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Como bien decía Ned Stark, “Winter is coming”. En este caso, literalmente. Y con él, vuelven los flashbacks de principios de año, con la borrasca Filomena y los bonitos paisajes blancos que quedaron. ¿Fue todo tan bonito como lo recordamos? LA verdad es que durante esos días muchos no pudimos subir nada a Instagram porque se nos rompió el móvil, la batería nos fallaba, se agotaba más rápidamente, el coche no se encendía, nos caíamos constantemente…
Y cuando se fue el frío, el móvil volvió a funcionar con completa normalidad. ¿Puede ser que la temperatura tuviera algo que ver con esos problemas?
Resulta que los teléfonos, igual que no están preparados para temperaturas extremadamente calurosas, tampoco lo están para las frías. Y por eso, al volver a acercarse una época de frío, queremos proteger el móvil del frío para no tener que cambiarlo cuando llegue la primavera.
Te explicamos las razones por las que se nos estropea el móvil y algunos consejos infalibles a la hora de proteger tu móvil Android del frío extremo del invierno.
Ya lo hemos comentado antes: los móviles no están fabricados para aguantar el frío de estos los inviernos más duros. La temperatura ideal para unsmartphone es de entre 0 y 35ºC. Sin embargo, los teléfonos pueden aguantar funcionando más o menos de forma aceptable hasta los -20ºC.
En la actualidad se fabrican tres tipos de pantalla: las LCD, que podemos ver en iPhone, las OLED, presentes en móviles de gamas medias, y las AMOLED, utilizadas en móviles de gama alta de Android.
Las primeras son las más sensibles al frío, ya que están compuestas por cristal líquido. Es decir, se rompen más fácilmente. ¿Y por qué sucede esto? El calor dilata los materiales, mientras que el frío los encoge. Un cambio muy brusco hace que la pantalla se agriete. Por eso, cuando hace frío y nos movemos de un escenario a otro con una temperatura drásticamente distinta, recomendamos tener el teléfono guardado.
Las baterías de litio suelen fallar cuando las exponemos a temperaturas extremas. Los iones se transfieren entre los electrodos de formas diferentes dependiendo de la situación a la que las sometamos, ya sea mucho frío o mucho calor.
Por eso se pueden ralentizar, los móviles se cargan más lentamente, y el tiempo entre carga y carga es todavía menor. La solución pasa por mantener el móvil dentro de las temperaturas recomendadas y evitar someterlo a otras más extremas.
Las soluciones para proteger tu móvil en invierno son muy simples: mantener el móvil cerca del cuerpo y ponerle una carcasa.
La razón de la primera recomendación es que nuestros cuerpos están, de media, a 36 grados. Si mantenemos el teléfono cerca, nos aseguramos de tenerlo a, más o menos, la mitad de nuestra temperatura.
En cuanto a la segunda, no necesitas gastar mucho dinero en una carcasa. Cualquiera es suficiente para mantener el calor del móvil, ya que normalmente están hechas de plástico o silicona.
Si ya tienes una funda protectora, te recomendamos que no la quites, pero, sino es así, es mejor que te hagas con una. Puedes encontrarla en una tienda de barrio, donde será suficiente con tener el móvil a mano para comprobar que encaja. Si vas a optar por la compra online, chequea bien las especificaciones de los productos para evitar sorpresas no deseadas.
¿Hace mucho frío? Entonces es mejor dejar el móvil en el bolsillo para que no pierda carga rápidamente. Recuerda, además, que cuando el cristal está frío es más fácil de romper, así que ya tenemos entre manos lo que seguramente sea una pantalla rota.
Usar el móvil con mucho frío también puede ser peligroso si las manos no están protegidas. ¿Por qué? En el caso de que la tapa del smartphone sea de aluminio, los dedos, fríos, se pueden quedar pegados. Si es de cristal, al igual que en el caso de la pantalla, se puede romper.
Aunque parezca muy obvio, no olvides que es más que recomendable evitar a toda costa dejar el móvil en cualquier zona que esté demasiado fría. Por ejemplo, el coche apagado, una habitación sin calefacción o en la propia calle.
Otra cosa que no se nos debe pasar por la cabeza es la de cargar. Si está frío, es mejor no conectarlo a la corriente. La batería empezará a calentarse, y lo más probable es que nos “explote” de alguna forma (un poco como los Samsung Galaxy Note 7 en su salida).
Si tenemos la suerte de que no nos explote el móvil en la mano, podemos enfrentarnos igualmente a un daño permanente en la batería. Así, es mejor que esperemos a que alcance la temperatura de nuestra casa, o la del sitio calefactado en el que estemos, antes de ponerlo a cargar.
Aunque muchos de estos consejos sean principalmente de sentido común, y no parezcan del otro mundo, la realidad es que nos ayudarán a mantener un móvil en buen estado.
Lo que no debemos olvidar en ningún caso es que los extremos son malos. O sea que tanto el frío como el calor intenso son temperaturas que nuestros teléfonos no soportan del todo bien. Ahora ya sabes cómo proteger el móvil del frío extremo del invierno.
