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Vivimos una realidad en la que padres nacidos en un ambiente mucho más analógico e hijos completamente “digitales”, se encuentran en la necesidad de compartir espacios y experiencias. Si hablamos de aprovechar el tiempo en casa, los videojuegos son una herramienta ideal para encontrarnos.
Casi sin darnos cuenta Internet se ha convertido en una necesidad en cualquier hogar: mientras un hermano ve una serie en Netflix, la madre hace una videollamada, o el padre e hijo juegan a un título online. Contar con la mejor conexión en términos de velocidad y estabilidad se hace cada vez más importante, pero también lo es saber darle valor a los recursos que tenemos.
Los videojuegos no solo son un gran divertimento, son una gran experiencia artística que podemos aprovechar, dándole valor a un trabajo fotográfico, musical, de guión, o diseño de escenarios. Pero es para todos una responsabilidad no convertirlo en una adicción y disfrutarlo como se merece:
¿No conoces el sistema PEGI? Utilizando etiquetas se informa a padres y tutores de qué juegos son aptos para todos los públicos. A la hora de adquirirlo queda claro la categoría de edad recomendada para ese título, por lo que podrás realizar una compra responsable.
Además de la clasificación por edades, hay etiquetas que describen los contenidos que vamos a encontrar en el juego: drogas, miedo, sexo, violencia, compras dentro del juego, etc. Detrás de este mecanismo de regulación está la propia industria de los videojuegos.
Una tercera categorización la encontramos en el PEGI Online, que son aquellos juegos que ofrecen la funcionalidad de jugar en línea. Si los sitios web de los juegos llevan el logotipo de PEGI Online, se informa a los padres de que el juego o el sitio web en cuestión está bajo el control de un operador que se preocupa por aplicar las mejores prácticas para proteger a los jóvenes.
Por último, imagina que no dispones de la carátula del juego, porque a tu hijo se lo han dejado así, puedes entrar en la web de PEGI y podrás buscarlo para conocer todas sus etiquetas.
Los juegos y plataformas digitales de Sony, Nintendo y Microsoft cuentan con el sistema de clasificación PEGI para sus aplicaciones.
Enseñemos a los más pequeños a controlar el tiempo que se le dedica a cada actividad. Cuando el juego es inmersivo y divertido es complicado elegir el momento de parar, siempre hay un nuevo objetivo que conseguir.
Como todas las tareas del día tienen que estar bien planificadas, con una hora aproximada de fin: una buena técnica puede ser poner una alarma cuando lleguemos a una hora. El tiempo libre debe repartirse en otras actividades lúdicas, que impliquen a otros familiares y amigos.
Derivado de estar mucho tiempo jugando podemos sufrir problemas físicos: cansancio visual, malas posturas, tensión en las manos. Esto es muy importante que los niños lo reconozcan.
Debemos aprender que los más pequeños socializan de forma normal en la calle, como se ha hecho toda la vida, pero también lo hacen por la red de redes, con gente que posiblemente no verán en su vida, pero con los que comparten gustos.
Es complicado realizar un control de esto, pero hay que conocer en la medida de lo posible quiénes son, desde dónde se comunican, y lo más importante, las edades que tienen. Lo lógico es que los niños jueguen con gente de una edad parecida.
En todo caso hay que enseñarles que son desconocidos, y eso siempre supone un riesgo.
Lo que no es tan sencillo que los chicos reconozcan es el estado de ánimo que les provocan los juegos. Es el padre o tutor en ese momento, como responsable, el que tiene que comprobar que el niño no se está poniendo muy nervioso, en algunos casos agresivo.
Toca parar a descansar y realizar otras actividades, para retomar cuando lo consideremos posible. Este es un buen momento para determinar si tiene algún tipo de adicción, ya que veremos cuánto le cuesta retirarse de la partida, o si sigue muy concentrado en el juego.
Puede que a ti no te vuelva loco un juego concreto, o posiblemente la mayoría, pero es muy importante que nos involucremos y mostremos interés. De esta forma conoceremos mejor el título en cuestión, para detectar posibles problemas, al tiempo que compartimos con ellos la experiencia.
Conociendo mejor los títulos y tipos de juegos, nos resultará más fácil mantener un criterio para elegir nuevos juegos, además de contar con argumentos de peso a la hora de hablar con los chicos.
En todo caso tenemos que utilizar los juegos como ejemplo para hacerles entender las diferencias entre ficción y realidad. Si de paso conseguimos que la zona de juego sea un espacio común, mejor que mejor, ya que de otra forma corremos el peligro de que se aísle.
Nos equivocamos si presentamos al videojuego como una recompensa, o como un castigo, le damos un valor que no corresponde a una plataforma de juego. Dependiendo de lo que haya hecho mal, tenemos que obrar en relación a eso, no mezclar el asunto con videojuegos.
Hace bastante que las consolas de videojuegos ofrecen mecanismos para bloquear contenidos o chats según determinadas condiciones, son los llamados controles parentales. Con ellos podemos conseguir que juegos catalogados para una edad mínima no funcionen en nuestra máquina.
Como en todos los puntos anteriores, merece la pena dedicar un tiempo a jugar con ellos y conocer cómo funcionan realmente estas medidas de seguridad.
Compartir un juego no es solo compartir diversión, es algo que puede ayudar a una familia a relacionarse y mejorar la cooperación en otros ámbitos. A continuación os presentamos algunas recomendaciones - lo más variada posible - en forma de juegos:
En cualquiera de sus partes, este juego de puzles y partidas rápidas tiene a las recetas de cocina y el humor como principales protagonistas. El multijugador online o local es una locura, con localizaciones inesperadas. Un título ideal para jugar en familia
Juego disponible para todas las plataformas, incluso Android, que nos sitúa en el papel de Nuna, una chica de la tribu iñupiaq. Con ella viviremos una aventura junto a un zorro ártico.
Plataformas y puzles que se combinan con historias del folklore tradicional y personajes de su cultura. Al tiempo que nos divertimos conoceremos una zona tan remota como Alaska.
Con Just Dance todos los años tenemos una edición nueva, disponible para casi todas las plataformas. La famosa saga de baile de Ubisoft nos deleita con multitud de canciones que suenan en las principales radios, para que las cantemos y bailemos, ya que el sistema reconoce y puntúa nuestros movimientos.
Super Mario Party es una famosa saga de minijuegos de Nintendo. El juego presenta en una estructura de tablero con una gran cantidad de pequeños retos y pruebas que pueden ser disfrutados por hasta cuatro jugadores.
Un precioso juego en el que encarnamos a dos hermanos que han perdido a su madre y tienen a su padre enfermo. Solo el "agua de la vida" puede curarlo, y esa es la misión que se nos pone en un juego de aventura que se aleja de la acción y la espectacularidad para entrar en el corazón del jugador.
Qué os vamos a contar de uno de los títulos más jugados de la historia, con multitud de versiones diferentes, alguna de ellas educacionales. Se trata de un juego de construcción ubicado en un mundo abierto, sin un objetivo específico, permitiendo al jugador una gran libertad en cuanto a la elección de su forma de jugar
A medio camino entre el arte interactivo y el videojuego más clásico, este Monument Valley ha irrumpido en nuestros teléfonos móviles como una de las mejores aplicaciones a disfrutar. Muy recomendable para jugar todos los miembros de la familia.
Bien podríamos haber elegido al Mario Kart 8 como juego de conducción multijugador, pero este Rocket League está disponible más allá de las plataformas Nintendo y es realmente divertido. Su planteamiento es muy original al combinar velocidad y fútbol, ya que los goles los marcamos con nuestro vehículo.
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