos de informática y electrónica, tarjetas regalo, libros y otras muchas cosas. Temporalmente hasta se pudo coches Tesla.
Elon Musk: “Most likely, Tesla would resume accepting #Bitcoin.” – The B Word Conference
— Bloqport (@Bloqport) July 21, 2021
Pero lo más interesante es que sirve para intercambiarla por otras criptomonedas, y que en ese proceso se generan comisiones que van a parar a las plataformas y los mineros. Muchos usan el BTC como valor refugio lejos del sistema financiero.
En 2015 apareció la primera versión alternativa del Bitcoin. Era el Ethereum, una criptomoneda (ether) con su propia blockchain, que en lugar de tener un propósito autoconclusivo (pagar con dinero) apuntaba hacia la creación de otros proyectos.
Es decir, que la idea de Vitalik Buterin, además de desbloquear lo que él veía como limitaciones del lenguaje de programación de Bitcoin (Turing), era crear una base de trabajo open source sobre la que otros ingenieros pudieran desarrollar sus propios proyectos de criptomonedas.
Pero ¿qué demonio es un Smart Contract? Pues son contratos virtuales entre dos partes que pueden firmarse sin necesidad de un intermediario (lo que viene siendo un notario). Los interesados no tienen por qué conocerse ni contactar de ninguna manera. Es automático.
Estos los pueden usar bancos, aseguradoras, y prácticamente cualquier tipo de empresa con grandes cargas burocráticas. Dejando estos contratos de lado, el Ethereum (ETH) también es capaz de albergar otras criptomonedas (tokens). Actualmente ya son más de 280.000.
¿Qué hace tan especial a esta moneda? Pues principalmente que aplica el Sharding, una técnica por la que la blockchain se divide en partes iguales y soberanas que realizan la misma función, y multiplican el componente escalable de la red.
Ya no hay una sola carretera, sino que hay miles paralelas. Con Ethereum 2.0 los usuarios no tienen que esperar para seguir un mismo sendero, y pueden recorrerlo a la vez. Eso ahorra mucho tiempo y toneladas de energía.
La segunda versión de la blockchain además sustituyó el protocolo PoW original por uno PoS (Proof of Staking), también conocido por Casper. Para minar ahora el usuario tiene que comprometer parte de su dinero; actualmente 32 ETH.
Estos quedan bloqueados hasta que se resuelve el enigma y se conforma el bloque. Pero es que además esos bloques se delegan proporcionalmente en función de la cantidad de monedas puestas.
Si has hecho stake del 10% del total, podrás validar el 10% de los nuevos bloques y obtener una recompensa acorde a ese esfuerzo. Pero no te emociones porque los validadores para cada bloque se escogen al azar.
Este proceso se reinicia cada 14 segundos, enlazando un eslabón de la cadena con el siguiente. La recompensa actual está en torno a los 5 ether por bloque creado (que luego se reparten, como ya hemos dicho).
No nos hemos olvidado de las DApps o aplicaciones descentralizadas. Son similares a los Smart Contracts, solo que no requieren un número fijo de participantes para ser creadas. Ah y estos softwares pueden servir para cualquier cosa, no solo las finanzas.
La capitalización hoy de Ehtereum es de 226.715 millones de dólares, y tiene un circulante de 116.786 millones de monedas. No existe límite de suministro porque las monedas se van quemando sin dejar rastro mediante Smart Contracts.
El Bitcoin sirve para pagar cosas y el Ethereum para crear contratos y aplicaciones, pero ambas criptomonedas son volátiles. Invertir en ellas supone un riesgo mucho mayor que hacerlo en la bolsa tradicional o cualquier otro activo.
¿Qué pasa si solo quiero proteger mi dinero? A esa pregunta respondió en 2014 Tether (USDT), la primera stablecoin. Esto quiere decir que es paritaria al valor del dólar y que su precio se mantiene estable en el tiempo.
Se podría decir que Tether es la versión del oro en el criptomercado. Los inversores compran Bitcoin o la divisa que quieren, y cambian parte de su wallet por USDT para protegerlo de la volatilidad. Cuando lo necesitan vuelven a recuperarlo.
Es tan importante su papel que, en la actualidad, están presentes en hasta un 80% de todas las transacciones de la moneda de Nakamoto. ¿Qué garantías ofrece? Esa pregunta es una de sus mayores debilidades por la falta de transparencia al respecto.
Tether hace uso del protocolo Omin, y de la tecnología Omni Layer, Pierce y Stellar. Con ello crea capas “simuladas” en las que se pueden hacer operaciones representativas de activos en cualquier criptomoneda. Es como un títere detrás del escenario que se adapta a todo.
Así, además de albergar valor, esta moneda sirve para enviar, intercambiar, canjear, pagar dividendos y hacer apuestas con tokens. Operas con tu dinero (paritario) pero transformado en criptomoneda.
¿Cómo se obtienen USDT? El usuario deposita dinero en Tether Limited, esta genera y acredita los tokens en la cuenta con relación 1:1 al deposito realizado. Si se quiere recuperar el dinero, la compañía destruye el USDT y envía el fiduciario de vuelta.
Tether tiene una capitalización de 61.925 millones de dólares y un circulante de 61.931 millones de monedas, sin límite de suministro.
Quien canjeaba también se hizo inversor. En 2017 el chino Chiangpeng Zhao decidió reforzar lo que iba a ser un Exchange más, con algo que lo cambiaría todo: su propio token.
Así nacía Binance, la que es hoy la casa de cambio de criptomonedas más grande del mundo.
Y así aparecía junto a un token que daba incentivos a sus usuarios para utilizar únicamente los servicios de dicho Exchange. ¿Para qué cambiar mi dinero por divisas en otro sitio si aquí además me ofrecen ventajas, descuentos y premios?
Binance Coin (BNB) se convirtió en el token de utilidad de la plataforma. Los inversores podían pasar por allí sin hacer uso de ellos, pero también tenían la posibilidad de acumular los que iban recibiendo con cada operación.
En un principio se crearon 200 millones de BNB, de los cuales la mitad ya habían sido vendidos durante la fase de crowdfunding del proyecto. Esta moneda comenzó utilizando la blockchain de Ethereum (ERC20), pero poco después migró a su propia red, la Binance Chain.
Eso no significa que la Binance Coin haya dejado de ser una divisa deflacionaria (le sucede lo mismo que al ETH, y por eso cada 3 meses elimina parte de su suministro. Así hasta alcanzar los 100 millones que se mantendrán fijos en el tiempo).
¿Cómo se minan BNB? En realidad no se puede. Esta moneda no utiliza un protocolo normal como podrían serlo PoW o PoS. Emplea un mecanismo de consenso llamado Byzantine Fault Tolerance (BFT) que regula automáticamente el flujo de divisas.
NEW POST 📢 Byzantine Fault Tolerance (BFT) - #cybersecurity #ransomware #malware #infosec https://t.co/yJzFdaJzsC pic.twitter.com/fRUJuS6TMd
— ✇ ⚪🛡 Cyb≡rMaterial ✪ (@cybermaterial_) July 21, 2021
Sí hay validadores que aseguran la red validando bloques, pero es el único punto en común de la red respecto al resto de criptomonedas. Si se usa Binance Coin es por los descuentos que ofrece en el pago de comisiones de transacciones con cualquier tipo de divisa.
El porcentaje base de comisión es del 0,1% y va variando en función del número de negociaciones y de la cantidad de BNB que se posea. A partir de ahí:
Binance Coin tiene una capitalización de unos 49.196 millones de dólares y un circulante de 168.137 monedas. No hay límite de suministro, tal y como sucede en Ethereum.
Al igual que otras muchas altcoins, Cardano fue creada por uno de los fundadores disconformes de Ethereum. Hablamos en este caso de Charles Hoskinson, quien abandonó el proyecto de Vitalik por no estar de acuerdo son sus fines de lucro.
Hoskinson creía que era posible una nueva generación de criptomonedas más eficientes, ágiles y seguras. Por eso creó su propia empresa crypto, IOHK, y empezó a trabajar en lo que poco después se convertiría en Cardano (ADA).
Este origen de carácter social (“una moneda creada por todos para todos”) es lo que diferencia a la moneda de las demás. Y es que todos los usuarios tienen el mismo voto para decidir qué cambios se realizan sobre el software.
Además, Cardano está respaldada y alimentada por un fuerte componente científico, que le dota de credibilidad y fiabilidad frente a otros proyectos. ¿Qué la diferencia de Ethereum? Si ignoramos la versión 2.0 de esa red, pues que cambia el PoW por PoS.
Pero esta prueba de participación no funciona exactamente igual que en ETH. Ouroboros, la mente pensante de Cardano, obliga a los usuarios a apalancar cierta cantidad de criptomonedas durante el proceso de minado. Hasta ahí todo bien.
Lo curioso es que ese porcentaje de divisas no da prioridad en la validación. Sí aumenta nuestra participación y las recompensas a obtener, pero no los nodos validadores, que se seleccionan de forma completamente aleatoria.
Además, Ouroboros no añade todos los bloques generados a la blockchain; solo introduce uno y rechaza el resto. Lo hace siguiendo dos medidas de tiempo: los slots, que duran 1 segundo, y los epoch (432.000 slots) que duran 5 días.
La red genera un bloque cada 20 segundos. Si el minero no valida en el slot y epoch correspondiente a esa ventana, tiene que esperar al siguiente proceso de selección aleatoria para participar.
Cardano tiene una capitalización de 37.824 millones de dólares y un circulante de 32.041 millones de divisas, con un límite de suministro de 45.000 millones.
Imagina poder realizar una transferencia internacional sin banco de por medio, sin necesidad de cambiar tus euros, por ejemplo, a los dólares del receptor en el proceso, y en pocos segundos. ¿Imposible? Eso es lo que permite XRP.
Si has oído hablar alguna vez de esta moneda, es probable que la hayas confundido en más de una ocasión con Ripple y RippleNet. Te lo aclaramos: XRP se ejecuta en la plataforma de pagos digitales RippleNet, que utiliza una base de datos de registro llamada XRP Ledger.
Tal y como explican desde CoinMarketCap, “aunque RippleNet está operada por una empresa llamada Ripple, XRP Ledger es de código abierto y no se basa en blockchain, sino en la base de datos de registro distribuido mencionada anteriormente”.
¿Y qué es exactamente RippleNet? A nivel técnico se le considera un RTGS, o sistema de liquidación bruta en tiempo real. Así, en el caso del principio, enviaríamos nuestros euros, se convertirían en XRP e inmediatamente después en dólares, hasta llegar al receptor.
Todo eso en un proceso que se estima inferior al segundo de duración. Ni el banco ni el mencionado receptor tiene necesidad de poseer ambas divisas para realizar la operación. XRP Ledger realiza esto cada 3-5 segundos.
Ahora bien, XRP no se puede minar. Se le suele llamar la “criptomoneda de los bancos” porque son ellos quienes manejan los nodos de la blockchain dando validez a las transacciones y la seguridad de la red.
Así, muchos de los bancos nacionales e internacionales utilizan la divisa para sus servicios digitales, ahorrando en el proceso muchísimo tiempo y complicaciones en materia de infraestructuras y fiabilidad.
XRP tiene una capitalización de 27.026 millones de dólares y un circulante de 46.265 monedas, con un tope de suministro fijado en los 100.000 millones.
Para muchos inversores USD Coin es la stablecoin realmente segura por la que apuestan para proteger su dinero de la volatilidad del mercado. ¿Y qué pasa con Tether? A diferencia de esa moneda, esta está respaldada siempre por una reserva fija.
Es decir, que detrás de cada criptomoneda hay siempre un dólar estadounidense que garantiza la paridad 1:1. Este fondo está formado tanto por efectivo como por bonos del Tesoro de Estados Unidos a corto plazo.
The Centre, la empresa detrás de la divisa asegura de esa forma que la USDC la emiten instituciones financieras reguladas. Y de un plumazo, por tanto, se acaba con la falta de transparencia y fiabilidad que arrastra USDT.
Todo ello permite a USD Coin convertirse en una alternativa del dinero fiat mucho más real y tangible que el Bitcoin y el resto de criptomonedas. Pensemos que si la divisa es paritaria, los usuarios pueden utilizarla en sustitución de su dinero físico, sin miedo a perder valor.
En el proceso se estarían beneficiando de la tecnología de este mercado. Para empezar no necesitarían una cuenta bancaria para poseerlas, y para seguir podrían enviarlas a todo el mundo en pocos minutos y sin apenas comisiones.
A las empresas, además, les resulta mucho más sencillo aceptar el pago en USDC que en cualquier otra criptomoneda porque con ello no asumen ningún riesgo. Solo hay que ver lo que le sucedió a Elon Musk y Tesla con el Bitcoin para entenderlo.
USD Coin tiene una capitalización de 26.894 millones de dólares y un suministro circulante de 26.885 monedas. Al igual que Tether, no necesita fijar un límite porque no hay ni protocolo ni minería.
Se la conoce como la “criptomoneda del meme” porque lleva como imagen corporativa el famoso Shiba Inu protagonista de varios de los memes más famosos de la última década. Más allá de eso, la Dogecoin (DOGE) no es más que una versión alternativa de Litecoin.
Billy Markus y Jackson Palmer decidieron apoyarse en la tecnología que mueve las LTC porque consideraban que era la más interesante por aquel entonces (2013) para mejorar la siempre problemática latencia del Bitcoin.
El potencial de su moneda no sería tanto el concepto original o un propósito especial, sino su componente lúdico y hasta casi “antisistema”. Y es que, en un principio quien invertía en DOGE miraba despectivamente a este mercado como un sistema absurdo.
Dogecoin is a true Musk-have!
— The Moon (@TheMoonCarl) July 21, 2021
Por eso no sorprende que la criptomoneda del meme sea una de las que más tirón tiene entre los usuarios de Reddit, y que haya protagonizado más de un escándalo inflacionario promovido por los tuits de Elon Musk.
¿Qué hace especial a LTC y por tanto a DOGE? Pues que está pensada para transacciones de mucho menos valor que el Bitcoin, y por eso puede ser fraccionada en cantidades de hasta 8 decimales. Estas dimensiones la convierten en gasolina para los usuarios de las redes sociales.
Dogecoin apuesta por un protocolo PoW llamado Scrypt que, no solo funciona mucho más rápido que la blockchain de Nakamoto, sino que además permite la participación con mucha menos potencia computacional.
Cualquier usuario con un Mac o un PC Windows puede minar la moneda desde casa. Sin necesidad de grandes polls ni equipos específicos. De ahí que normalmente se utilice como propina en Reddit y Twitter para recompensar la creación de contenido de calidad.
Dogecoin tiene una capitalización de 25.174 millones de dólares, y un suministro circulante de 130.541 millones de divisas. No hay límite de emisión, por lo que siempre será deflacionaria.
Se la puede considerar la “blockchain de las blockchains”. Si Bitcoin está pensada para comprar cosas, Ethereum para generar Smart Contracts y Tether para almacenar valor, Polkadot tiene como objetivo interconectar todas las redes.
O lo que es lo mismo, no tiene ninguna aplicación inherente, sino que solo sirve para facilitarle el trabajo al resto de criptomonedas. “Facilita la transferencia entre cadenas de cualquier tipo de datos o activos, no solo tokens”, indica CoinMarketCap.
Esto lo consigue mediante el Sharding, el mismo sistema de fragmentación que utiliza Ethereum para ser escalable, pero aquí con su propia finalidad. Y para ello echa mano de una serie de componentes; un núcleo central, otros jerarquizados y elementos de unión entre ellos.
La gracia del sistema es que como las parachains están conectadas entre sí, cuando otra critpomoneda se conecta a una de esas subcadenas con un puente, también está contactando directamente con el resto de divisas que están enganchadas en la misma parachain o en otras.
Y así es como se consigue que todas las blockchains del mercado puedan intercambiar assets independientemente de las diferencias en sus arquitecturas. Esto, siempre hablando de Polkadtot. ¿Qué hay de su token?
DOT tiene dos funciones: ofrecer gobernanza de red y operaciones, permitir la creación de parachains mediante la adhesión. Esta moneda está regulada por una versión alternativa de la prueba de valor llamada NPoS (Nominated Proof of Stake).
Los validadores stakean nodos, validan las pruebas de los clasificadores y participan en el consenso de otros validadores. Estos trabajan con la información que les dan los mencionados collators, quienes se llevan un porcentaje de las ganancias de cada bloque.
Al mismo tiempo trabajan los nominadores, encargados de seleccionar a los validadores (cada uno elige hasta 16 en función de su inversión) y los nodos de stakeo. Todo este sistema lo aseguran los pescadores, que vigilan, corrigen errores y ganan recompensas en el proceso.
Polkadot tiene una capitalización de mercado de 12.154 millones de dólares y un suministro circulante de 977.377 millones de DOT. Igual que Ethereum, no tiene límite de emisión.
Con la base de usuarios que tiene Binance ¿creías que se iba a quedar fuera del jugoso mercado de las stablecoins? La respuesta a esa pregunta es Binance USD, la versión propia de USDT o USDC de la famosa exchange (en colaboración con Paxos).
Como el resto de divisas de este tipo, su valor es paritario 1:1 con el dólar estadounidense. En su caso cuenta con la aprobación y regulación del Departamento de Servicios Financieros de Nueva York (NYFDS), quien realiza una auditoría y presenta un reporte mensual público.
¿Por qué utilizar BUSD y no otra altcoin? Pues es bien sencillo: si ya estás en Binance y posees BNB, apostar por esta divisa te ahorra tiempo y ofrece ventajas y beneficios exclusivos. Esta te puede servir para:
Puedes comprar estos tokens con tu moneda local y sin comisiones en Binance P2P. Eso por no contar que suscribiendo los ahorros que tengas a Binance Saving, podrías obtener hasta un 8,50% de ganancia anual en intereses.
Vamos, que el exchange ha creado todo un ecosistema cerrado de servicios para que no tengas que salir de él en ningún momento.
Binance USD tiene una capitalización de 11.345 millones de dólares y un circulante de 11.341 millones de BUSD. Como buena stablecoin que es, no dispone de límite de suministro.
A medida que pasan los años van apareciendo derivadas de derivadas de la idea original. Ethereum se considera la matriz de ese fenómeno, pero de ella también han surgido otras divisas ramificadas.
Ese es el caso de TRON, la criptomoneda basada en Ethereum y especializada en el intercambio descentralizado de contenidos de entretenimiento (posee la famosa BitTorrent, por ejemplo. De su tecnología nace Dejave (DJV).
Esta moneda es el token propio de la empresa traveltech india Nandodejave, y sirve tanto para contratar sus viajes y tours como para comprar automóviles y mobiliario doméstico, entre otras cosas, con beneficios exclusivos.
Además, como token que es, se puede intercambiar con el resto de divisas para generar beneficios en el mercado. El protocolo de Dejave es DPoS (Delegated Proof of Stake), uno que mejora las velocidades de Bitcoin y Ethereum y que garantiza la escalabilidad.
Funciona igual que un PoS normal, solo que aquí no solo se tiene en cuenta el stakeo para decidir el nodo ganador de cada bloque. Hay otras muchas reglas de votación que se van ajustando con el paso del tiempo.
Quien no sale elegido como delegado o representante (ganador) también recibe una recompensa, pero más reducida y alineada con su participación. Solo hay una de estas figuras por bloque.
Dejave tiene una capitalización de 930.984 dólares y un circulante de 2635 DJV, con un límite de suministro de 30.000 monedas.
Tal y como le ha sucedido a Ethereum con sus debilidades y sus alternativas posteriores, las DeFi (finanzas descentralizadas) también se han encontrado con rivales mejoradas que aprendían de sus errores.
En su caso fueron las altísimas comisiones a las que tenían que hacer frente los inversores, lo que animó a unos ingenieros a crear las CrossFi (financiación cruzada). Y en ella han nacido ya diversas tecnologías, entre las cuales está Mineplex.
Esta blockchain, definida como “una nueva generación criptobancaria para móviles”, está formada por dos tokens distintos: MINE y PLEX.
Se entregan PLEX equivalentes al 20% de los MINE conseguidos con fondos invertidos, y eso sirve como incentivo para seguir participando en la plataforma. Esas divisas después pueden convertirse a dólar o a MINE.
Mineplex evita la volatilidad de otras monedas organizando ciclos de 7 días de duración para repartir estas recompensas. Y a ello le acompaña el protocolo LPoS (Leased Proof of Stake). ¿Cómo funciona?
En lugar de stakear fondos, el usuario los presta (leasing). Esto quiere decir que sus monedas no quedan bloqueadas durante el minado, y que puede disponer de ellas en cualquier momento.
Cada nodo participa en la validación a través de un sorteo y gana el que tenga más criptomonedas (nada nuevo por aquí). Quien gana se lleva la parte proporcional que distribuirá entre sus leasers.
Todo esto se opera desde la blockchain de Tezos, que a su vez es una versión de la siempre ominpresente Ethereum. Lo interesante, no obstante, de Mineplex es cómo materializa toda esta ingeniería.
Aquí nos topamos con Cryptobank MinePlex, “una aplicación móvil en la que se ofrecen servicios bancarios completos”, apuntan desde CoinMarketCap. Se complementa con wallet propia (crypto wallet) y con tarjetas de crédito (crypto cards).
PLEX es compatible con VISA, Mastercard y Unionpay. Vamos, que puedes sincronizar tu tarjeta con la divisa, y pagar de forma normal con ella en cualquier establecimiento, o sacar dinero desde todos los cajeros del mundo.
Tanto la capitalización como el circulante de Mineplex se desconoce (por las dificultades de medición al haber dos tokens paralelos), pero se sabe que tiene un suministro máximo de 414.720 millones de PLEX.
Ni siquiera los equipos de futbol y las empresas deportivas se han podido resistir al potencial económico de las criptomonedas. Eso fue justo lo que supo anticipar Alexandre Dreyfus para saltar del póquer online al fenómeno Fan Tokens con Socios.com.
Esta no es otra cosa que una plataforma de apoyo en la que los fans de equipos de fútbol pueden interactuar con los clubes y tomar algunas decisiones por votación. ¿Qué da gasolina a todo eso? Exacto, el token Chiliz (CHZ).
Desde decidir cómo será la próxima equipación hasta participar en el proceso creativo de un mural para el vestuario del estadio; ya son más de 20 equipos (entre ellos el Barcelona y el Valencia) los que están dentro de este negocio.
El usuario compra el token personalizado de su equipo (que no deja de ser una conversión de CHZ) y elige en qué proceso quiere participar. Hay desde votaciones hasta encuestas, exámenes y foros.
“A los poseedores de tokens se les confían asuntos como el diseño de las camisetas, el entretenimiento en el estadio, etc. Los Fan Tokens también dan acceso a los aficionados a eventos especiales, contenidos exclusivos, recompensas y merchandising, y actúan como tarjetas de socio”.
Con esta idea de negocio los clubes participantes ya han podido ganar unos 25 millones de euros. No es extraño que selecciones como la argentina o la portuguesa también estén en el ajo, y que España esté a las puertas de dar el salto.
Chiliz tiene una capitalización de 1.300 millones de dólares y un circulante de 5,8 billones de CHZ. Eso quiere decir que está ya muy cerca de su suministro tope fijado en los 8,8 billones.
Algunas buscan la sosteniblidad, otras la transparencia, y la mayoría el beneficio económico más puro y duro. Celo se distancia del resto de altcoins por buscar algo más, por fijarse como meta la solidaridad.
Esta divisa está respaldada por ONG, multinacionales y Gobiernos interesados en la democratización de las finanzas. El token persigue convertir el smartphone en la herramienta de acceso a los servicios financieros.
Claro, que, para eso es necesario que haya de por medio una blockchain y ciertos protocolos y consensos. Pero antes de entrar a explicar eso, hay que dejar claro una cosa: Celo es una stablecoin.
Eso quiere decir que es paritaria con el la moneda fiat de referencia y que no sigue la volatilidad del mercado (no al menos con su token principal). Para lograrlo, a diferencia de Tether y sus homónimas, prescinde de las autoridades.
Vamos, que no tiene un respaldo oficial de organismos financieros. Para dar garantías a los inversores emplea una reserva (Celo Reserve) formada por más de 400 millones de dólares en Bitcoin, Ehtereum, CELO y Dai.
Este acoge cualquier material y valor estable del mercado y lo permite convivir en un sistema autorregulado con variaciones propias. Si el valor de la reserva baja mucho, el protocolo vende fondos y compra Celo Dólar (cUSD)
Dicho token es el que hace de valor refugio junto al Celo Euro. CELO, el token de la app, sirve para intercambiar servicios, comprar cosas y acceder a distintas prestaciones. Además de para conseguir otras criptomonedas claro.
Todo ello funciona con un protocolo PoS, en el que los números de teléfono se asocian a las direcciones cirptográficas. Los titulares bloquean CELO para votar y elegir a grupos de 100 validadores.
Los nodos se reparten proporcionalmente en función de los votos conseguidos. ¿Quién gana recompensas? Tanto los validadores como los votantes. Luego se guarda un porcentaje para la reserva y otras cuestiones.
La wallet permite el pago de comisiones en la misma moneda de la transacción y los requisitos para acceder a la red son mínimos gracias a un cliente ultraligero. Recuerda que esto es para las personas que no tienen acceso a bancos.
CELO tiene una capitalización de 23 millones de dólares, con 266 millones de tokens en circulación y un límite de suministro de 1.000 millones de divisas.
Considerada como la criptomoneda que acabará con Ethereum, la red de Solana nació en 2020 con una promesa clara de vanguardia y velocidad sobre lo creado por Butarin. En pocos meses ya ha superado a Dodgecoin como séptima divisa.
SOL, el token de Solana, es hoy la gasolina que alimenta una de las grandes apuestas para el futuro de la comunidad de desarrolladores DeFi y artistas de NFT. La blockchain soporta además pagos, stablecoins y apps de envoltorio.
¿Cuál es el secreto de su crecimiento? Para superar a Ethereum, esta red apuesta por un consenso híbrido. Hace uso del PoS con una metodología clásica, y refuerza la validación de cada bloque con un añadido único: el Proof of History o PoH.
Esto, lejos de ser un protocolo al uso, es un refuerzo de objetividad que acelera el proceso de minado geométricamente. Propone un hash de cadena que registra cada entrada y salida de forma secuencial y ordenada.
Los mineros no registran la fecha y hora de creación del bloque en base a su uso horario, sino que se basan en esta referencia global determinada por un tiempo fijo de generación. La validación de los nodos no requieren así de coordinación.
De esta manera Solana es capaz de procesar hasta 50.000 transacciones por segundo, en comparación a las 15 de Ethereum. Genera bloques a una velocidad de 400 milisegundos.
Los token SOL valen para hacer stakeo en la propia red e intercambiarlos por otras criptomonedas. La blockchain ampara a su vez el desarrollo de DeFi, NFT, videojuegos y hasta loterías descentralizadas.
Hay 297,1 millones de SOL circulando, con un valor por unidad de 144 dólares. La capitalización de mercado es de 43.500 millones de dólares.
Como ves, el mercado de las criptomonedas es inmenso y no deja de crecer día a día. Es verdad que casi todos los tokens siguen el rumbo marcado por Bitcoin, pero también cuentan con funcionamientos y objetivos distintos.
Lo mejor de este mercado es que no tienes por qué elegir una sola divisa. Es más, los inversores recomiendan diversificar para reducir el riesgo. Invierte sí, pero recuerda que “crypto” y volatilidad son sinónimos.
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