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¿Cuánto sabes sobre los emoticonos de Whatsapp?

21 Enero 2019 - Actualizado 29 Noviembre 2021

Los emoticonos de Whatsapp se han convertido en un lenguaje universal, utilizado por personas de todas las edades y partes del mundo para comunicarse a través de cualquier red social, pues hace mucho que han trascendido de su entorno original.

Estas simpáticas caritas y expresivos símbolos de Whatsapp, tan asociados al uso de la plataforma reina de la mensajería instantánea, han logrado resumir el conjunto de ideas y sentimientos de los hombres y mujeres del siglo XXI. Y en esto, precisamente, reside su éxito: en la sencillez y capacidad para la concreción.Tanto es así que hay quien afirma que todo lo que puede decirse, puede decirse con los emoticonos de Whatsapp, incluso ese "no eres tú, soy yo" que tantos dramas ha generado.

De este modo, más allá de un emoticono sólo quedaría lugar para lo superfluo, para la palabrería, tanto que algunos osados defensores de este lenguaje o arte de la simbología han intentado transcribir en emojis el argumento de obras maestras de la literatura como La Odisea, El Quijote, Anna Karenina o las predicciones de tu cuñado sobre la próxima crisis económica mundial que él sabe a cierta cierta que podría empezar en cualquier momento..

El origen de los emoticonos

Los eruditos dedicados a la investigación sobre el origen de los emoticonos, aquellos a los que solemos referirnos con la carita del empollón de gafas, han situado el origen del emoji en un discurso escrito de Abraham Lincoln. Un discurso en el que utilizaba el punto y coma junto con el cierre de paréntesis para dar entender que quien le escuchara debía reírse con sus palabras. Y tras este presidencial embrión emoji, es a la americana Universidad de Carnegie Mellon a la que se atribuye, en 1982, la creación de las caras amarillas con las que actualmente identificamos los emoticonos.

Pero, si nos limitamos a nuestra historia reciente, aquella de la que nos acordamos porque la sufrimos en nuestras carnes tanto como el discurso de Chenoa en chándal, estaremos de acuerdo en que fueron los emoticonos de Messenger los que abrieron la senda, cada vez más transitada, de esta divertida comunicación simbólica.

En los inicios del 2000, la aplicación de Microsoft era una de las favoritas para las comunicaciones desde el PC. Y pronto, el desplegable de emojis pasó a ser uno de los recursos más utilizados. Con aquellas caras redondeadas, los usuarios descubrieron que con un solo clic en los emoticonos de Messenger podían ahorrarse un teclear innecesario. Desde entonces hasta ahora, cualquier aplicación de conversaciones on-line que se precie dispone, con mayor o menor originalidad, de un repertorio de emojis propios.

Así, paralelamente a su creciente uso, en chats y foros han ido apareciendo emojis nuevos ampliando una gama que, en opinión de algunos enterados, parece estar llegando a su máximo de expresividad.

Así lo piensan, por ejemplo, los responsables de Whatsapp. Conscientes de que la descontrolada irrupción de emojis nuevos puede acabar banalizando su uso, someten a un duro examen las propuestas recibidas para la creación de nuevos emoticonos.

Por ejemplo, cuando desde España hizo campaña a favor de un emoji para la paella, lejos de aceptarse de manera inmediata, para que, finalmente se produjera su incorporación a finales de 2016, fue necesaria una campaña global en redes, auspiciada por una famosa marca de arroces y respaldada por el seguimiento de gran parte de la comunidad de usuarios españoles.

No ha costado tanto, sin embargo, que la simbología de Whatsapp se haya adaptado a las principales sensibilidades culturales. Esta es la razón por la que, sea cual sea tu nacionalidad, color de piel, orientación sexual, tipo de familia o religión puedes encontrar una manera para expresarte con precisión. Además, la lista de emojis crece cada año, los nuevos emoticonos de Whatsapp molan más que ser tú quien deje a tu crush en visto.

Emoticonos para todos los gustos

Junto a los eruditos de gafas de pasta, encontramos también al científico y la científica con bata y tubo de ensayo humeante. Es con estos personajes, emojis vivientes, con los que representamos a aquellos que trabajan en el I+D de la gigante industria de los emoticonos.

Pero no todas las comunidades se conforman con adoptar los emoticonos de Whatsapp. Una buena prueba de esto la encontramos en los emoticonos de forocoches: imágenes con un toque más gamberro y la regla conocida por todos de penalizar a quien ose utilizar emojis de Whatsapp en el foro.

El gusto por los emojis conduce a su inevitable reproducción, en la que hay cabida para nuevas formas de expresión que antes ni siquiera podíamos concebir. En este sentido, los stickers de Whatsapp o los gifs, sin ser estrictamente unos emoticonos, inauguran una dimensión simbólica.

Nuevamente, con un solo clic podemos ahorrarnos un teclear innecesario y el envío de fotos con peso que ocupen espacio en tu móvil, aludiendo ahora no sólo a una idea o sentimiento sino también, a un personaje famoso, una película o una situación divertida, entrañable o embarazosa.

Y esto gracias a que, a diferencia de los clásicos emoticonos, los stickers pueden ser creados por cada usuario a su gusto e incluso a su imagen y semejanza. De hecho, ya existen aplicaciones que convierten una fotografía tomada por la cámara de nuestro móvil en un objeto que se inserta a modo de emoji en nuestras conversaciones de Whatsapp. Y todo ello, en apenas unos segundos.

¿Qué depara el futuro a los emojis?

A la vista de lo anterior hay cabida para una reflexión sobre el futuro de los emoticonos. ¿Acabarán siendo los emojis eclipsados por la versatilidad y mayor grado de personalización de los stickers de Whatsapp? ¿Estamos en los albores de una revolución de la comunicación simbólica? ¿Es posible que las generaciones venideras vean anticuadas las caritas amarillas y digan que eso es cosa de viejos?

Es posible que todo esto suceda, ahora bien, no parece que vaya a ser fácil desterrar a los emoticonos de Whatsapp. O al menos a los más carismáticos de ellos como son, por ejemplo, la carita con los corazones en los ojos, la del grito, la de la sonrisa o la de la sevillana bailando. No es una apuesta arriesgada afirmar que, por mucho que avancen las modas tecnológicas, la sencillez y espontaneidad de los clásicos emojis seguirán entre nosotros.

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