Diferentes tipos de zoom en las cámaras de tu teléfono: aprende a sacar lo mejor de ellos
25 Enero 2021 - Actualizado 12 Julio 2021
El teléfono móvil es nuestra principal cámara, a diferencia de cualquier otro dispositivo capaz de hacer fotos y vídeos, siempre viaja con nosotros, nos permite transformar los contenidos captados y compartirlos en las redes que se nos pasen por la cabeza.
Hasta llegar al punto en que hemos visto como sensores, ópticas y software iban mejorando para convertirse en una herramienta total. Quién diría hace una década que un pequeño dispositivo móvil rivalizaría en calidad con cámaras profesionales, pues gran parte de culpa de esto la tienen la implementación de diferentes cámaras.
Y la fotografía computacional, claro. La idea pasa por utilizar inteligencia artificial para entender las escenas y mejoraras, sin interacción por parte del usuario, pero también de saber conjugar la información que llegan de las diferentes cámaras que han conseguido integrar en un espacio tan pequeño.
Los teléfonos se han convertido en una herramienta de fotografiar muy flexible gracias a los diferentes objetivos que nos encontramos: un mismo teléfono puede haber gran angular, macro, teleobjetivo, blanco y negro, sensor de profundidad, etc. Si tuviéramos que identificar un punto débil en todo este enjambre tecnológico, sin duda sería el zoom.
¿Qué es hacer zoom?
El zoom es la posibilidad de poder ampliar imágenes sin mover los pies del lugar de la toma, y es algo en que las cámaras tradicionales marcan diferencias al tener ópticas mucho más grandes.
En los teléfonos móviles nos hemos encontrados diferentes mecanismos para mejorar esta capacidad, pero la norma general es que no debemos abusar para no emborronar las imágenes.
Resumiendo mucho la situación podemos decir que hay tres tipos de zoom en los teléfonos más avanzados: zoom óptico, zoom digital y zoom híbrido. En este artículo vamos a conocer las diferencias, bondades, y problemas de estos sistemas:
Zoom digital
Es el zoom con el que cuentan todos los teléfonos móviles, hasta el más sencillo. Su principal problema radica en que para acercarnos a algún elemento de la imagen tenemos que recortar la calidad de la misma, degenerando bastante el resultado final.
Lo que realmente estamos haciendo es un recorte de lo que el propio sensor de la cámara está viendo. El resultado es similar al de hacer zoom en el ordenador y recortar, de ahí que sea reconocido como un proceso digital.
Debemos de tener en cuenta que un teléfono por regla general cuenta con una lente fija y lo que ve directamente no se puede modificar si no es con estos trucos. Se introducen algoritmos para intentar mejorar la suavidad de las imágenes resultantes, pero tampoco se pueden conseguir maravillas.
Es cierto que si no nos queda otra opción que ampliar mediante zoom digital, la recomendación es recortar en las zonas mejor iluminadas, ya que al menos ahí conservaremos bastante más información.
Entendamos el proceso con megapíxeles.
Si tenemos un sensor de 16 megapíxeles y utilizamos el zoom digital X2, la imagen resultante será de 8 megapíxeles, y si hacemos un X4, nos quedaremos con 4 megapíxeles reales. Otra historia es que el software haga interpolaciones y se invente parte de la imagen para darnos una imagen mayor, pero la resolución la vamos a perder.
Zoom óptico
Este es el tipo de zoom ideal, y está basado en que la óptica es la que nos permite acercarnos a los elementos: bien sea con otra lente adicional tipo teleobjetivo, o bien incluyendo diferentes partes en el interior de la lente que pueden conseguir una imagen más cercana.
El principal problema del zoom óptico es que necesita un mayor espacio en el módulo fotográfico del teléfono, además de hacer que su complejidad y precio suba. También es cierto que en líneas generales cuanto más capacidad tiene de acercarse, pero es su rendimiento en situaciones de poca luz.
Hay pocos ejemplos en teléfonos que usen partes móviles para conseguir un zoom óptico, lo que sí encontramos es la utilización de un segundo objetivo de tipo teleobjetivo - la opción más extendida -, o tecnologías más complejas como puede ser un periscopio: como en un teléfono no tienes mucha profundidad en sus dimensiones, colocas un juego de lentes de forma horizontal, aprovechando el ancho del teléfono, luego utilizas espejos para conseguir reflejar la imagen.
¿Cómo conocemos el aumento óptico cuando tenemos una cámara teleobjetivo? Como comentábamos, es la opción más usada, y podemos entender el aumento con el siguiente ejemplo: imagina que la cámara principal es de 26 milímetros y el teleobjetivo es de 52 milímetros. Es el doble, por lo que conseguiremos un 2X al utilizarlo para acercarnos en las tomas.
Veamos un ejemplo real con el Samsung Galaxy S20 Ultra, que tiene un sensor de 108 megapíxeles con una focal de 26 milímetros. Su teleobjetivo es de 103 milímetros, por lo que el zoom óptico que conseguimos es de 3,9X (103/26).
De esta forma - variando la distancia focal - no perdemos calidad con recortes ya que estamos cambiando de óptica, ya va a depender de la calidad que tenga cada una de las cámaras. Lo habitual es que la cámara principal, que suele ser angular, sea la que mejor definición y sensibilidad a la luz tenga.
Zoom híbrido
Llegamos a la último y más reciente opción para acercar imágenes, reservada para un selecto grupo de teléfonos. Su nombre nos deja claro de qué va la cosa, ya que se trata de una mezcla entre el zoom óptico y el zoom digital, los que hemos descrito en puntos anteriores.
Obviamente el teléfono debe contar con ambos tipos de zoom. Lo que se consigue es ofrecer un zoom digital mejorado, con bastante más calidad de lo normal y una distancia que puede llegar a sorprender. Eso sí, no hay milagros.
La teoría de este tipo de zoom híbrido nos dice que se combinan diferentes fotografías con inteligencia artificial, tomadas con las diferentes cámaras del teléfono. La intención es realizar un aumento de zoom bastante más potente que el que conseguimos con la opción óptica. Lo máximo que vamos a ver en óptico es un aumento 3X o 5X, pues con estos procesos híbridos nos podemos ir por encima de los 10X.
El resultado final es más cercano al procesado digital que al óptico, por lo que la calidad se resiente, pero conseguimos acercar la imagen de una manera sorprendente, especialmente si hacemos uso de una buena estabilización del teléfono y la luz nos acompaña.
No abuses del zoom
Da igual el sistema que tengas, abusar del zoom siempre implica perder calidad. Si es necesario porque necesitamos captar algo sin importar la calidad estética, pues adelante, en otros casos es complicado que podamos recomendar el zoom, y prácticamente nunca el digital.
Usar una cámara teleobjetivo de nuestros teléfonos para hacer zoom no solo implica acercarte más, también comprime más las imágenes y a lo mejor no es lo que más te gustaría en esa situación.
Por esto, si no tienes nada claro qué composición te va a gustar de una toma, tira la misma foto con las diferentes ópticas que tenga tu teléfono, aprovecha los modos de zoom que haya, y ya luego en casa, con tranquilidad, evalúa cuál es la mejor toma.