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Si vas a cambiar algún componente de tu ordenador es muy importante saber si es todo compatible entre sí. Por eso te enseñamos cómo comprobarlo para que no te equivoques con ninguna compra.
Un ordenador, sobre todo si es gaming, representa un gran gasto, por lo que conviene no cometer errores que atrasen tus partidas al Red Dead Redemption.
Si estás planeando la compra de tu nuevo PC o el cambio de alguno de tus componentes, ¡sigue leyendo!
Muchas veces no es tan fácil como mirar las especificaciones. Y por eso vamos a explicarte en qué debes fijarte con cada componente para asegurarte de que todo sea compatible con el resto de tu sistema y funcione como un tiro.
Como hay un montón de aspectos a tener en cuenta, vamos a centrarnos en los componentes más importantes y en los aspectos más generales de la compatibilidad con tu ordenador.
De lo primero que debemos comprobar es la compatibilidad entre el procesador y la placa base.
Antes que nada, hay que revisar el socket de ambos componentes. Un socket es un extremo de comunicación, por lo que tanto la placa base como el procesador deben tener el mismo.
Esto podrás comprobarlo en la hoja de especificaciones de tu dispositivo para comprar un componente compatible; en las tiendas en línea siempre se indica el socket.
Si te quedas con dudas puedes ir a la web del fabricante de la placa base. Recuerda que las placas base de AMD no son compatibles con Intel y viceversa.
Pero el chipset también debe ser compatible, en concreto la generación debe ser la misma que la del procesador.
Es muy importante con el fabricante AMD, que tiene más incompatibilidades que Intel. En ambos casos revisa la información disponible en la tienda o en la info del modelo en web del fabricante.
Aquí volvemos a dar importancia al socket (que afecta al disipador), y tenemos que fijarnos en el TDP. En general, la mayoría de los disipadores suelen tener compatibilidad con muchos zócalos de AMD e Intel, pero siempre hay que verificarlo y comprobarlo.
De nuevo habría que revisar las especificaciones de la tienda o de la web del fabricante. Además, hay que tener en cuenta que los anclajes para los procesadores de Intel son diferentes de los chips de AMD. Y respecto al TDP, lo imprescindible es que el del disipador no sea inferior al del procesador.
Si es superior no hay mayores problemas, y puede ser hasta ventajoso, ya que puede hacer que el procesador trabaje a una temperatura más baja y óptima.
Por eso debes verificar el TDP del procesador y del disipador. En las webs de Intel y AMD suele indicarlo, y si no, se puede revisar en la web del fabricante.
Hay que tener en cuenta el tipo de memoria RAM, para comprobar que sea el mismo que usa tu sistema. Existe el formato DIMM para pc de sobremesa y SO-DIMM para Mini PC y portátiles.
Tendrás que fijarte en la placa base para ver si necesitas una memoria tipo DDR4 (que empieza a estar en desuso) o DDR5, más novedosa. También es muy importante revisar el número de ranuras para instalar la memoria RAM. Esto determina la capacidad máxima que se puede instalar en tu sistema.
Con dos ranuras y DDR4 la capacidad será de 64GB, y con cuatro podrás instalar hasta 128GB. Y, aunque no suelan dar problemas, hay que revisar la frecuencia de las memorias para ver si la placa base puede soportarlas.
Vamos a explicar aspectos más generales, ya que hay infinidad de especificaciones en las que fijarse a la hora de adquirir una tarjeta gráfica. Hoy en día, la mayoría de las tarjetas gráficas usan ya 3 ranuras PCI, lo que puede impedir el uso de algunos conectores PCie de la placa base.
Además, su tamaño ha aumentado en los últimos años, por lo que debes revisar sus dimensiones, así como las de la caja, para asegurarte de que cabe. El tamaño de ambas suele estar en la ficha de compra de los componentes. Pero también debes tener en cuenta la unidad de almacenamiento.
Según el uso que le des a tu PC necesitarás unas características concretas. Si piensas someter al ordenador a procesos muy exigentes, necesitarás una unidad con gran velocidad de lectura y escritura.
Pero lo más importante es la compatibilidad entre la interfaz PCIe de tu placa base y la unidad de almacenamiento.
Lo más importante es la potencia, que debe ser suficiente para poder alimentar todo el sistema. Tendrás que averiguar cuánto consumirá o consume tu ordenador, por lo que tendrás que buscar en la ficha del producto y en internet. Te recomendamos centrarte en el consumo de tu procesador y de tu tarjeta gráfica.
Normalmente la placa base, la unidad de almacenamiento y el resto de los componentes suman un consumo de 50 vatios. Tu fuente de alimentación debería tener una potencia de un 30 % por encima del consumo de tu sistema, aunque lo recomendable es un 50 %.
Además, debes asegurarte de que la fuente de alimentación tiene suficientes conectores EPS para alimentar la placa base y suficientes conectores de alimentación SATA para otros componentes.
¡Ahora ya sabes en qué debes fijarte para asegurarte de que tus componentes sean compatibles entre ellos! Esperamos que toda esta información te haya sido útil para cambiar o comprar componentes de tu ordenador. 😉🖥️
