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La tecnología evoluciona cada día. Lo que hoy es novedad, mañana podría quedar obsoleto por una nueva actualización del sistema. Grandes empresas, como Apple o Samsung, no dejan de innovar en sus aparatos y servicios tecnológicos ofreciendo al usuario experiencias inimaginables hace 20 años.
Tanto es así que ha nacido la industria de la nostalgia: un mercado que evoca, rememora y vende servicios y productos de los años 80 y 90 en la actualidad.
¿Creías que el éxito de Pokémon Go, el lanzamiento de un nuevo pero antiguo Nokia 3310 o de las Game Boy Retro, la vuelta a la gran pantalla de Aladdin o Toy Story, había sido mera casualidad?
Los millennials, aquellos nacidos entre 1980 y 1994, ahora tienen dinero para permitirse todo lo que sus padres no pudieron (o no quisieron) comprarles cuando eran pequeños y que, hoy en día, sigue molando por ser vintage. Aquellos que se hayan perdido, una cosa vintage es, según la Fundeu, “algo que, a pesar de no ser nuevo, está de moda por su diseño atractivo”.
En este contexto, el mercado de la nostalgia ha vuelto a llamar la atención de todos, esta vez, en la industria de la música. Por primera vez en 40 años, las ventas de vinilos han generado más ingresos que las ventas de CDs en Estados Unidos, según informa la RIAA (la Asociación de las Compañías Musicales de América, por sus siglas en inglés).
Las ventas de CDs han caído casi un 50% durante los primeros meses del 2020. Sin embargo, los LPs o vinilos han crecido un 3,5% en el mismo periodo.
Durante la primera mitad de 2020, los discos de vinilo han representado 232 millones de dólares en ventas de música, mientras que los CD han generado 129 millones de dólares, casi la mitad. Aunque ninguno de estos dos formatos físicos supone el groso de los ingresos de la industria musical (la música en streaming representa el 85% de los ingresos generados), es un dato curioso, ya que no todo el mundo tiene la facilidad de escuchar un disco de vinilo en su casa.
No cabe duda de que este aumento de las ventas de música en formato vinilo se debe al estilo retro. Series de televisión tan famosas y aclamadas por el público, como Stranger Things o High Fidelity, se inspiran en este ambiente y cultura pop de años pasados.
Tiendas de discos o cómics físicas, posters de sus cantantes favoritos, tocadiscos, merchandising por doquier de los grupos de moda, los noventeros discmans… Todos esos artilugios que las grandes empresas de electrónica han buscado sustituir por otros aparatos más modernos, pequeños y tecnológicos son los objetos vintage preferidos de la cultura pop.
En el caso de la serie High Fidelity, la propia protagonista Robyn, interpretada por la actriz Zoë Kravitz, es la propietaria de una tienda de discos y está obsesionada con la cultura pop y la música.
En la trama, la protagonista repasa sus relaciones amorosas pasadas e intenta superar una nueva ruptura romántica con la ayuda de, como no, la música y la cultura pop. Por ahora, solo se ha producido una primera temporada de esta serie, aunque las críticas son positivas y podrían presionar para una segunda temporada.
Esta comedia romántica estadounidense, basada en la novela con el mismo nombre escrita por Nick Hornby, está disponible desde el 10 de septiembre en la plataforma STARZPLAY.
STARZPLAY es una plataforma de series y películas on demand que está enamorando a todos por sus títulos exclusivos de producción propia y los estrenos simultáneos a los de Estados Unidos. Además, también cuenta con películas y series icónicas. Títulos como The Act, High Fidelity, Normal People o The Great están disponibles en STARZPLAY.
La app de STARZPLAY te permite ver streaming en hasta 4 dispositivos al mismo tiempo y descargar películas para verlos sin conexión.
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