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Se puede pensar en Polkadot como la misma promesa que era la World Wide Web a finales de los años 80. La comparación no es caprichosa porque esta divisa popularizada el pasado 2020 también se escuda en una “red de redes”.
En este caso no hablamos de servidores ni de sitios web, sino de cadenas de blockchain. Conocida por las siglas de su token (DOT), la criptomoneda ideada por Gavin Wood ha desatado la locura por apuntar hacia una “blockchain de blockchains”.
Es decir, una arquitectura capaz de conectar este tipo de redes entre sí, haciendo sinergia con el resto de las criptomonedas y reforzando la seguridad de la industria de una forma equitativa y redistribuida.
Una autentica locura ¿verdad? Pues lo cierto es que la propuesta no empezó a hacer ruido a finales de 2020 y especialmente tras la primavera de 2021, cuando la famosa plataforma Coinbase Pro disparó la locura entre los inversores norteamericanos.
Así, el 15 de mayo alcanzaba su máximo histórico de 40,92 dólares por token, para después volver a estabilizarse en la zona de los 10-13 dólares. Sin embargo, el objetivo de sus impulsores ya se había cumplido: todos hablaban de ella.
Y pensarás: “bueno, hay otras muchas altcoins que también están haciendo ruido y quieren crecer”. Sí, tienes razón, pero es que Polkadot no es una divisa normal y corriente. Es la representante de la tecnología que podría aglutinar al resto de tecnologías.
El whitepaper del proyecto, presentado por primera vez en 2016 ya lo dejaba bien claro. “Polkadot es una multicadena heterogénea y escalable”. Parece un trabalenguas, pero es bastante sencillo de entender.
“A diferencia de aplicaciones anteriores de blockchain —centradas en ofrecer una única cadena con aplicaciones potenciales—, Polkadot está diseñado para no proporcionar ninguna funcionalidad de aplicación inherente”.
Visto desde fuera, sería una metatecnología autorreferencial. Vamos, que no está creada para generar bienes y servicios, sino para facilitarle el trabajo al resto de tecnologías, y que esas hagan lo mencionado.
¿Cómo lo consigue? Bueno, eso requiere una explicación algo más extensa que pasa por entender su origen y su funcionamiento interno.
No nos vamos a inventar nada. De hecho, es mejor apegarse a lo que dicen sus propios desarrolladores en la web oficial de la moneda. “Polkadot es un protocolo de red que permite transferir datos arbitrarios —no solo tokens— a través de blockchains”.
La definición no es aleatoria. Responde al convencimiento de su creador de poder mejorar toda la tecnología que rodeaba a Ethereum para hacerla más segura, escalable y eficiente. Y quién mejor para proponerse eso que uno de los padres de esa misma divisa.
En 2016 Gavin Wood, quien había formado parte del equipo original de desarrollo de Ethereum, incluso al mismo nivel de responsabilidad que el padre oficial del invento, Vitalik Buterin, decidió que no era suficiente.
Este desarrollador, gran responsable del lenguaje de programación que hoy usa Ethereum —Solidity—, tenía claro que había fallas importantes en el proyecto, y que la única forma de solucionarlos era partir desde cero y desde otro punto de inicio.
La idea pasaba por solucionar lo que él consideraba una de las grandes debilidades: la conexión de la blockchain de Ethereum con el resto de blockchains. ¿Va sonando la historia? Así decidió unirse a Marek Kotewicz y empezó a trabajar en lo que hoy es Polkadot.
Para octubre de ese año ya se tenía el documento de presentación y la gasolina financiera puesta por las compañías de ambos ingenieros. ¿Problema? Sus recursos eran limitados e insuficientes.
Por eso un año después se decidió lanzar una ICO (Initial Coin Offering) con la que se conseguirían nada menos que 143 millones de dólares. El porqué de ese método ya lo explicaremos en otro artículo.
De ellos, 90 quedarían poco después comprometidos por un hackeo en la red Ethereum, pero no impediría la distribución de las dos ramas principales de actividad de Polkadot:
Como inversor novel te podría interesar solo lo segundo, pero es el primer punto el que llama la atención de los inversores. “Polkadot puede transferir estos datos a través de blockchains públicas, abiertas y sin permisos, así como de blockchains privadas y con permisos”.
En una aplicación real, la tecnología podría, por ejemplo, servir de puente entre un centro académico y una escuela autorizada, para que la primera le enviara sus datos (privados) en forma de Smart Contracts.
• #Polkadot network will be used to develop dapps for #Facebook
— adomas (@BigAdomas) July 18, 2021
• Next month millions of #DOT will be getting locked for 2 years in parachain auctions
• #DOT is currently ~75% down from ath pic.twitter.com/FqMjhSWiyP
Para construir una red de comunicación y transporte entre ciudades se necesitan carreteras, puentes, túneles y otros elementos arquitectónicos. Eso mismo es lo que utiliza Polkadot para funcionar, solo que aquí todas las urbes forman parte de un mismo distrito.
Cada una de esas ciudades recibe el nombre de parachains, y en la práctica son subcadenas con sus propias subredes y nodos, que forman en concordancia con el núcleo principal. A esto, dividir paquetes de datos en fragmentos más pequeños y manejables, se le llama Sharding.
Mediante esta técnica se dividen las bases de datos de forma horizontal, de manera que no se generan nuevas jerarquías, y los procesos pueden seguir operando de la misma forma, pero a menor coste y mayor velocidad.
De esta manera tenemos el ayuntamiento regional, la Relay Chain, donde confluyen los historiales de todos los parachains y se ejecutan Smart Contracts (“responsable de la seguridad compartida de la red, el consenso y la interoperabilidad entre cadenas”).
Y por otro las ya mencionadas parachains. “blockchains soberanas que pueden tener sus propios tokens y optimizar su funcionalidad para casos de uso específicos”. ¿Qué nos falta aquí? Estos elementos permitirían el funcionamiento de Polkadot como red autónoma.
Pero si buscamos una conexión con redes externas para cumplir eso de la transmisión de datos entre todas las cadenas del mercado, necesitamos nexos. En este caso hablamos de puentes o “Bridges”.
Como bien señala el sitio, estas construcciones “permiten que las parachains y los parathreads (parachains alternativas que no requieren conexión a Internet y operan mediante un modelo pay-as-you-go) se conecten y comuniquen con redes externas como Ethereum y Bitcoin”.
Y aquí viene la magia: como las parachains pueden conectarse entre sí, entonces las monedas vinculadas con Polkadot mediante puentes también. ¡Voi là! Ya están todas las monedas vinculadas sin comprometer la seguridad y reducir los tiempos de transacciones.
En principio solo la Relay Chain ofrece soporte nativo para los contratos inteligentes. Pero si la web dice que las parachains son soberanas, es porque hay cierto truco. En teoría, las subredes no deberían ni poder crear tokens ni aplicaciones descentralizadas.
¿Qué pasa? Pues que las benditas parachains son modulares. Piensa en muchos cubos de rubick pertenecientes a un mega cubo de rubick. Aunque por sí solos no podrían completar la cara del cubo principal, sí que tendrían miles de combinaciones para sumarse y hacerlo.
El tema aquí es que las parachains son tan modulares y configurables, que es posible adaptarlas hasta el punto de que ejecuten Smart Contracts si así se requiere. Esa subred en concreto quedaría paralizada para dicha tarea, pero el resto del sistema seguiría funcionando igual.
Así, podría haber dos subredes ejecutando estos contratos, por ejemplo, pero como las demás continuarían generando sus tokens y consumiendo sus recursos, Polkadot no se vería lastrada en ningún parámetro.
En Bloygo ya hemos hablado anteriormente tanto de PoS como de PoW y otras variantes del algoritmo de consenso. Polkadot ha adoptado una variante del primero, a la que se llama NPos (Nominated Proof of Stake).
Antes de entrar a explicarlo vamos a identificar bien quiénes participan en el proceso de generación de bloques:
Ahora sí podemos entrar en faena. Los validadores mueven la pana y lo hacen respaldados por tokens DOT ¿si no para qué iban a participar? Operan en grupos y se van turnando para añadir nuevos bloques a la cadena.
Lo que no sabíamos hasta ahora es que a estos validadores los nombran los nominadores. A cada uno les corresponde la elección de hasta 16 validadores, dependiendo de la cantidad de tokens que tengan (estos los traen ya en el bolsillo de casa).
No es una elección baladí, porque sus ganancias en DOT dependerán de lo que hagan sus validadores “apadrinados”. Así, en la práctica cuantos más tokens respaldan a un validador, más probabilidades hay de que sea nombrado “representante” del conjunto.
Cuando están todos, la red garantiza un reparto democrático y equitativo de las participaciones. Estos validadores cambian al final de cada Era. Polkadot es una pirámide perfecta repleta hasta los topes de seguridad.
When a Polkadot validator is slashed for any reason, the slashed amount is sent to the Polkadot Treasury. Also, a portion of each block's transaction fees goes to the Treasury, with the remainder going to the block author.
— Cryptodate (@cryptodate_spqr) September 7, 2020
Check out Polkadot wiki : https://t.co/vqAlotwhW6$DOT pic.twitter.com/eNMLFYPkBr
Nadie sabe qué será de ella, pero los planes del equipo de desarrollo es tener el sistema ya en pleno funcionamiento para este mismo 2021. Eso sí, su mismo concepto asegura un futuro como poco interesante.
Del Bitcoin sabemos que seguirá liderando las idas y venidas del mercado, y del Ethereum que seguirá perfeccionando sus contratos y sus aplicaciones. Pero ¿qué hay de Polkadot?
Jugar a la ruleta rusa es tan emocionante como peligroso. Así que, si estás pensando en invertir, precaución.
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