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El verano trae consigo muchas cosas buenas: los helados a cualquier hora, las terrazas, más horas de sol, vacaciones inolvidables, amores de verano, festivales de música, mucho postureo en redes sociales…
Y también otras cosas no tan buenas como la masificación de los lugares de playa, los mosquitos, o el excesivo calor. Pero, hay un efecto que no sabríamos en cuál de los grupos calificar: los challenges o retos virales que circulan por Internet.
El auge de Internet ha traído conectividad y diversión a las personas. Lo que antes era un entretenimiento unidireccional dado por la televisión, ahora se ha transformado en que todos los usuarios somos partícipes de ese fenómeno y estamos dentro del juego de crear contenido.
Por ello, las redes sociales se llenan de modas y retos que involucran a todos los usuarios de la comunidad.
¿Quién no recuerda el Mannequin challenge del 2016, en el que la cámara grababa una habitación en el que todas las personas estaban inmóviles, como maniquíes? O, ¿cuántas horas pasaste haciendo girar en el aire una botella de agua medio lleno hasta que cayese de pie para poder hacer el dub?
El Condom Challenge, en el que se llenaba un preservativo de agua y se tiraba a alguien a la cabeza con la intención de que no explotase e hiciese efecto pecera; Cheese Challenge, que consistía en tirarle un tranchete de queso a alguien en la cara y esperar su reacción; el Delle Alli Challenge, que consistía en hacer un círculo con los dedos alrededor del ojo pero de una manera concreta… Todos son retos virales que han invadido nuestras redes sociales hasta que llegaba otro reto a sustituirlo.
En el verano del 2018, la Policía y la DGT tuvo que enfrentarse a un challenge que iba en contra de la seguridad vial. El reto consistía en, mientras el coche estaba en marcha a poca velocidad, el copiloto se baja y, con la puerta abierta, bailaba la canción y caminaba al ritmo del coche. La canción se llama In My Feelings de Drake, aunque, tras el juego es reconocida como el “kiki”.
El reto de este verano es el ya famoso Bottle Cap Challenge y consiste en destapar una botella de una patada y un previo giro de 360 grados. Simple, ¿verdad?
Multitud de famosos ya se han sumado al reto y le han aplicado su toque personal, siguiendo la premisa de no utilizar las manos pero destapandolo de una forma creativa.
La cantante Mariah Carey ha destapado la botella con su voz, el futbolista Sergio Ramos con la lengua, la ex gimnasta María Cid con la pierna mientras realizaba el pino, el actor Ryan Reynolds ha creado un corto con final inesperado…
Más de 100.000 publicaciones de vídeos circulan en las redes con el hashtag #BottleCapChallenge. Este reto se vitalizó gracias al actor Jason Statham, que fue retado por el atleta de artes marciales Farabi Davletchin que, según algunos medios, era un reto impuesto por su entrenador personal.
La canción Call Me Maybe de la cantante canadiense Carly Rae Jepsen fue versionada por muchos artistas conocidos, dando así una popularidad y viralidad casi inédita hasta el momento en redes sociales. Durante el verano del 2012, la canción dio la vuelta al mundo y fue reinterpretada por artistas como Justin Bieber, Katy Perry, Jimmy Fallon. Hasta el equipo de natación estaodunidense o militares del ejército argentino hicieron sus versiones del vídeoclip.
Esta canción podría considerarse como el primer challenge en el que todos participaban cantando una canción determinada e reinterpretando un vídeo original.
En 2013, nació otro de los primeros fenómenos de Internet: Harlem Shake. Este reto consistía en bailar una canción del Baauer llamada Harlem Shake de una forma específica. Al inicio, una sola persona bailaba el tema mientras los demás lo ignoraban y no se movían. En el cambio de ritmo de la canción, había un corte en el vídeo y toda la gente aparecía bailando con movimientos estrambóticos, disfrazados, con accesorios extraños…
El verano del 2014, estuvo pasado por cubos de agua por una buena causa. El reto viral impulsado por Anthony Senerchia Jr., a quien se considera el creador del Ice Bucket Challenge, para concienciar sobre la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) dio la vuelta al mundo.
Personajes públicos como Steven Spielberg, Mark Zuckerberg, Bill Gates, Donald Trump, Shakira, Cristiano Ronaldo, Beyoncé, Leo Messi… Se rociaban un cubo de agua helada por la cabeza, realizaban su donación a la ALS Association para la investigación de la enfermedad neurodegenerativa y animaban a otras personas a cumplir con el reto. Y el resto de usuarios de las redes sociales hicieron lo mismo.
Bailes, retos físicos, bromas… Todo puede ser vulnerable para convertirse en reto viral. Sin embargo, algunos de estos ‘challenges’ han supuesto graves consecuencias a quienes lo han llevado a cabo.
El reto de comer una cucharada de canela en polvo supuso varios colapsos pulmonares y problemas respiratorios. El #100layersofclothes consistía en colocarse cien camisetas o capas de ropa lo que supuso ataques de ansiedad entre los participantes que no conseguían quitarse después las prendas.
Otros mucho más aterradores y peligrosos fueron el reto de La Ballena Azul y Momo. Estos dos retos fueron también de carácter internacional que preocuparon a las autoridades. La Ballena Azul se cobró la vida de centenares de adolescentes, ya que consistía en ir superando pruebas hasta llegar a la última que era el suicidio.
El reto inquietante de Momo, por su parte, consistía en enviarle un mensaje y te respondía con imágenes violentas, amenazas, datos personales…
El auge de las redes sociales hacen que un contenido cruce el mundo en apenas unos segundos y lo vean millones de personas. Las redes sociales son esas estructuras online a las que pertenecemos un 42% de la población mundial o, lo que es lo mismo, más de 3.000 millones de usuarios registrados, según el Estudio Anual de Redes Sociales de 2018 de IAB Spain.
En España, un 31% de los usuarios de redes sociales tienen edades comprendidas entre los 16 y 30 años, siendo los usuarios de entre 31 y 45 años que más las utilizan con un 39% y cerrando con un 30% de los usuarios con edades comprendidas entre 46 y 65 años.
Según el estudio, Facebook y Whatsapp siguen siendo las redes sociales donde más tiempo invertimos a lo largo del día, aunque Facebook comienza a perder fuerza si lo comparamos con el 2017. YouTube e Instagram se colocan en tercer y cuarto puesto, siendo Instagram la red que más incremento de usuarios registrados está experimentando.
Todo esto para poder hacer una pequeña radiografía de quienes estamos dentro de ese mundo digital, con sus normas y sus reglas adaptadas a una vida virtual que, a veces, poco se diferencia de algunos capítulos de la famosa serie Black Mirror.
En las redes sociales no todo vale, pero cada uno puede seguir y crear el contenido que le guste, interactuar y recibir contenido de sus personajes públicos favoritos, fingir ser quien no es o ser realmente quién le gustaría ser.
