Stranger Things ha sido considerada como una de las mejores series de Netflix de los últimos tiempos. Situada en el contexto histórico de los años 80, esta producción americana ha suscitado no solo emociones entre los más nostálgicos de la época, sino la conformación de una legión de voluntarios de Internet dedicados a encontrar semejanzas, diferencias y posibles vínculos entre la historia de Eleven y sus amigos y una teoría conspirativa muy conocida en Estados Unidos.
Montauk Project, el que podría ser el origen de Stranger Things
Los hermanos Duffer, directores de Stranger Things, contaron en una famosa revista que el germen de la serie había estado en la película Prisioneros, que se les había quedado corta y decidieron hacer algo parecido para una plataforma por streaming (HBO o Netflix) y alargarlo hasta convertirlo en serie. Sin embargo, los hermanos consideraron que necesitaban más ingredientes para conseguir una mezcla perfecta y ahí fue cuando descubrieron la historia que les sirvió de inspiración.
Tal vez no lo recuerdes o no lo hayas sabido nunca, hasta ahora, pero a principios de los 90, un personaje hasta ese momento desconocido para el público americano, Preston Nichols, publicaba el libro The Montauk Project: Experiments in Time. Se trata de una historia nunca confirmada del todo pero supuestamente basada en hechos reales (según él) donde se detalla cómo el gobierno estadounidense experimentó con él y dos colegas más (los hermanos Cameron) con fines científicos y militares durante la Segunda Guerra Mundial. Verdad o mentira, desde luego el argumento da para peli o para serie, ¿no?
Según Nichols, el motivo de su silencio durante todos estos años no fue, sin embargo, consciente, ya que los protagonistas de esta historia aseguran que les borraron los recuerdos para que no contaran nada. No obstante, consiguieron recuperarlos.
Aunque Nichols fue el encargado de divulgar a todo aquel que quisiera escucharle en qué consistieron estos experimentos, no fue el primero en tener estos recuerdos, sino uno de los hermanos Cameron.
El experimento Philadelphia
En los años 80, Hollywood lanzaba una superproducción de ciencia ficción, que tal vez te resulte más familiar, titulada Experimento Philadelphia, en la que se desvelaban unos supuestos experimentos ocultos del Gobierno estadounidense que se realizaron durante la Segunda Guerra Mundial.
La protagonista de la película era una nave submarina, de nombre USS Eldridge, en la que iban varios tripulantes. Para hacerla desaparecer del radar nazi, esta nave transportaba una novedosa tecnología capaz de teletransportarla hacia el futuro. Aparecidos de repente en los años 80, los tripulantes de la nave conseguían unos misiles más modernos que los de la época y los utilizaban para los intereses norteamericanos. Es decir, que la nave y sus tripulantes iban y venían del futuro en los años 40. Algo que, si nos ponemos a conspirar nosotros también, podría ser una teoría revisitada por Marvel en el hilo argumental del Capitán América en Endgame.
Uno de los espectadores de la película sufrió una especie de déjà vu con esta historia y se convenció de que él y su hermano eran los tripulantes del USS Eldridge. Su relato se volvió más intenso al descubrir que vivía con un nombre falso y que, en realidad, se llamaba Edward Cameron. Tras ciertas averiguaciones comenzó a relatar públicamente su experiencia y la de su hermano Duncan, como el exitoso resultado de lo que llamaron el proyecto Montauk, en el que también participó Nichols y otros muchos personajes que, de un modo inaudito, fueron confirmando todos y cada uno de los detalles de Cameron.
Una vez la atención mediática se centró en estos personajes, todos ellos justificaron la aparición de esta historia gracias a las novedosas terapias a las que habían asistido para desbloquear sus recuerdos. Por ejemplo, otro detalle importante que te queremos contar es que un tal Nikola Tesla fue el encargado de hacer invisible la nave en la que iban él y su hermano, Duncan, abriendo un agujero en el tiempo que la absorbió.
Según su relato, los hermanos llegaron al Camp Hero State Park de Montauk el 12 de agosto de 1983, abriendo el primer espacio temporal de muchos más que tendrían lugar. En Camp Hero estaban unos militares que los mandaron de vuelta con la misión de destruir el equipo, como así hicieron.
Los poderes de Duncan
El libro de Nichols revela cómo estuvo trabajando con Edward y su hermano en otro proyecto, denominado Silla Montauk en el que Duncan Cameron, que por aquel entonces era un niño, participaba como conejillo de indias. Parece ser que este chico tenía ciertos poderes, entre los que se encontraban el poder hacer aparecer objetos tan solo con pensar en ellos y mover cosas (como hace el personaje de Eleven en la serie). En este proyecto utilizaban el electromagnetismo de un mueble para aumentar los poderes psíquicos de Duncan.
El primer experimento que realizaron bajo este proyecto consistía en que Duncan, a través de un mechón de pelo o un objeto perteneciente a una persona, era capaz de ver, sentir y escuchar como ella. Muchas de estas habilidades las podemos encontrar, de nuevo, en el personaje de Eleven, en varias temporadas de la serie.
Parece ser que Duncan no fue el único niño al que utilizó el gobierno para sus experimentos, sino que había más infantes secuestrados en aquellas instalaciones. Esta parte de la historia también coincide con algún capítulo de Stranger Things, ya que Eleven consigue escaparse de su raptor junto con un grupo de niños.
Montauk Project podría haber sido el nombre original de Stranger Things
Una de las pistas que relacionaron la serie con el proyecto fue que, un año antes de su estreno en Netflix, este ya anunciaba que iba a estrenar un largometraje de 8 capítulos y de nombre Montauk. Ambientada en los años 80, la descripción de la trama recordaba mucho al libro y las historias que contaron Nichols y los hermanos Cameron.
Si es cierta o no esta teoría conspiratoria, no podemos saberlo. Sabemos que los hermanos Duffer han evitado confirmar o desmentir que la serie tenga relación alguna con Mountauk Project y se han limitado a explicar que abandonaron ese nombre porque les parecía "doloroso".
Lo que sí parece haberse llevado a cabo es el denominado Proyecto MKUltra, una operación secreta que fue llevada a cabo por el Centro de Inteligencia Estadounidense (CIA) desde los años 50 y que duró dos décadas.
El objetivo de dicho proyecto era desarrollar diferentes técnicas de control mental para ser utilizadas como armas frente al enemigo. Para ello, drogaban a personas sin ningún control y las sometían a ciertas torturas físicas y mentales, como la falta de comida y de sueño.
Ninguna de estas torturas sale en Stranger Things, pero es el único hecho considerado como cierto de toda la historia que según muchos seguidores de la trama la envuelve.