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"El mejor juego de Final Fantasy es el FF VII". Bueno, eso depende de cuántos años tengas y de cuál haya sido la primera entrega que jugaste. La franquicia de Square Enix ha cruzado varias generaciones de jugadores y consolas con auténticas joyas.
Los soliloquios de Vivi, la despedida de Tidus, el "Aria di Mezzo Carattere" de la ópera, la muerte de Aeris... es IMPOSIBLE quedarse solo con un juego. Toda la saga está plagadita de momentazos en algunos de los mejores títulos de la historia.
Y ya no solo hablamos del JRPG, donde Final Fantasy es imbatible en lo que respecta a marca, sino en general. De hecho, PlayStation no habría podido despegar y dejar atrás a Nintendo sin su ayuda.
Ahora con Final Fantasy XVI a la vuelta de la esquina, en Bloygo nos hemos propuesto lo imposible: olvidarnos de las bajonas de FF XIII o FF XV e intentar elegir los mejores juegos de Final Fantasy.
Recuerda que esto es arbitrario y que puedes votar a tu favorito para cambiar el orden del ranking. Dicho esto, pilla tu equipación, sube niveles y ¡allévoy!
¿Es el mejor juego de Final Fantasy? Sin duda es el que más adeptos defensores arrastra. Final Fantasy VII es el título insignia de Square Enix; una entrega que consiguió disparar las ventas de PSX en los 90 y que tras la pandemia permtió a la compañía abrir la veda de los remakes (además de parir una precuela y una película). Si le preguntas a alguien por un personaje de la franquicia lo más seguro es que te nombre a Cloud. Y es normal. AVALANCHA, Aeris, Sephirot, Midgar, las materias, la estética superdeformed, las traducciones pochas en español; a todo esto le debemos la popularidad hoy del JRPG en todo el mundo (y en España). Del "Kitase+Sakaguchi+Uematsu+Nomura" solo podía salir oro.
¿Quieres una entrega 100% clásica? Entonces Final Fantasy VI es lo tuyo. La última entrega de la franquicia en la SNES deconstruía de arriba abajo las bases de la marca para modernizarlas y llevarlas hasta lo que hoy identificamos como un "Final Fantasy": historia política-fantástica elaborada, tropecientos personajes, clases, armas y habilidades, un mundo casi infinito y personalidad a borbotones por todas partes. Muchos jugadores solo lo mencionan para hablar de la escena de la ópera o de la batalla final contra Kefka, pero aquí hay mucho, muchísimo más. Gráficos retro para una aventura en la que podemos encontrar tanto la esencia original de Squaresoft como el futuro de Square Enix.
Fue un regreso y una despedida al mismo tiempo. Final Fantasy IX recuperaba el tono medieval y la fantasía de fábula más tradicional tras el cyberpunk de las dos entregas anteriores, y al mismo tiempo ponía el broche de oro para la saga en los 32 bits. Fue el último título para PSX y el que más recuerdan los niños de los 90. Ni el carisma de sus protagonistas ni el detallismo de los paisajes prerenderizados se ha vuelto a recuperar desde entonces. Batallas por turnos con la fórmula más clásica, una banda sonora más Uematsu que nunca y un enemigo final algo pocho que no desmerece al resto. JUEGAZO.
Para muchos la franquicia empezaba a perder la gloria de antaño; para otros tocaba el cielo. La cosa es que en las listas de los mejores juegos de Final Fantasy siempre suele aparecer Final Fantasy X. Fue la primera entrega para PS2, el primer juego que abandonaba el prerenderizado y también la primera iteración con secuela directa. Ah, y por encima de todo eso: la aventura de Tidus y Yuna está entre los 20 videojuegos de consola más vendidos de la historia. Para nosotros es oro puro por cosas como la risa del prota, Sinh, el blitzball, la personalidad de Auron o las invocaciones. Ah, y tiene sin duda una de las tres mejores BSO de toda la saga.
El adiós definitivo a los últimos trazos de la "fórmula clásica". Final Fantasy XII sí que supuso un antes y un después para la franquicia. Antes de ella bailan los grandes de siempre, y después los intentos de Square Enix de recuperar la gloria de aquellos. Por eso mismo para muchos es inexistente. Sin embargo esta entrega tiene uno de los mundos abiertos más apasionantes de las últimas décadas, combates sorprendentes que abandonan la aleatoriedad y los turnos clásicos y una ambientación árabe que atrapa. Hiroyuki Itō trata de compensar la floja trama y la ausencia de grandes nombres en el equipo de desarrollo con todo esto. Un juego notable que dio coherencia al universo de Final Fantasy Tactics.
No ha recibido el trato que merecía hasta la llegada de la oleada nostálgica, y es una pena. Final Fantasy IV puede no ser el mejor juego de la saga, pero es sin duda uno de los más importantes para su desarrollo. Esta primera entrega de la marca para la SNES se deshizo de la fama casual y genérica que hasta encontes tenía, introduciendo personajes con nombres, una historia reconocible y desarrollos con carisma tanto en personajes como en mundo. La introducción del Active Time Battle para las batallas y la simple presencia de Cecil ya hacen a este juego merecedor de un puesto en el ranking.
Le pesa y le pesará ser la entrega que sucedió a Final Fantasy VII. Pero con todo y con eso, para nosotros sigue siendo uno de los mejores juegos de FF. La octava entrega de la franquicia tomaba algunas decisiones controvertidas que no terminaron de funcionar: personajes realistas, progresión de personajes mediante extracciones de magias y destrucción de la progresión por experiencia y niveles. Vale que no lo compramos todo, pero sí con quedarnos embobados con la relación de Squall y Rinoa. ¿Quién no flipa con la escena de introducción?
Nos hemos dejado fuera de la lista todos los spin-offs, pero eso no significa que no flipemos con Final Fantasy Tactics o Crisis Core. Tampoco incluimos Final Fantasy XI por ser una rara avis online de la franquicia. Y lo mismo para Final Fantasy XIV.
¿Qué pasa con Final Fantasy XV o Final Fantasy XIII? Pues que para gustos, colores, y estos a nosotros no nos gustan. Pero eso es lo que hace realmente especial a la saga.
