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Te vas a comprar un móvil nuevo, entras en Internet y descubres que hay decenas, sino centenares de modelos "distintos". Lo entrecomillamos porque si ya tienes decidido tu presupuesto aproximado, los candidatos que llegarán a la final serán casi idénticos.
Pueden influir cuestiones de gustos, que te dé más confianza una marca que otra, o que simplemente te llame la atención la autonomía de la batería sobre, por ejemplo, la calidad de sonido. Hasta ahí todo bien. Pero ¿qué pasa con el software?
Aunque siempre te vas a poder meter en la ficha técnica del teléfono, te va a resultar imposible conocer el rendimiento real de lo que vas a comprar. Y menos aún poder compararlo con tu teléfono actual.
De hecho, casi nadie sabe el potencial tecnológico que tiene entre las manos. Nos pasamos el día fardando por la estética o los numeritos, sin valorar realmente hasta dónde podría llegar el móvil. Ajá, ahí es donde entran los benchmark.
Si eres un habitual de la actualidad tecnológica ya sabrás de qué te estamos hablando. Estas comparativas técnicas medidas por puntuaciones permiten analizar con exactitud los parámetros más importantes del software del teléfono.
Vale, y ¿cómo hacer un benchmark? Eso es lo que queremos explicarte en este artículo. Eso sí, nos vamos más a centrar en las herramientas específicas que en la teoría. Para eso ya habrá tiempo en otra entrada.
Así, a vuelapluma, un benchmark es una técnica utilizada en ámbitos estratégicos de corte empresarial o tecnológico, con la que se persigue comparar el rendimiento de dos ideas o productos en base a unos KPIs definidos.
En cristiano, es una comparativa entre dos cosas que toman como referencia los mismos parámetros. Estos, obviamente, se eligen en cada caso de acuerdo a la conclusión que estemos intentando obtener. En el mundo de los móviles, pues el rendimiento general.
Ahora bien, no pienses que todos los benchmark son iguales.La cosa cambia y mucho dependiendo de si estamos comparando solo cámaras, que si lo que buscamos es una buena batería o simplemente un procesador y una RAM decentes.
Cuando hablamos de componentes físicos, como la mencionada cámara, o mismamente la pantalla, nos encontramos con que el análisis "científico" se mancha de cierta subjetividad. ¿Por qué?
Simplemente porque para sacar las puntuaciones se recurre a laboratorios externos, que sí, tienen sus propios métodos controlados, pero ya no se cocinan dentro del mismo programa de medición.
Uy, razones hay muchas. Puede que estés mirando para comprarte un móvil nuevo y quieras conocer su posición de rendimiento frente a la competencia. Esto te va a ayudar especialmente a salir de dudas si estás comiéndote la cabeza entre dos opciones similares.
Otra posibilidad es que simplemente quieras conocer el potencial de tu propio teléfono. ¿Curiosidad? No, bueno también es válida. Lo interesante del benchmark es que te permitirá saber si tu dispositivo tiene algún problema o si ha perdido capacidades con el tiempo.
No es raro tampoco destapar con esta prueba las tretas de según qué fabricante. Es con la comparativa con la que vas a ver si ese ahorro de costes en la RAM es tan "insignificante" como te están vendiendo, o si realmente afecta al rendimiento.
A Qualcomm y el resto de fabricantes de procesadores se les ve rápido el plumero si prometen algo con el último Snapdragon de turno y luego no se traslada a la realidad. Nada se escapa al ojo del benchmark. Y cuidado, aún así no hay que ser dogmático.
Siendo interesante y útil como es, no es nada recomendable tomar decisiones únicamente en base a sus puntuaciones. Hay otros muchos factores como la fiabilidad o la calidad-precio, que esta técnica no es capaz de reflejar.
Hay dos formas de llegar a la información técnica que nos interesa: consultarlo directamente en Internet, o ejecutar por nosotros mismos un benchmark con el móvil protagonista.
Para lo primero lo único que tienes que hacer es introducir el nombre del modelo seguido de la palabra "benchmark" en Google, y rebuscar hasta dar con una herramienta de suficiente confianza.
Si estás acostumbrado ya a hacer esto, te recomendamos que siempre apuestes por el mismo benchmark. De esa manera vas a poder hacer una comparativa precisa de los móviles en cuestión.
Ojo cuidao, antes de meterte en ningún berenjenal, conviene que conozcas algunos nombres de referencia. Más que nada para que los datos que mires tengan un mínimo de credibilidad. Y tachán tachán, el Jesucristo de los benchmark no es otro que AnTuTu.
¿Cuál es el problema? Pues que si estamos buscando apps de benchmark en la Play Store, no lo vamos a encontrar por ningún sitio [descárgalo aquí]. Este y otros tantos solo se encuentran disponibles en Apk fuera de las tiendas. AnTuTu funciona así:
Con AnTuTu seguramente te sobre y te baste. Claro que, en un artículo que habla sobre cómo hacer un benchmark no podemos quedarnos ahí. Hay otras muchas alternativas que, sin rivalizar con esta, permiten analizar otros parámetros más específicos.
3DMark — The Gamer\'s Benchmark
GFXBench Benchmark
Geekbench 5
Hay cientos de alternativas pero al final no dejan de ser copias que no tienen mucha utilidad en el mundo real. Con esto, la próxima vez que veas la típica captura de puntuación de AnTuTu en una review de móvil, ya sabrás a qué atenerte.
Por lo pronto, hacer un benchmark en Android es tan sencillo como descargarse una app específica y darle al botón de ejecutar. La tarea de comparar y valorar después correrá de tu mano.
