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Las redes sociales han transformado la sociedad en la que vivimos. Ahora, es difícil hacer que se crucen dos miradas en el transporte público, ya que todos estamos concentrados en nuestras pantallas. O tomarte un café sin antes hacer una foto para dejar constancia del momento en redes sociales. Y, probablemente, la pantalla del teléfono sea lo primero que ves al despertar y lo último que miras al irte a dormir.
El síndrome FOMO (fear of missing out) o miedo a perderse algo en Internet, el síndrome de la vibración fantasma que lleva a sentir que tu teléfono ha vibrado pero, en realidad, no lo ha hecho, los altos niveles de estrés por el uso de las nuevas tecnologías, la imposibilidad de una real desconexión digital del trabajo durante las vacaciones… Son algunos de los problemas a los que nos enfrentamos las personas en la era de la hiperconectividad en la que vivimos.
Según IAB Spain, la penetración del Smartphone entre los internautas mayores de 14 años alcanza un 96%, lo que representa 31,3 millones de usuarios. Además, según IAB Spain, el 70% del tiempo que navegamos por Internet lo hacemos desde dispositivos móviles, haciendo que el tiempo medio que pasamos utilizando el móvil u otro dispositivo móvil al día sea de 2 horas y 53 minutos.
Otro estudio, esta vez realizado por la agencia We Are Social y la plataforma de gestión de redes sociales Hootsuite, arroja datos todavía más alarmantes. En España, estamos 5 horas y 18 minutos diarios conectados: 3 horas delante de la televisión, ya sea en streaming o a la carta, 42 minutos escuchando música online y 1 hora y 39 minutos en las redes sociales, compartiendo nuestra vida y viendo a otros como comparten la suya.
Las redes sociales forman parte del día a día de casi 3.500 millones de personas en todo el mundo. Casi 4.000 millones de personas que diariamente comparten contenido fotográfico y de vídeo, publican su opinión sobre temas actuales, cuentan historias cotidianas, siguen a otras personas afines a ellos, conocen lo que hacen las personas a las que siguen, dan like… Todo esto a través de una pantalla y una cuenta en una red social.
Las redes sociales preferidas por los españoles son: YouTube, WhatsApp, Facebook, Instagram y Twitter. A nivel mundial, Facebook encabeza el ranking de redes sociales preferidas por los usuarios, seguido de YouTube, WhatsApp e Instagram, según los datos del estudio de We Are Social y Hootsuite.
Invertir tanto tiempo en Internet y redes sociales, hace que se creen patrones sociales en ese mundo online, se repitan comportamientos y se exploren nuevas fronteras creativas de creación de contenido para destacar como usuario en esa maraña de cuentas de Instagram.
Utilizar apps de retoque como el fenómeno de FaceApp que hemos vivido durante el verano del 2019, los challenges o retos virales en los que los usuarios se desafían entre sí para conseguir un objetivo de una determinada forma, como el Bottle Cap Challenge, Ice Bucket Challenge… Son algunas de las modas y patrones que se repiten constantemente en las redes sociales.
Una moda actual entre marcas e influencers es hacer partícipes a los seguidores de las decisiones que tomará el propietario de la cuenta en su día a día. ¿Cómo? Gracias a las herramientas de Instagram y a la inmediatez que te permite esta red social.
Instagram se ha transformado en la plataforma reina de las modas y ha facilitado a sus usuarios las herramientas necesarias para poder recibir mayor interacción y respuestas de sus seguidores en Instagram Stories, esas publicaciones que solo duran 24 horas.
Ubicación, etiquetar a personas, hashtags para localizar las fotos bajo ese título, Gifs, música, cuenta atrás… Todas estas herramientas son las armas con las que cuenta un community manager para enganchar a sus seguidores a la página.
Pero, hay una que está funcionando especialmente y consigue que involucrar al público y que sigan el hilo de contenido mostrado en Instagram Stories: las encuestas.
Por ello, cuentas con grandes comunidades de seguidores han empezado a dar la opción a los followers de que sean ellos quienes toman las decisiones sobre la forma de actuar que tiene el propietario de la cuenta y modificar así el transcurrir de una decisión o la rutina diaria.
El funcionamiento es muy sencillo: se explica el juego a los seguidores y, durante las siguientes publicaciones, se muestran dos opciones mediante la herramienta ‘Encuestas’. Cada usuario elegirá la opción que más le guste y, la opción que gane con un mayor porcentaje de votación, se llevará a cabo y será mostrada a los seguidores.
Las opciones pueden ir desde decisiones sencillas como ‘Tomar café / Tomar té’, ‘Ir al gimnasio / Ir al bar’, ‘Andando / Coche’; hasta cambiar por completo los planes de tu día como le pasó al usuario de Twitter @follaldre.
Este usuario dejó en manos de la comunidad tuitera su día libre. Mediante encuestas, Follaldre desayunó cerveza, jugó en un casino, fue a Legolandia, viajó desde Londres hasta Windsor, después a Slough y volvió a Londres en el mismo día…
¡BUENOS DÍAS, TWITTER!
— Follaldre (@follaldre) 6 de junio de 2019
Os propongo un "Bandersnatch" pocho, un "Elige tu propia aventura" improvisado.
Voy a ir abriendo encuestas y vais a decidir lo que hago hoy. pic.twitter.com/QXkKKWC1bQ
Cuando terminó el día, el usuario dejó esta reflexión al final de su hilo:
Esta estrategia de engagement e interacción con los usuarios está inspirada en los libros Elige tu propia aventura, una serie de libros juveniles de los años 80 conocidos como librojuegos. En estos libros, es el lector quien toma las decisiones sobre la forma de actuar que tienen los personajes y modifica así el transcurrir de la historia.
Este mismo patrón fue empleado por Charlie Brooker, el creador de Black Mirror, para la película interactiva Black Mirror: Bandersnatch. Un experimento de la famosa serie futurista en la que la persona que estaba viendo el largometraje, era quien guiaba al personaje a tomar una serie de decisiones y terminar en uno de los cinco finales creados.
Este panorama digital ha dado lugar a un punto de inflexión en la sociedad y, sobre todo, en el mundo de la publicidad y marketing.
Siguiendo la premisa de “todo lo que no está en Internet, no existe”, las marcas han tenido que adaptarse y trasladar su foco principal a las redes sociales. Internet es un nuevo establecimiento para la marca y, en muchos casos, cuenta más ese establecimiento online que la tienda física. Los seguidores son potenciales y muy posibles clientes.
Plataformas como Instagram, Facebook y Twitter han creado nuevas necesidades a las marcas que han debido cubrir con unos puestos de trabajo que, hasta ahora, no existían. Es el caso de los community managers, social media manager, experto en e-commerce, diseñador web…
Estos nuevos profesionales son los que buscan poner en marcha un concepto “marketiniano” que se ha hecho muy fuerte en las redes sociales y es el Trending Topic para las marcas: ser Love Brand.
Este concepto se refiere a las marcas o productos de los que estamos enamorados por sus servicios, su imagen, su historia… Son marcas con las que el consumidor se siente bien y está orgulloso de consumir, mostrar y recomendar. De ahí, el nacimiento de los influencers y su fuerte potencial en redes sociales.
Para que una marca consiga ser el ‘crush’ de sus consumidores, necesita tener, además de presencia en redes sociales, un buen plan editorial y conseguir que sus consumidores se hagan fans de sus contenidos y, por ende, de su marca.
Las redes sociales han cambiado nuestra manera de interactuar con el resto de las personas y nuestra manera de comprar. Cuando Doc y Marty McFly, de la película Regreso al Futuro, viajaron al 2015 para ver el futuro, vieron que existían las videoconferencias pero no pudieron ver la infinidad del mundo que les esperaba detrás de esas pequeñas pantallas que todos llevamos en el bolsillo.
