A día de hoy, es imposible imaginar nuestro día a día sin tecnologías. Nos despertamos con la alarma del móvil, nos calentamos el café en el microondas, consultamos las noticias en la tablet, y buscamos una moto de alquiler a través de una app.
Hasta no hace muchos años, todo este ritual de acciones cotidianas nos habría parecido digno de una película de ciencia ficción. Sí, puede que los coches aún no vuelen y que no logremos teletransportarnos, pero el hecho de contar con un objeto como Alexa, que realiza acciones tras darle instrucciones de voz, era algo impensable hace una década. El avance en la ciencia y las nuevas tecnologías es lo que tiene.
Ahora bien, ¿qué dirías si te mostrasen una excavación de hace miles de años donde hay una un reloj de pulsera? ¿Cómo reaccionarías ante un relieve de la antigua Grecia donde aparece un ordenador portátil? ¿Sí, estos ejemplos existen, y están catalogados como Oopart: objetos fuera de su tiempo.
Oopart: cuando la historia no cuadra
¿A qué nos referimos cuando hablamos de Oopart? Esta palabreja es un acrónimo en inglés de out of place artifact, o lo que es lo mismo, “artefacto fuera de lugar”. ¿De qué se trata? De objetos encontrados en yacimientos o excavaciones centenarias (y hasta milenarias) que, por su forma o composición, no podrían haber existido hasta siglos más tarde.
Sí, estamos hablando de un descuadre de tiempo e historia. Como si los protagonistas de Regreso al Futuro hubiesen viajado a la época romana y se hubiesen dejado una calculadora científica en la entrada del Coliseo.
A lo largo de los años se han encontrado muchos ejemplos de Oopart que han dejado a los científicos completamente despistados ya que les ha resultado imposible encontrar explicación lógica a su presencia entre los restos hallados.
Hay quienes creen que los Oopart son una invención fomentada por todos aquellos que creen en lo paranormal y lo ven más como un tema a tratar por Iker Jiménez en vez de ser algo digno de ser evaluado. Para aquellos fanáticos de lo sobrenatural, existe la teoría de que seres de otras civilizaciones superiores a la nuestra los trajeron a la Tierra hace siglos y se los dieron a los humanos que habitaban el planeta en aquella época.
Otra corriente opina que podrían ser vestigios de una civilización anterior a la nuestra, y también muy avanzada, que desapareció hace millones de años.Pero más allá de lo que cada uno pueda creer, las evidencias de algunos hallazgos muestran que es cierto: hay evidencias de objetos tecnológicos modernos fuera de tiempo.
Un reloj de pulsera en una tumba sellada hace 400 años
Año 2008, Shangsi, sur de China. Un grupo de arqueólogos y periodistas se encuentran grabando un documental sobre la excavación de una tumba sellada que perteneció a la Dinastía Ming (1368-1644). De repente, un pequeño objeto deja a todos boquiabiertos: un anillo con forma de reloj de pulsera.
Se trataba de un anillo metálico con la luna de un reloj insertada. De aproximadamente dos milímetros de grosor, las manecillas de ese reloj de pulsera se habían quedado detenidas en las 10:06. Otro detalle inquietante es la inscripción que aparecía detrás: Swiss.
"Cuando tratábamos de limpiar la tierra que cubría al ataúd, de repente un pedazo de roca se desprendió y cayó al suelo emitiendo un sonido metálico", explicó Jiang Yanyu, antiguo conservador del Museo de la Región Autónoma de Guangxi, tal y como ha quedado registrado en los informes. "Recogimos el objeto y vimos que se trataba de un anillo. Tras limpiarlo de tierra y observarlo más detenidamente, nos quedamos impresionados al constatar que se trataba de un reloj de pulsera.", añadió.
Nadie daba crédito a lo que veía ya que, teniendo en cuenta que la tumba había permanecido sellada durante 400 años y que el estado suizo no se formó hasta 1848, ¿cómo podría ese anillo de pulsera haber ido a parar ahí?
Este representa uno de los Oopart más conocidos del mundo, aunque hay gente que ya ha encontrado motivos que pudieron situar el pequeño reloj en la tumba. Expoliaciones por parte de cazatesoros (a pesar de no haber evidencias de que el sepulcro hubiese sido forzado) o la acción de un roedor podrían haberlo colocado ahí. ¡A saber!
Un portátil en la antigua Grecia
En esta ocasión nos trasladamos a Malibú, California, hasta la escultura de la Tumba Naiskos de la Villa Getty. Uno de sus relieves lleva de cabeza a los investigadores porque en ellos aparece un sirviente sosteniendo un objeto delante de una mujer, un aparato que tiene toda la pinta de ser un ordenador portátil con puertos USB incluidos.
A simple vista parece que estemos teniendo una visión. ¿Qué hace un grabado de la Antigua Grecia incluyendo un laptop actual? Vale, sí, resulta alucinante, aunque ya hay quien ha encontrado un razonamiento lógico que haría que dejásemos de considerar este hallazgo como un Oopart.
Y es que en aquellos años, se estilaba mucho el uso de tablillas de escritura de cera que tenían una forma similar a la de un portátil abierto, y que comenzaron a usarse en el siglo XIV a.C. Y tú, ¿qué opinas?
El pájaro-avión de los antiguos egipcios
El hombre, desde las más antiguas civilizaciones, ha soñado con volar. Aunque los bocetos de Leonardo Da Vinci demuestran que sus estudios estuvieron muy cerca de dar con un objeto que lo permitiese, no fue hasta hace un siglo cuando los hermanos Wright desarrollaron el prototipo que ha dado pie a los aviones actuales.
Ahora bien, el hallazgo en una tumba egipcia del 200 a.C tiene revolucionada (y dividida) a la comunidad científica. Se trata de un pequeño objeto con forma de avión encontrado en la tumba de Saqqara, hallado junto a una tela donde estaba escrito “Pa-di-imen” (regalo de Amón).
Hay quienes creen que representa a un pájaro aunque no se puede encontrar rastros en su estructura que indiquen que se le dibujaron plumas. Ahora bien, lo que más desconcierta es el hecho de que las alas son completamente planas, sin curvaturas, y que se hacen más estrechas a medida que se alejan del cuerpo en sí. ¿Cómo puede ser que se parezca tanto a los aviones actuales?
El conocido como El avión del Faraón fue considerado en los años 70 como un vestigio de valor aerodinámico por el Ministerio de Cultura de Egipto. A día de hoy se puede ver en la sala 22 del Museo Egipcio del Cairo.
Un reloj astrológico de más de 2.000 años
Este es tal vez el Oopart más popular y enigmático de todos los que podamos encontrar. Se trata de un bloque metálico cubierto con residuos calcáreos encontrado en los restos de un naufragio de una galera griega. El hallazgo se realizó frente a la isla de Antikythera (Grecia), en el Mar Egeo, en el año 1.900.
El arqueólogo Derek de Solla Price quiso estudiarlo a fondo medio siglo después de su aparición. Al intentar reconstruir aquel amasijo de hierros se dio cuenta de que contaba con un mecanismo de ruedas dentadas con un complejo sistema de movimiento.
La comunidad científica se revolucionó y hasta la revista Scientific American escribió: “Este hallazgo nos obliga a revisar nuestros conocimientos sobre la historia de la Ciencia”. Y es que la máquina contemplaba las fases lunares, los movimientos del Sol y la Luna, las estaciones, los equinoccios, los días, las horas…
¿Cómo es posible que un artefacto de más de 2.000 años incluyese un tipo de avance tecnológico que no se desarrolló hasta el siglo XX? Este Oopart se encuentra expuesto en el Museo Nacional Arqueológico de Atenas junto a diversas animaciones informáticas que demuestran cómo habría funcionado en su época… si es que podemos definir a qué momento de la historia pertenece en la realidad.