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Vivimos en un mundo en el que las cámaras están al alcance de cualquiera, en cada teléfono móvil tenemos una y eso facilita que podamos retratar todas las circunstancias posibles. Ahora, más que por fotografiar, estamos más preocupados por compartir. Hasta llegar a este punto el mundo de la fotografía ha cambiado demasiado en su historia, con diferentes necesidades y posibilidades.
Desde que tenemos conocimiento, el ser humano tiene interés por guardar recuerdos, registrar momentos de la mejor forma posible que nos ha permitido la tecnología. Hemos comenzado pintando en paredes de cuevas, para terminar perfeccionando los lienzos hasta llegar al realismo, pero sin duda la técnica que mejor nos ha dejado inmortalizar la realidad ha sido la fotografía.
Herramienta vital para documentar la historia en los últimos doscientos años, la fotografía ha experimentado una evolución rapidísima en diferentes soportes que tienen más que ver con los avances en química y circuitos, que con el propio arte. Vamos a hacer un repaso con los que consideramos diez momentos más importantes:
Mucho antes de que se pudieran crear imágenes que perduraran, más cerca de la edad media que de nuestra época, se jugaba con el concepto de la cámara oscura. Se trata un espacio cerrado y oscuro en el que penetra la luz por una abertura en la pared, a través de ella se conseguía proyectar la imagen exterior en el interior.
Tuvieron que pasar más de trescientos años para que el inventor y químico Joseph Niepce consiguiera mantener una imagen en un soporte físico. Esa primera imagen la podéis ver sobre estas líneas, mostrando el pueblo francés de Le Gras, en una instantánea que tardó ocho horas en ser capturada.
Niepce utilizó la revolucionaria técnica de la heliografía, pero a continuación empezaron a aparecer multitud de métodos fotográficos alternativos que la mejoraban, siendo el Daguerrotipo y sus placas de cobre recubiertas de plata, las que consiguieron el mayor éxito. Su principal ventaja es que el tiempo de exposición era mucho menor.
En décadas sucesivas no paró de jugarse con diferentes elementos químicos y superficies para conseguir mayor velocidad y un gasto menor - Calotipo, Colodión húmedo, placas secas -, hasta llegar a un punto en el que la fotografía se convirtió en la herramienta ideal para realizar retratos.
La siguiente gran evolución la podemos encontrar cuando todo el proceso de fotografiar consiguió moverse con el fotógrafo, pudiendo viajar a lugares para documentar acontecimientos, retratos o paisajes. De esta forma nace el periodismo fotográfico.
El primer acontecimiento relevante que convirtió a la cámara en una herramienta vital fue la guerra. Así es, nos tenemos que remontar a 1855 para conocer que Roger Fenton se movió con un estudio móvil por toda Crimea para contarnos en imágenes lo que allí estaba ocurriendo.
Aunque costaría bastante realizar el cambio de blanco y negro a color, en 1861 ya se consiguió registrar una imagen colorida. Hasta entonces se jugaba a colorear las imágenes con diferentes procesos, una técnica más propia de pintores que de fotógrafos.
La primera foto en color fue realizada por James Clerck Maxwell, físico escocés, uniendo tres imágenes realizadas con los tres filtros de color básicos, que son rojo, azul y verde. Pero no había forma de dejar fijo el color en un soporte físico, así que hubo que esperar a la primera placa fotográfica a color de los hermanos Lumière (1903), mejor conocida como Autochrome.
La siguiente revolución llegó con la invención de la película fotográfica en 1889 por parte de George Eastman, dejando atrás las aparatosas placas. Casi al mismo tiempo la compañía de Eastman, bien conocida en nuestros días como Kodak, creó una cámara para el gran público.
Una pequeña caja de cartón llamada Brownie que era muy asequible, pero una cámara al final y al cabo, por lo que se vendieron millones de unidades. La idea pasaba por que tu hacías las fotos y el laboratorio te las revelaba.
Podemos considerar a la Leica I como la primera cámara importante de la historia, tal y como conocemos hoy en día este dispositivo. Diseñada por Oscar Barnack y puesta a la venta en 1925, se convirtió en la herramienta de los fotoperiodistas y fotógrafos más famosos del siglo.
Se caracterizaba por usar el formato de 35 milímetros que luego se convirtió en la referencia estándar del mercado, era tan pequeña como rápida, y llegaron modelos con muchas mejoras como los objetivos intercambiables.
En este mismo periodo de tiempo tenemos que conocer que llegaron las primeras bombillas iluminadoras por parte de General Electric. Mejoraban la fotografía en situaciones pobres de luz sin tener que hacer uso del peligroso polvo de magnesio.
Al mismo tiempo en los dos lados del charco se consiguieron poner a la venta películas que registraban color. Lo consiguieron Kodak con Kodachrome en Estados Unidos y Afga en Alemania con Agfacolor, a mediados de los años treinta. El primer sistema ha seguido comercializándose hasta 2009.
No podemos olvidarnos que en este mismo periodo de tiempo nace la fotografía instantánea, aunque pueda parecer algo bastante más moderno. Fue en 1938 cuando Edwin Land creó el primer prototipo, para diez años más tarde crear la primera cámara de Polaroid.
La carrera espacial que mantuvieron rusos y norteamericanos también tuvo su vertiente fotográfica. La NASA ha hecho muy bien su trabajo a posteriori enseñándonos las maravillosas fotos que hacían con cámaras Hasselblad, pero fueron los rusos los primeros en apretar el botón en el espacio.
Más concretamente fue Gherman Titov, en 1961, en la nave Vostok 2.
Poder captar la información con sensores digitales y guardar las imágenes en memorias ha sido el cambio más importante que podemos encontrar en la historia de la fotografía. Un punto y aparte que inicialmente adolecía de calidad pero que ha sido subsanado con creces en la última década.
La primera vez que ocurrió este fenómeno tecnológico fue en 1975, con una cámara concebida por el ingeniero Steven Sasson en Kodak. Era capaz de registrar tomas de 100x 100 píxeles y las guardaba en una cinta. Tuvo que pasar una década para comenzar a ver la idea transportada al gran público, con importantes hitos como:
Una relación tan fructífera como longeva, pocos pensaban que este componente iba a convertirse en tan importante en nuestros terminales. Pero como en todo hubo una primera vez, que fue en 1999, cuando Kyocera lanzó el primer teléfono en Japón. Solo cabían 20 fotos y la cámara era frontal.
No pararon de aparecer mejores cámaras, con más megapíxeles y mejores ópticas, pero al mismo tiempo descubríamos que la mejor cámara era aquella que siempre podíamos llevar encima. Los teléfonos eran además un elemento ideal para editar y compartir las imágenes, todo en el mismo dispositivo.
La revolución total llegó con el iPhone, en 2007, ya que nos enseñaba las imágenes a toda pantalla con una gestión completamente táctil, y lo más importante, llegaban las aplicaciones que nos permitían procesarlas y crear álbumes que todos podían ver en la red de redes.
La más importante perdura hoy en día como la principal red social en actividad, la conocemos todos: Instagram.
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