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¿Por qué has recibido tantos correos de términos y condiciones?


A no ser que vivas en la montaña junto a Heidi y su abuelo y te hayas alejado de todo tipo de tecnología y comunicación, habrás notado que la bandeja de entrada de tu email estos últimos días ha acabado más llena que tú después de comer un domingo en casa de tu abuela.

Estos correos tratan sobre algo hasta ahora desconocido (o más bien ignorado) para la mayoría de nosotros, la política de privacidad y datos de las empresas. Si no has revisado tu correo electrónico desde que Coyote Dax fuera el rey de las pistas, ya va siendo hora de hacerlo, y es que igual esto del RGPD es más importante de lo que creemos.

El RGDP, ese gran desconocido.

Y seguramente te preguntes, ¿esto qué es lo que es? ¿Qué significa RGPD?

¿Desde cuándo me he suscrito yo a "Jara y sedal"?

Primero tenemos que saber que RGPD son las siglas de "Reglamento general de protección de datos", aplicable en los 28 países miembros de la Unión Europea, y que ha sido renovada después de escándalos como el de Facebook y su gestión de datos de los usuarios, en los últimos meses.

La ley no era revisada desde 1995 e igual ya tocaba, que las cosas han cambiado algo desde entonces. Vamos, ni los Carrefour habían llegado a España.

Pero, ¿por qué ahora?

La renovación de esta ley de política y privacidad de datos lleva en realidad aprobada dos años, pero la UE dio un margen de plazo para su aplicación y a las empresas les ha pasado como a todos nosotros cuando teníamos que estudiar para un examen, que lo dejamos para última hora. Ahora, es de obligado cumplimiento para todas las compañías, y claro, si no lo hacen, multa al canto.

¿Y qué novedades tiene esta nueva ley? Digamos que ahora, el usuario debe ser más que nunca el dueño de sus datos personales (es decir, nombre, fotos, dirección, origen ético, ideal político) y debe tener más conocimiento de qué hacen las empresas con ellos en Internet.

Las políticas de privacidad ahora tienen que estar más claras que el agua, y nos da derecho, por ejemplo, a cosas como obtener una copia de los datos que las empresas han recopilado sobre nosotros o (esto puede interesarte más) el derecho al olvido. ¿Y qué quiere decir esto? Pues como bien diría Pimpinela, eso de "Olvida mi nombre, mi cara mi casa, y pega la vuelta". Es decir, a revocar al derecho a esa empresa a que siga guardando nuestros datos personales, siempre y cuando, estos no sean de interés público.

Algunas modificaciones en la nueva ley

Por ejemplo, con esta nueva ley, algunos cambios que veremos a la hora de registrarnos en cualquier página web y a los que antes hacíamos menos caso que a los repartidores de publicidad, son los siguientes:

Eso de ir a registrarte y encontrar una opción ya señalizada que dice "me gustaría subscribirme a esta Newsletter” se acabó. Estas opciones prefijadas ya no son válidas en este nuevo RGPD, el usuario debe dar su consentimiento activo para su cesión de datos.

Algunas modificaciones en la nueva ley

Ahora, aceptar los términos y condiciones y el tratamiento de tus datos irá por separado. Se acabó eso de juntar churras con merinas.

Las empresas deberán informar a sus usuarios en un plazo de 72 horas en caso de haber sufrido un ciberataque a sus bases de datos.

Estos son solo algunos cambios de la nueva ley pero, en definitiva, lo más importante es que ahora el tratamiento de tus datos tiene que ser más fácil de entender que el funcionamiento de una regadera.

¿Qué hago con estos correos?

Puede que ante tal avalancha de correos hayas acabado mandándolos todos a la papelera, pero igual esta no es la mejor opción.

Lo más habitual es encontrarnos dos tipos de mensajes, uno en el que se nos pide la renovación de nuestro consentimiento explícitamente y otros en los que únicamente se nos informa de los cambios en la política de privacidad y tratamiento de datos.

Nuestra recomendación es hacerles caso y renovar nuestro consentimiento, siempre que queramos continuar en las bases de datos de estas empresas. Si no es así, debemos buscar al final de estos mails la opción de darnos de baja y poner fin a nuestra relación con eso de “no eres tú, soy yo”. Puede que nos lleve algunos segundos y un pequeño ejercicio de memoria para recordar esa contraseña prehistórica, pero merecerá la pena.

Por otra parte, si crees que alguna empresa ha hecho "trampas" con alguno de tus datos, está bien saber que es la agencia española de protección de datos la que se encarga de su cumplimiento en nuestro país. Así que siéntete libre de señalarlos con el dedo y decir: ¡Mamá, que Juanito ha incumplido la ley de protección de datos!

En cualquier caso, si hasta ahora no sabías qué hacer con tanto correo con asuntos como "Por favor no te vayas", que sepas que no, no se trata de una expareja que quiere volver contigo, lo sentimos. Aun así, esto sirve para recordarnos que los datos personales de cada uno son algo importante y para saber qué podemos hacer al respecto.

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