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Si había una empresa, servicio, marca o como se quiera llamar, que debiera dar un paso hacia el mundo de las criptomonedas, esa no podía ser más que BitTorrent. Sí, la famosa plataforma de descargas ahora tiene su propio token, y lo está petando.
El fenómeno en cuestión se llama igual que el protocolo de intercambio de archivos P2P que revolucionó Internet a principios del siglo XXI. Por lo que podemos decir que BitTorrent tiene la criptomoneda BitTorrent (BTT).
Puede sonar complicado o hasta estúpido, pero tiene sentido si pensamos que el propio protocolo ya es un sistema descentralizado. Uno, por cierto, mucho más antiguo que el Bitcoin creado por Satoshi Nakamoto casi una década después.
BitTorrent es la infancia de muchos millenials, ese programa que servía para descargarse cualquier película, serie o videojuego cuando eso del streaming no era más que un sueño lejano. Sin Netflix y compañía, la piratería estaba a la orden del día.
Con el paso de los años la situación ha cambiado bastante, y hoy es posible acceder a catálogos casi infinitos por unos pocos euros al mes. Sin embargo, BitTorrent sigue presente, y de hecho en los últimos tiempos ha recobrado fuerza gracias al cierre de Megaupload en 2012.
Esto, claro, no tiene nada que ver con la llegada de BTT (es el tique de la divisa en el mercado). El origen de este lanzamiento está en la compra del protocolo por parte de TRON, la blockchain que pretende crear un Internet verdaderamente descentralizado.
Entre esa adquisición de 140 millones de dólares cerrada el pasado 2018 y la aparición de la nueva criptomoneda tan solo tuvieron que pasar 6 meses. La respuesta parece bastante clara.
El tema nos parece tan interesante que queremos indagar un poco más en él. Sigue leyendo para descubrir qué es BTT, cuál es su valor y cómo son las opiniones que arrastra desde su lanzamiento.
Hace dos décadas la descentralización en el entorno digital no tenía nada que ver con derrocar el sistema financiero ni hacer ricas a nuevas personas ajenas al status quo establecido.
Bram Cohen desarrolló el protocolo BitTorrent pensando en liberalizar la cultura, en acercar el verdadero poder de Internet a los usuarios. Y lo hizo con un sistema que permitía el intercambio de archivos entre iguales.
Sin saberlo, este programador estaba poniendo la semilla de toda una revolución que con los años se constituiría gracias a cientos de clientes y millones de usuarios. Había nacido la leyenda P2P.
Y nos estamos quedando cortos. Hace una década este protocolo tenía unos 150 millones de usuarios activos y unos 250 millones mensuales. En aquel momento movía hasta el 40% del tráfico mundial de Internet. ¡Más que Youtube y Facebook juntos!
Es verdad que durante los últimos años estaba languideciendo por la cuasi extinción de la piratería, pero la compra de TRON le ha dado una nueva vida y un crecimiento de más del 2500% en tan solo 12 meses. El interés por su propuesta sigue ahí.
Peer to Peer significa "de igual a igual", o para que nos entendamos, "de persona a persona". BitTorrent es un protocolo que permite intercambiar archivos a usuarios sin ningún intermediario. ¿No te suena de algo? Exacto, es la misma lógica que sigue la blockchain.
Para explicar su funcionamiento nos vamos a dejar los tecnicismos a un lado. No nos hacen falta. Solo necesitas saber que un cliente es un programa que sirve para descargar torrents, y que estos son una suerte de mapas.
A diferencia de lo que sucede en otros P2P como eDonkey2000 (el cual usaba el mítico eMule), en BitTorrent no entras a seleccionar la peli que te quieres descargar. La tienes que llevar buscada de casa.
Por eso existen páginas web que hacen de extensas librerías con cientos de miles de torrents distintos. Ahí buscas lo que quieres descargar y te lo llevas al cliente.Lo que has bajado no es la peli en sí misma, sino un molde.
Con esta referencia tu programa se conectará al de los usuarios que tengan los datos. Es decir, el archivo enterito ya descargado. Aquí viene la magia: tu cliente se descargará fragmentos de la película tomándolos de todos esos ordenadores (nodos).
Ya te puedes imaginar las ventajas del sistema frente a un método normal. La descargas son mucho más rápidas, necesitas menos ancho de banda para reducir tiempos, y elimina posibles caídas del fichero o instalación de malwares.
Como no hay servidor, la vulnerabilidad se distribuye entre todos los nodos, permitiendo que las descargas continúen aunque falle uno de ellos. Por eso, cuanto más equipos hay en la red, mayor es la probabilidad de que se complete la descarga.
Cuando finalizas el proceso y obtienes el archivo completo, te conviertes automáticamente en una semilla. Así, cuando venga otra persona en el futuro a hacer lo mismo que tú, te podrá usar como su nodo para la descarga.
Todo este funcionamiento está muy bien, pero ¿dónde entra aquí en juego la criptomoneda BTT? Justin Sun creó TRON en 2017 con la intención de democratizar la cultura en Internet. Es decir, lo mismo que buscaba BitTorrent.
Para ello se basaba en la conocida blockchain de Ethereum y poco después daba el salto a su propia cadena de bloques. Un año después del lanzamiento, Sun compraba BitTorrent para proseguir con su objetivo liberalizador, y lanzaba el token propio del cliente.
Así, entender qué es BTT es hacer lo mismo con TRX, el token del ecosistema de TRON. Hablamos ni más ni menos que de recompensar e incentivar a los usuarios para que sigan alojando archivos y descargando nuevos ficheros mediante el protocolo P2P.
TRX lo hace en TRON y BTT en BitTorrent, pero esta segunda opera sobre la blockchain de la primera. Ahí se utiliza el consenso DPoS (delegated proof of stake), lo que significa que no existe ningún proceso de minería.
Los tokens se crean mediante la propia actividad dentro del cliente. Hay 27 "Superrepresentantes" que se encargan de validar las transacciones y añadirlas a los bloques. A estos se les elige proporcionalmente al número de BTT que tengan.
Cuantos más BTT poseas, más capacidad de voto tendrás a la hora de seleccionar a estos representantes (cada 6 horas). Los bloques se suman a la cadena cada 3 segundos, y por cada bloque se otorga una recompensa de 32 BTT.
Actualmente el reparto de monedas está así:
Muy bonito todo. Pero ¿qué pasa con la deflación? Si se crean BTT sin parar con la actividad de los usuarios, llegará un momento en el que la sobreoferta reduzca el valor de cada token.
Para evitar esto, la Fundación Tron se encarga de eliminar una cantidad periódica que corrige la balanza y asegura el valor del capital de los usuarios. En 2028, por ejemplo, está prevista una nueva inyección importante de divisas a la red.
Como ya hemos dicho, BTT sirve para obtener recompensas en BitTorrent. ¿A qué nos referimos exactamente? Hoy por hoy el uso más extendido de los tokens es BitTorrent Speed.
Esta es una función de los clientes BitTorrent, uTorrent y uTorrent Classic que permite acelerar los tiempos de descarga. El que solicita el archivo paga BTT a los nodos (ordenadores) para que aumenten la velocidad de la transmisión.
De esa forma, quien descarga se lleva una pequeña recompensa por convertirse en seed, y quienes intervienen en el proceso con sus archivos se llevan un premio aún mayor. Todos ganan; todos reciben incentivos para no marcharse.
Cabe mencionar que BTT es un proyecto en desarrollo, y que en el futuro se prevé darle al token una función de recompensa para streamers que utilicen la plataforma dlive.
La otra gran promesa es la integración de la moneda al ecosistema de BitTorrent File System. Aquí está la gran tarta de Sun. BTSF quiere ser el repositorio de archivos más grande todo Internet, y para eso necesita muchos, muchos usuarios.
Con Binance Smart Chain haciendo ruido desde el lado de Ethereum, los inversores ahora ven a BitTorrent (BTT) como una gran candidata a representar la transmisión y el almacenamiento de ficheros más importante del mundo.
Por eso no extraña que el token sea ya el número 56 por orden de importancia en el mercado internacional de criptomonedas. Tiene un circulante de casi 660.000 millones de divisas, con una capitalización de 1,9 billones de dólares.
