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¿Estás pensando en comprarte una impresora 3D? Seguro que ya te has dado cuenta de que hay mucho —muchísimo— donde elegir. Entre tecnologías, el ABS y el PLA, la velocidad de impresión y los cabezales, esto necesita un máster. Por eso, antes de que te precipites y no hagas una buena compra, te contamos los mejores consejos y recomendaciones que debes saber.
Las posibilidades que ofrece la impresión 3D son increíbles. Sobre todo para quienes crecieron coleccionando Pokémon o cualquier otra frikada. A fin de cuentas, ¡te da la oportunidad de crear lo que quieras!
Aunque es cierto que hay algunas limitaciones y es necesario que conozcas sobre programación para poder hacer creaciones desde cero, puedes ayudarte de webs a las que se suben diseños libres de derechos y descargarlos.
Sabiendo todo lo bueno que tiene este tipo de impresoras, es normal que te apetezca comprarte una. Son un poco caras, así que lo mejor es que te asegures que quedarte con una que sea lo que realmente buscas.
Para ello, tienes que pensar en varias cosas: el uso que le vas a dar, tu presupuesto... No te preocupes, te vamos a desglosar paso a paso todo en lo que deberías pensar.
Lo primero que debes plantearte es: ¿para qué quiero una impresora 3D? La respuesta va a condicionar el tipo de máquina que te compres, ya que hay diferentes modelos, especializados en distintas tareas.
Si estás pensando en utilizar la impresora 3D como herramienta de trabajo, tendrás que buscar una con alta velocidad de impresión y resultados logrados, y que pueda funcionar durante varias horas seguidas sin generar problemas.
En cambio, para hacer impresiones de objetos que te gusten o que vayas a regalar, no necesitas una máquina tan potente: a lo mejor deberías centrarte en que tenga varios colores o un mejor acabado.
Una vez tengas claro qué uso le quieres dar a la impresora 3D puedes seleccionar las características necesarias. El producto final es una de las principales preocupaciones.
Ten en cuenta que la impresión 3D es algo que avanza muy despacio, toma su tiempo, independientemente del tamaño que tengan las figuras. Echa un vistazo a las velocidades y escoge una que no te suponga un problema.
El tamaño es otra de las cosas que deberías comprobar. ¿Quieres hacer figuras de acción? Entonces tienes que elegir una que tenga las medidas necesarias y no se te quede corta.
Por último, no te olvides de la calidad final del producto. El espesor es lo que te interesa aquí, si quieres que el resultado final sea lo mejor posible debería estar en torno a los 0,05-0,1 mm.
Cada impresora 3D tiene unas características especiales que debes tener en cuenta, una de ellas es el tipo de material que puedes utilizar. Se pueden distinguir dos tipos: las que usan filamento y las que aprovechan resina.
Las FDM (Fused Deposit Modeling) aprovechan el filamento con forma de hilo, que se calienta y se puede modelar en la tabla. Este tipo de impresora va capa por capa y se puede usar en diferentes ámbitos.
Es la mejor opción si no tienes ninguna experiencia con las impresoras 3D, ya que es sencilla de usar, más barata y cuenta con diferentes tipos de filamentos para usar. Gracias a ello, puedes cambiar entre colores, grosor, textura…
Por otro lado, están las impresoras de resina líquida fotosensible. En este caso, se aprovecha un láser para que trabaje por encima de los materiales y de forma poco a poco.
Está pensado para crear productos más detallados y complejos, además de dar un resultado mucho más perfecto. Por eso mismo, se recomienda para tareas más difíciles.
La impresora 3D no es como un móvil, requiere bastante espacio para poder funcionar. Dependiendo del modelo que elijas, es posible que una mesa no sea suficiente.
Lo primero de todo es considerar de cuánto espacio dispones y busques una que se adapte a ese espacio. Si es demasiado grande, puede que te toque echarle un vistazo a otras habitaciones.
Es conveniente que sea una sala limpia, ya que el polvo afectará al funcionamiento de la impresora. Tampoco te recomendamos que la coloques en el suelo, ya que cogerá suciedad con mayor facilidad.
Ya te lo hemos dicho antes, las impresoras 3D no son baratas ni todo el mundo se las puede permitir. Por eso mismo, vas a necesitar una que se adapte a tu presupuesto.
Ojo, no debes fijarte únicamente en el coste inicial de la compra. El mantenimiento y el tipo de material que se utilice influirá a largo plazo en lo que te cueste todo.
En caso de que busques algo asequible, la impresión FDM es la más económica. Su precio inicial está bastante bien y cuenta con filamentos a muy buen precio.
En cambio, si el precio no es un problema y quieres tener el mejor resultado posible, la impresión de resina líquida fotosensible es la que te conviene más. ¡Todo es cuestión de tu caso concreto!
Para que no vayas a ciegas, hemos hecho una pequeña selección de algunas impresoras 3D que nos han llamado la atención y que pueden cumplir bastante bien con lo que buscas.
Si lo que quieres es una impresora 3D para probar y que tenga una buena relación calidad-precio, la 3D Hellbot Magna SE te va a venir genial. Usa la tecnología FDM, es súper silenciosa y su pantalla táctil funciona de lujo.
Subimos un poquito de nivel con esta impresora 3D, que tiene una velocidad de impresión increíble. Es compatible con una gran variedad de materiales e incluye una nivelación automática con maya de 49 puntos.
Terminamos con una opción que va a encantar a los que ya sepan un poco de impresoras 3D. Cuenta con un sistema de extrusión directo, además, calidad y velocidad de impresión son increíbles. La mejor de las que os traemos.
Por nuestra parte, ¡más o menos esto es todo! Sí te aconsejamos que, si tienes dudas específicas, te informes con especialistas en el tema, para que te orienten. ¿Todo listo para empezar a imprimir? ¡Tu imaginación es el límite! 😊
