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La verdadera historia de la sirenita


¿La verdadera historia de la sirenita? ¿Es que no es la historia de la sirenita Ariel? Bueno, puede que la factoría Disney haya contribuido a popularizar a este personaje. No obstante, entre la famosa y oscarizada versión de La Sirenita de dibujos animados y el cuento de Hans Christian Andersen existen notables diferencias. ¿Quieres saber cuáles son?

La historia de la sirenita real

El poeta y autor danés Hans Christian Andersen escribió La Sirenita en 1837. Sin embargo, el cine de animación y otras versiones contemporáneas se han encargado de dulcificar la obra de Andersen. Lo cierto es que, gracias a la gran pantalla, la mayoría del público está familiarizado con la adaptación de Disney.

La sirenita, gracias a Disney, está en el imaginario popular como una obra de dibujos animados muy divertidos y cantarines, con una protagonista que consigue al príncipe de sus sueños y vence a la temible Úrsula. ¡Todos son felices y comen perdices!

Sin embargo, la pluma de Hans Christian Andersen no fue tan acaramelada. De hecho, probablemente no sepas que la pobre sirena debió pasar por duros trances y un final muy sombrío.

En otras adaptaciones, el cine ha coqueteado con la versión más original y oscura, pero nunca una forma de contar la historia de la sirena danesa que vive y muere por amor ha sido tan memorable como cuando se trata de la traviesa Ariel y su amigo Sebastián.

Un cuento aleccionador

La verdadera historia de la sirenita se aleja bastante del final feliz ofrecido por Disney. El sueño hecho realidad de la factoría conseguía dejar un buen recuerdo en los niños y les permitía ir a la cama contentos y sin pesadillas. El danés en su versión original no fue tan benevolente, muy al contrario. Su obra fue escrita con un fin aleccionador y, para ello, no dudó en castigar a su personaje de una forma brutal.

La sirenita anhela al príncipe y un alma eterna y, para conseguir sus deseos, no duda en visitar a la bruja del mar. Esta le prepara una poción que le proporcionará piernas. Sin embargo, el brebaje no es gratis. A cambio, la protagonista tendrá que darle su lengua y renunciar a la voz más maravillosa del mundo.

Además, la bruja del mar le advierte que, una vez que se convierta en humana, jamás podrá regresar al océano. En cambio, su vida fuera del agua también será dolorosa. Nunca se librará del dolor que le supondrá caminar.

Cada vez que ande se sentirá como si lo hiciera sobre cuchillas afiladas. El efecto será tan real y tan extremo que llegará a conseguir que sus pies sangren. Por si fuera poco, solo conseguirá el alma que tanto desea si recibe un beso de amor verdadero y consigue que el príncipe la ame y la convierta en su esposa.

El vía crucis de la sirenita

La sirenita de Andersen toma la decisión de beberse la poción. Gracias a ello se encuentra con su príncipe, que de inmediato se siente hechizado por su belleza y no da muestras de que le importe el que no pueda articular palabra. Sin embargo, lo que más le gusta es ver cómo baila para él. La protagonista del cuento solo desea complacer a su amor y baila y baila para él, a pesar del dolor insoportable que sufre en sus pies.

Llega el momento en que el rey ordena al príncipe que se despose con la princesa del reino vecino. Él le comunica a la sirenita su decisión de desobedecer a su padre y le confiesa que solo puede amar a la joven del templo que le salvó la vida.

El príncipe descubre que esa joven del templo es precisamente la elegida por su padre para ser su esposa. La joven princesa se encontraba en ese lugar para recibir la mejor educación. Automáticamente, este príncipe, un poco veleta y enamoradizo, cae rendido ante la nueva joven y anuncia su boda con ella.

Un final para asustar a los niños

Cuando los enamorados contraen matrimonio, el corazón de la sirenita recibe un golpe certero. Se da cuenta de todo a lo que ha renunciado y el dolor al que está sometida. Su desesperación, ante una muerte anunciada antes de que amanezca, hace que sus hermanas le proporcionen una daga de parte de la bruja del mar.

Si la protagonista acaba con la vida del príncipe y consigue que su sangre manche sus pies, ella volverá a transformarse en sirena, vivirá y acabará con su dolor y sufrimiento. La sirenita no es capaz de cumplir con esta tarea y, justo cuando comienza a amanecer, se lanza al océano.

Con la luz del día, el cuerpo de la Sirenita se convierte en espuma y el calor del sol la evapora. De esta manera, el personaje se transforma en un espíritu conocido como «hija del aire». Es la última oportunidad que tendrá de conseguir un alma eterna.

Pero, para ganársela, deberá pasar 300 años dedicada a realizar buenas obras. Por cada niño bueno que halle en su camino restará un año a su condena. Sin embargo, cada niño malo le provocará un llanto, y cada lágrima vertida añadirá un mes más a su castigo.

Lo cierto es que la historia de la sirenita real fue concebida por Hans Christian Andersen como un cuento para amedrentar a los niños y conseguir que se portaran bien.

La historia de La sirenita de Copenhague

Den Lille Havfrue es el nombre en danés del monumento más icónico y emblemático de toda Dinamarca: La sirenita de Copenhague. Su posición, lacónica y con la mirada perdida en el mar, y su rostro serio se acercan más al personaje concebido por Andersen.

Fue construida en bronce a principios de la primera década del siglo XX. La puedes ver ubicada sobre una roca, al final del paseo del puerto, donde parece padecer una eterna espera con la desesperanza de no recibir la visita de su amado príncipe. Sin embargo, La sirenita de Copenhague no está sola. Puede presumir de ser uno de los monumentos más visitados de Europa. Nadie que se pasee por la ciudad se va sin llevarse una foto junto a ella.

El monumento fue un encargo del hijo del propietario de la cervecería Carlsberg. El hombre salió fascinado de un ballet en el que se representaba la auténtica historia escrita por Hans Christian Andersen y quiso rendir un homenaje al fabuloso espectáculo.

Curiosidades sobre la estatua

Al margen de quienes la visitan para admirarla o para llevarse un recuerdo de su paso por Dinamarca, la historia de La sirenita de Copenhague también cuenta con numerosos episodios de corte vandálico.

La famosa escultura está sometida, constantemente, a las malas artes de ciertos individuos que no respetan su valor. Así, en dos ocasiones la estatua ha amanecido sin cabeza. También le han cortado los brazos en alguna ocasión, y le han pintado el pelo de colores. Además, es habitual tener que reparar daños en la roca y en otras partes de su cuerpo, donde aparecen dibujos y pintadas.

Hay que admitir que La sirenita de Copenhague produce sentimientos muy diversos entre los visitantes. La mayoría de los que muestran su descontento afirman que se esperaban un monumento más grande. La razón es que la escultura es muy pequeña y, además, está despojada de todo tipo de adorno o decoración. Pero precisamente eso contribuye a acentuar el sentimiento de nostalgia que intenta transmitir. Sea cual sea tu sirenita favorita, si vas a la capital danesa no dejes de visitarla.

La historia de la sirenita Ariel

En 1989 la factoría Disney estrenaba su vigésimo octavo largometraje de animación: La Sirenita. Fue un éxito millonario, después de una década de sequía para la organización. Además, era la primera vez que la compañía adaptaba un cuento de hadas desde La Bella Durmiente, rodada en 1959.

Su Banda Sonora Original se convirtió en todo un éxito. Gracias a ello, recibió el Oscar a la Mejor Banda Sonora y el Oscar a la Mejor Canción. También fue premiada con un Globo de Oro. En 2006 obtuvo el Premio Satellite al Mejor DVD Juvenil.

Lo cierto es que Disney tenía previsto realizar esta película tres décadas antes. Su intención había sido la de continuar el éxito de Blancanieves y los siete enanitos. Pero, finalmente, el proyecto se guardó en el cajón.

Cuando se retomó, pasados los años, se pensó que el libreto original de Andersen era demasiado escabroso y tétrico para un público infantil, así que se dulcificó la historia de la sirenita Ariel.

La versión de Disney

Como sabrás, Ariel es la hija de Tritón, el rey del mar. Es una adolescente díscola y curiosa a la que llama mucho la atención el mundo fuera del agua. A pesar de las prohibiciones de su padre, ella emerge una y otra vez e, incluso, posee una cueva donde almacena los tesoros que encuentra y que han sido usados por humanos.

Un día se enamora de un apuesto navegante que resulta ser el príncipe Eric. Ariel acude a la malvada Úrsula para que le de piernas, y a cambio,la bruja le arrebata la voz y le concede tres días para conseguir un beso de amor o regresará al mar convertida en pólipo. La verdadera intención de Úrsula es conseguir que Tritón ocupe el lugar de la sirena y así poder convertirse en la reina del mar.

Ariel no solo no consigue el beso de amor, sino que Eric queda hechizado por Úrsula, quien suplanta la identidad de una mujer y utiliza la voz de Ariel, que mantenía guardada en un colgante. Después de muchas maldades, Úrsula es descubierta y acaba muriendo embestida por el barco del príncipe. El rey Tritón accede a conceder a Ariel la condición de humana y esta acaba casándose con su amado Eric.

La adaptación live action de La sirenita

Siguiendo con la nueva senda de Disney, la compañía ha decidido realizar el remake tipo live action de la adaptación del cuento de Hans Christian Andersen. Esta forma de presentar de nuevos sus grandes clásicos les ha hecho cosechar grandes éxitos. Entre ellos destacan «El libro de la selva», «La bella y la bestia», «Aladdin» o «El rey león».

Ahora le toca el turno a Ariel, aunque esta vez la cándida sirena no será pelirroja. Para encarnar al personaje se ha pensado en la cantante afroamericana Halle Bailey. Lo cierto es que esto ha desencadenado una gran controversia entre los fans de «La sirenita» que querían una versión más cercana a la original, con una actriz danesa o pelirroja.

La reacción de Disney no se ha hecho esperar y ha contestado a través de sus redes sociales: «Sí. El autor original de La sirenita era danés. Ariel… Es una sirena. Ella vive en un reino submarino en aguas internacionales y puede nadar legítimamente donde quiera […] Ariel también es danesa. Las sirenas danesas pueden ser de color porque las personas danesas también lo son».

¿De dónde viene el mito de las sirenas?

Aunque las sirenas están más vinculadas a la mitología griega, lo cierto es que han estado presentes en las leyendas de todos los pueblos, sobre todo de aquellos más apegados al mar. No obstante, las primeras referencias hacen hincapié en un ser mitad mujer y mitad ave.

Más tarde, su morfología derivaría hacia el personaje que permanece anclado al mito actual: una mujer con cola de pez. Sin embargo, en todas sus manifestaciones las sirenas están dotadas de una sublime y cautivadora voz que es capaz de atraer con su canto a los marineros, como en el caso de Odiseo, y hacer que sus barcos naufraguen.

Si bien su base es absolutamente mitológica, la verdad es que existen muchas personas que creen que este ser sobrenatural es real. No son pocos los marinos que, a lo largo de la historia, han dejado testimonio escrito de su avistamiento de un espécimen de largos cabellos que nadaba junto a sus naos. Ellos afirmaban que la mitad de su cuerpo mostraba atributos femeninos y una piel blanda y pálida. La otra mitad era una cola de pez, larga, fuerte y poderosa.

Sea como fuere, la verdadera historia de La sirenita no tiene mucho que ver con estos personajes. Se cree que en numerosas ocasiones estos seres han podido ser confundidos con otros sirénidos, como es el caso de los manatíes. Esto habría hecho que la leyenda se forjara con más intensidad e hiciera volar la imaginación de muchos mortales.

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