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Ya nos lo advirtieron los expertos en nuevas tecnologías hace unos años: en el futuro, todo se hará con el móvil. Y no vamos mal encaminados. Porque si hace una década nos hubiesen dicho que con el dispositivo podríamos gestionar nuestras cuentas bancarias, se nos habrían salido los ojos de las órbitas. Y esto tan solo va a ir a más.
Desde hace unas semanas, en España ya existe el primer restaurante donde se puede pagar con la cara. Así, tal cual. Se trata de uno de los locales de la cadena Viena que está situado en la Avenida Diagonal 405 de la ciudad de Barcelona.
Nosotros hemos querido saber cómo funciona la tecnología de reconocimiento facial en este sentido y nos hemos presentado en el restaurante dispuestos a pagar con la cara (que no es lo mismo que irnos con las consumiciones por la cara). Esta ha sido nuestra experiencia.
Esa es la pregunta que a cualquiera de nosotros nos surge si nos dicen que podemos pagar con nuestra cara. Pero lo cierto es que es muy sencillo y en el local de la cadena Viena donde se ha puesto en marcha este servicio pionero son todo facilidades para el usuario.
Nada más entrar al establecimiento, un enorme roll up indica que no te has equivocado, que este es el sitio donde puedes pagar con la cara, y además te da las instrucciones de cómo hacerlo. También informan de que ésta es “una solución pionera que utiliza la biometría para mejorar la experiencia de compra en los comercios”.
La idea, tal y como explica el cartel, es un piloto de colaboración entre Viena y el Payment Innovation Hub, el primer 'hub' de innovación de España especializado en medios de pago y soluciones para comercios y uno de los primeros del mundo impulsado por una alianza multisectorial de las empresas CaixaBank, Global Payments, Samsung, Visa y Arval.
Durante dos meses permitirá que los clientes de este local prueben esta innovadora experiencia. Así que si esto empezó a funcionar a finales de septiembre, aún tienes hasta que finalice noviembre para probarlo ¿A qué esperas?
El primer paso es descargarte la app Face to Pay, que es gratuita. Lo siguiente que debe hacer es registrarte, y antes de que pongas los ojos en blanco, te diremos que es muy, muy rápido. Primero, como toda buena aplicación, te dan la bienvenida a Face to Pay y te revelan qué puedes hacer con ella:
Una vez ya te has informado de los beneficios de Face to Pay, pasas al registro de datos personales (repetimos, muy rápido). Ahí tendrás que introducir, además, el método de pago con el que vas a querer operar. Y una vez lo hayas seleccionado y los datos están aprobados, ¡llega el momento de hacerse un selfie!
Esta ha sido la parte que más nos ha costado. No sabemos si por un problema de luz o del fondo que teníamos, la cámara no reconocía la cara y hemos tenido que repetir la operación hasta cuatro veces (eso explica la cara de pocos amigos con la que he salido al final).
Una vez hemos conseguido hacernos el primer selfie, nos damos cuenta de que tenemos que repetir la operación cuatro veces más. ¿Por qué? Pues porque teniendo en cuenta que son nuestros rasgos faciales los que van a hacer que paguemos o no, la app tiene que asegurarse de que los tiene bien detectados. ¡Así que prepárate para hacerte cinco selfies!
Una vez lo has conseguido, ya está casi todo hecho, así que si quieres, ya puedes guardarte el móvil en el bolsillo porque no lo vas a necesitar más. El siguiente paso es elegir qué es lo que quieres y acercarte a la barra a pedirlo. Ahora es cuando llega lo bueno: pagar.
Al lado de la caja registradora, Viena ha dispuesto una especie de tablet en vertical que es el lugar donde tenemos que mirar para poder realizar el pago (de hecho, el propio marco te lo indica: “Mira a la pantalla para realizar el pago”).
Cabe decir, antes de seguir con la narración de esta experiencia, que los trabajadores del restaurante están súper pendientes y te indican qué debes hacer en todo momento. Pues bien, ahora llega el momento en que, después de pedir una botella de agua, la cajera introduce el precio en la caja y nosotros acercamos el rostro a la pantalla.
Tan solo debemos situar nuestro rostro en la esfera central para que lea nuestras facciones y nos haga el reconocimiento facial. ¡Y vaya si funciona! En poquísimos segundos, la compra se ha realizado y así te lo indica la pantalla.
Para que el cargo se realice tienes que presionar el botón de aceptar que aparece en la tablet, y en ese momento, ya la compra ya se ha realizado. En mi caso, me llegó una notificación al móvil (porque las tengo activadas), aunque si tuvieses dudas, el ticket de compra también te indica el pago.
Como ves, además del recibo habitual de Viena se genera otro específico de Face to Pay que incluye el código de la transacción y el ID del terminal con el que se ha hecho. ¡Más fácil imposible!
Después de hacer la compra del botellín de agua, aprovechamos para preguntar a dos trabajadoras de Viena qué tal había sido la reacción de los clientes entorno a Face to Pay. ¡Y las noticias no podrían ser más buenas!
La idea de pagar con la cara ha tenido una gran aceptación, sobre todo en público joven y adulto. Y es que, ahora que lo hemos probado, podemos confirmar que es un método de pago súper cómodo y rápido. El único momento en el que tienes que invertir algo de tiempo (poquito) es en descargarte la app y darte de alta. Pero una vez hecho esto, es una maravilla. ¡Hasta la próxima!
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