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Conseguir la foto ideal no es nada fácil y mucho menos si quieres después revelarla. Las imágenes que toman los fotógrafos profesionales y que después llevan a sus redes sociales no son hechas en un segundo ni tienen un filtro y ya, detrás hay un gran trabajo.
Para ayudarte a conseguir una foto de infarto, o al menos de calidad, vamos a darte unos consejos para que los apliques en Adobe Lightroom. En concreto escogemos esta aplicación porque es la mejor valorada por los profesionales.
Lightroom Photo & Video Editor 
De hecho, la versión móvil de Lightroom tiene la misma potencia que el programa original, por lo que la forma de trabajo y la calidad final no serán para nada un problema. Además, la versión de pago te permite sincronizar tus ediciones con el ordenador para tener una copia de seguridad.
Sin más dilación aquí te vamos a presentar cuáles son los pasos a seguir con Adobe Lightroom para móvil. En este caso, vamos a utilizar un móvil iPhone, pero la aplicación funciona igual en terminales Android.
La interfaz es limpia y clara, por lo que será fácil centrar la atención en la imagen que quieras retocar. Primero tienes que elegir o hacer la foto para subirla a la aplicación, así que, asómate por la ventana o posa con tu mejor cara que arrancamos.
Seguro que a veces sin querer le has dado a un botón y ha aparecido una montaña rara que no te deja ver la foto que quieres editar. Pues, aunque te moleste, esa herramienta es uno de los tesoros de la fotografía.
Con este gráfico consigues ver cómo está hecha la foto y sus propiedades sin que influya la pantalla de tu móvil. Esto ayuda porque hay dispositivos que tienen un tono más blanco, más luminosidad…
Para activar el histograma tendrás que tocar “Opciones de visualización” que está en los tres puntos de arriba a la derecha y seleccionar “Mostrar histograma”.
Lightroom cuenta con la popular “Corrección de lente”, lo que sirve para arreglar el problema de las líneas convergentes cuando sujetamos mal el móvil al hacer la foto.
Dentro de este apartado tendrás dos ajustes que modificar: Óptica y Geometría. En el primer caso tienes que pulsar “Quitar la aberración cromática” y “Correcciones de lente” para eliminar los halos verdes y el viñeteado.
Por otro lado, marca la opción “Geometría” para evitar las líneas convergentes y hacerlas paralelas. La opción “Upright” se comporta bien cuando le das al modo “Auto”, así que no te tienes que comer mucho la cabeza.
Vale, la foto es muy bonita, pero la has hecho torcida sin darte cuenta. En este momento puedes hacer la corrección y reencuadrar la imagen. Lo mejor es que la recortes antes de editar los colores y demás parámetros. Pincha “Recortar” y marca la primera opción para modificar la proporción.
Puedes escoger entre un recorte más cuadrado, rectangular, horizontal o vertical. Para cambiar la orientación del recorte solo tienes que pinchar en el pequeño icono que sale en la parte de arriba.
Que si rosa, que si naranja, verde… la luz puede influir de forma directa en los colores que aparecen en una imagen y cómo los procesa el móvil. Por eso, modificar los colores dominantes es un punto que cambia mucho el resultado final.
Lo importante es que no toques los parámetros a lo loco ni exageres la edición, a menos que quieras parecer un Cheeto o un personaje de Avatar. Dale un poco de calidez para que haya una sensación más ”cozy”.
Para modificarlo tú mismo, vete al icono “Perfiles” y desde ahí podrás decidir cuál será el aspecto inicial de una foto (saturación, contraste…) Ahí puedes elegir el que más te guste, no es un filtro pero sí puedes modificar la intensidad con la que se aplica.
Con este perfil tendrás la foto como si se hubiera hecho skincare, sin el brillo, contraste o saturación que el procesador le da a la imagen. En cuanto tengas seleccionado ese perfil, pincha en el icono “Color” y en “Equilib. Blancos” busca el que más se ajuste a tus gustos.
Para controlar este apartado no hace falta dar mil vueltas, ve directamente a “Exposición” dentro del icono “Luz” y modifícalo en función de las necesidades de la foto (y lo que marca el histograma).
El tema del contraste depende mucho del estilo de fotografía que te guste. Por lo general, es conveniente editar las luces y las sombras por separado con la herramienta de “Curvas”, sí, esa que parece más difícil que volver a dividir sin calculadora.
Ve al icono “Luz” y busca dentro el icono “Curva”. Una vez hecho solo tienes que hacer la forma de una “S” suave. Tendrás que subir un poco la parte superior y bajar la inferior (luces y sombras respectivamente). Asegúrate que la línea de la curva pasa por el medio.
De esta forma, tendrás la foto más real posible, remarcando las luces y sombra que existen en la realidad y tu ojo capta.
No es muy recomendable tocar este apartado a menos que estemos muy seguros de ello. En Lightroom es más sencillo gracias a la posibilidad de modificar las luces y sombras por separado.
Primero empieza por los “Blancos” y después ve a “Iluminaciones”. Dentro del primer apartado busca el blanco más brillante y después regula la luminosidad para que los tonos sean más claros.
Ahora damos un salto al lado contrario. Las sombras pueden dar un ambiente de misterio y drama, pero en otras ocasiones ocultan demasiada información. Por eso tenemos primero que editar “Negros” y después “Sombras”, que están también dentro de “Luz”.
Seguro que ahora mismo tu cara es un poco 😕 al escuchar “acutancia”. Esta palabra hace referencia a la sensación de nitidez. Sí, sensación. La consigues modificando el apartado “Textura” dentro del icono “Efectos”.
Con todo este paso tendrás la imagen final adaptada a una buena calidad para imprimir o subir a donde quieras.
Sabemos que este método es más aburrido y largo que darle al botón “Automático” pero también conseguirás mejores resultados y un aspecto más pro. Ya no tienes excusa para no sacar fotos como un profesional.
