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La verdad sobre los piratas reales actuales podría basarse en una pata de palo, un parche en el ojo y, por supuesto, un loro adicto a las galletas y a extorsionar a quien sea a cambio de, por supuesto, galletas. En teoría, con estos ingredientes puedes agitar y conseguir un pirata con todas las de la ley, o mejor dicho, sin ley ninguna, pero con todos los atributos necesarios para gobernar los mares. ¿No?
¡Aviso a navegantes! Eso en la literatura está genial, pero la vida real no es tan así y la vida contemporánea de los piratas reales prácticamente no es para nada así. ¿Que te mola el tema de los piratas desde que los reyes magos te trajeron el barco pirata de Playmobil y quieres saber lo bueno, lo malo y lo feo de los piratas de verdad? Vale, prepárate, que zarpamos.
Fue hace varios siglos cuando la piratería que dio lugar a casi todos los mitos sobre piratas estuvo en su pleno apogeo. El pirata clásico era cruel y ha dejado esa crueldad como herencia a los bucaneros modernos que aterrorizan las rutas marítimas actuales. Los piratas de Somalia, por ejemplo, son dignos de temer y están súper bien representados en películas como "Capitán Phillips", en la que verás como su día a día está regido por una moral muy distinta -o por lo menos eso esperamos- a la tuya.
Posiblemente para ti sea difícil pensar cómo se puede ser pirata, es decir, el día uno de un pirata no es como tu día uno en el cole, aprendiendo cosas nuevas y haciendo amigos... según los documentos que se han ido rescatando y la evidencia obtenida, en muchos casos, del mismísimo fondo del mar, los piratas consideraban que tenían un oficio. Ese oficio les apasionaba y no en todos los casos se componía de los mismos deberes. Algunos eran corsarios y otros funcionarios que bajo la figura del "marinero aliado con el gobierno" hacían el trabajo sucio de ser buques de guerra freelance, destinados a asaltar y, de ser posible hundir, flotas comerciales enemigas.
Esa lógica de basar su pasión por el mar en el lucro, a veces, el lucro de alguien más, acabó cayendo por su propio peso cuando muchos piratas descubrieron que les iría genial si trabajasen por su cuenta. Ya que el trabajo difícil de enfrentarse, robar y matar lo hacían ellos, y que el papeleo no era una de sus grandes preocupaciones, ¿para qué exactamente querrían el respaldo de un gobierno? Esa forma de pensar fue el caldo de cultivo para pasar de misiones como la de John Hawkins en la Armada Invencible, a las formas de piratería que azotan el mundo moderno.
Relatar las aventuras de los piratas que surcan los mares en busca de un tesoro -o unos cuantos- nos acerca en gran medida a la épica de los mercenarios. Pero esto no ha sido y posiblemente nunca será así en la totalidad de los casos. Algunos piratas querían asaltar, matar y hacer todo tipo de perrerías por placer. Eran piratas vocacionales, básicamente personas sedientas de violencia y de sangre, que se alistaban en misiones a cada cual más agresiva, siempre con miras a construirse una reputación fundamentada en su letalidad.
En este sentido destacan los piratas del Caribe, así, en minúsculas, por no ser los Piratas del Caribe de Jack Sparrow, sino aquellos que exploraban las aguas del Nuevo Mundo con intención de sembrar el caos y volver a sus lugares de origen entre vítores y, sobre todo, mundo miedo. Y es que esta política del terror muchas veces les hacía inmune y les daba unos ciertos accesos sociales que de otra manera no conseguirían. La era contemporánea no está exenta de ello.
Pensemos por un momento en el mundo de la piratería marina y en qué se parece a las leyendas de marineros que se han hecho tan famosas a lo largo de la historia. Puede que haya cosas sobre los piratas reales más famosos de la historia que te sorprendan y otras que ya conozcas, pero lo que está claro es que los piratas reales actuales existen y que del mito al hecho hay muchas leguas.
Aunque hemos comentado que había piratas vocacionales, sedientos de sangre porque sí, la base de la piratería siempre ha sido el saqueo, es su principal actividad productiva, por así decirlo. Entonces, seguro que de no haber existido cosas interesantes que robar, no habrían existido piratas y aquellos a los que les encantaba la violencia en sí misma, habrían sido guerreros o mercenarios de otra índole.
Con esto en mente tendremos más claras las ideas sobre dónde ha habido piratas y dónde hay piratas actualmente: donde haya dinero o un tránsito de dinero. Sin más.
Aunque puedan parecer ficción, la verdad es que la figura de los piratas es real. Los piratas de los que te hablaron sí existen, aunque puede que no como te los imaginas. Olvídate de los clásicos, algunos de los cuales son figuras históricas y otros solo un mito, porque la realidad de los piratas actuales difiere mucho de las leyendas más extendidas.
Pero lo cierto es que podemos afirmar con total certeza que sí, existen los piratas. Y, además, hay piratas que actúan en la actualidad con cientos de ataques registrados cada año.
Hay muchas diferencias entre los piratas del siglo XVIII (especialmente los surgidos de las leyendas) y los nuevos piratas, aunque se parezcan en lo esencial. Por supuesto, tenemos que exceptuar a los piratas de la costa somalí, ya que estos (más parecidos a los piratas de antes) son muy violentos y se dedican a secuestrar marineros.
Los piratas del siglo XXI ya no izan la bandera antes del abordaje, y su botín no consiste en un cofre con monedas de oro. Ahora ya no se anuncian antes del saqueo; la bandera con la calavera y los huesos cruzados sería más de la ficción y del pasado. En la actualidad, lo que hacen es usar las banderas de conveniencia (BDC), banderas de países que ofrecen un sistema de registro con mínimos controles.
Para comprender a los piratas modernos actuales tenemos que aprender sobre los piratas más famosos de la historia. Así que haremos un repaso por los nombres que más se repiten tanto en anécdotas contrastadas como en leyendas, para entrar un poco en su lógica, que se ha transmitido tradicionalmente a la de los piratas que existen hoy en día.
Por ejemplo, Edward Teach, Barbanegra, era un filibustero de la Royal Navy inglesa que se alió con el gobernador de Carolina del Norte para saquear tesoros. Es considerado uno de los piratas más famosos de la historia, comenzando su andadura como corsario de Gran Bretaña en tiempos de la Guerra de Sucesión Española. Su fama es justa, ya que se ha comprobado que realmente gozaba de una imponente melena y los relatos coinciden en que era muy creativo a la par que sádico a la hora de maquinar los ataques a las naves que saquearía. Murió el 22 de noviembre de 1718 en un asalto al teniendo Robert Maynard y sus tropas.
Sin embargo, la mayoría de piratas de ahora son mercenarios o exmilitares con buques de empresas que están en un paraíso fiscal y se dedican a la pesca ilegal o a secuestrar barcos. Además, disfrazan tan bien el origen de sus capturas que pueden vender sus productos de forma legítima en la Unión Europea, Estados Unidos, Japón y otros países desarrollados.
Los bucaneros contemporáneos ya no tienen que ver con esos que se reconocían por sus calaveras, garfios o patas de palo. En realidad hay muchos menos, aunque siguen suponiendo un gran peligro. La mayoría son jóvenes de edades comprendidas entre los 16 y los 30 años, con un armamento muy sofisticado y provistos de rápidas lanchas.
Eso sí, el objetivo es el mismo: buscan abordar barcos para robar y enriquecerse. Piden rescates a cambio de devolver las embarcaciones. Estos rescates pueden llegar hasta el millón de dólares. Solo en 2003 hubo 445 secuestros, siendo el año con más ataques piratas en los últimos tiempos. En 2006, la cifra disminuyó a 239. En 2008, se asaltaron 111 buques. El año pasado hubo 223 sucesos de piratería en todo el mundo; las cifras, aunque varían, no son precisamente bajas.
Actualmente, los ataques piratas que escucharás suelen darse en África occidental, el golfo de Adén y el mar del Sur de China, aunque se conocen mucho más los de la costa de Somalia. En el año 2019, por ejemplo, un buque mercante secuestrado por piratas en el golfo de Guinea fue rescatado por el patrullero Serviola. La tripulación contaba con 20 miembros. Ya desde 2018 se habían incrementado los ataques de piratas a buques mercantes en todo el mundo.
Últimamente hay noticias frecuentes sobre ataques de piratas. Un ataque al sur del Caribe acabó con tres muertos y una docena de pescadores de Guyana desaparecidos. El suceso ocurrió frente a la costa de Surinam, donde los piratas atacaron a cuatro barcos en los que se encontraban cerca de 20 personas. También se está actuando contra el uso de la piratería para el blanqueo de dinero; la UE se ha posicionado en contra de los bancos que se dedican a blanquear estas importantes sumas de dinero provenientes de la piratería.
Los piratas somalíes, por su parte, son un peligro para las embarcaciones que recorren una de las principales rutas de comercio a nivel internacional. En general los piratas del Cuerno de África han logrado sorprender a los países occidentales. Es una de las zonas (junto con las aguas del mar del Sur de China) más conflictivas. Muchos países ya defienden a sus barcos mercantes y pesqueros en esta zona, que se ha vuelto extremadamente peligrosa.
Los barcos secuestrados son usados como rehenes para pedir un rescate. Es algo que sucede mucho en dicha región. Los ataques somalíes se caracterizan por su violencia, llegando incluso a violar y matar. Ya se está luchando duramente contra estos piratas reales actuales y tan poco parecidos al hilarante Jack Sparrow, probablemente el pirata más famoso del cine.
Los piratas reales del Mediterráneo han sido los más temidos, y no sin razón. Antes de los piratas del Caribe estaban los del Mediterráneo, dominando los mares y océanos desde la Edad Media e incluso antes. Hay muchas historias, y mucha historia, sobre la piratería en el Mediterráneo desde entonces.
Desde el siglo XVI hasta mediados del XIX, los corsarios de Berbería pudieron llegar a capturar perfectamente más de un millón y medio de personas. Estas fueron vendidas en el mercado como esclavos. Solo comerciaban con mujeres, puesto que los hombres normalmente eran decapitados, llevados como galeotes (esclavos condenados a remar) o utilizados para obra civil en condiciones realmente infrahumanas.
Tras mucho tiempo, España se decantó por la vía diplomática para acabar con la piratería. Se ofrecieron posesiones norteafricanas a Argel a cambio de ventajas comerciales y la paz, la cual acabaría con la temida piratería. Con la retirada de la bandera de Oran en 1792, finalizó la piratería en el Mediterráneo, territorio entonces libre de piratas reales actuales.
A lo largo de la historia, en un mundo no solo reservado a los hombres, hemos conocido multitud de bucaneros, aunque son muchos menos los que han logrado destacar y mantener vivo el mito pirata a pesar de sus diferencias con los piratas reales actuales. Desde Barbanegra hasta Barbarroja, pasando por Sir Francis Blake y muchos otros. Por eso, vamos a mencionar cuáles fueron los piratas más temidos y conocidos de todos los tiempos, entre los que se incluye una famosa pirata que surcó los mares y fue temida por muchos hombres.
Considerado el pirata más famoso, o de los más famosos, de la historia, ya lo hemos mencionado antes y merece la pena parar para conocer más de sus aventuras. Destacaba por su fuerte y alta figura. Edward Teach empezó sus actividades como pirata sirviendo a Benjamin Hornigold en 1716 tras la Guerra de Sucesión Española.
Poco más de un año después, capturó en la costa africana un buque francés al que llamó La Venganza de la Reina Ana. Este navío, el cual contaba con 40 cañones, fue su principal saqueo. Poco se sabe de la vida anterior del pirata británico. Finalmente, fue abatido hace más de 300 años en Carolina del Norte.
Cuentan que el éxito de sus saqueos se debía a su imponente presencia y por cómo se presentaba a los marineros atacados, atándose mechas de cañón en la barba y haciéndolas arder en batalla. Aseguran que llevaba tres pares de pistolas, pequeños cuchillos de mano y una espada.
Barbarossa Hayreddin Pasha fue un pirata turco nacido en Lesbos en 1478 que formó parte de la lista de los piratas más famosos del siglo XVI. Llevó a los magrebíes a tener gran poder en el comercio del Mediterráneo. Fue un almirante del Imperio otomano que logró arrebatar varios territorios al Imperio español en torno a 1535. Es conocido como el más famoso corsario otomano.
Peter Easton fue un pirata que ha acumulado más historias sobre lo difícil que era capturarlo que sobre su oficio de pirata como tal. Se cree que parte del ingenio de Jack Sparrow podría estar basado en el carácter escurridizo de este pirata de principios del siglo XVII que amenazó la costa de Terranova por allá por 1614.
Tenía mucho poder, pero sobre todo, mucho ingenio. Nadie podía decir que no daba cuenta de su existencia y muchos gobiernos le pusieron precio a su cabeza, pero nunca ninguno de los mercenarios que le persiguieron fueron capaces de engancharle así que, ante el desconocimiento de cómo acabó, se cree que consiguió esfumarse y vivir con un buen botín el resto de su vida.
Si la barba explosiva de Barbanegra hubiese buscado una respuesta más glamurosa que aterradora, la habría encontrado en Jack Rackham. También conocido como Calicó Jack o Jack el Cálico, Jack Rackham vestía extravagantes indumentarias. Su bandera eran dos espadas en aspa debajo de una calavera, imagen que posteriormente sería el símbolo pirata más universal y reconocido. Murió en la horca de Port Royal en noviembre de 1720, a manos del cazador de piratas Jonathan Barnet.
Sir Francis Drake es conocido por ser uno de los corsarios apoyados por Isabel I de Inglaterra, siendo nombrado caballero en 1581. Estuvo a cargo de varias expediciones navales contra España, entre las que está el ataque a Cádiz en 1587. Impulsó la trata de esclavos a gran escala. Destaca por ser, tras Juan Sebastián Elcano, la segunda persona en circunnavegar el mundo en una sola expedición. Además, llegó a saquear Santo Domingo en 1586. Murió en el mar, en 1596, frente la costa de Portobelo.
Seguro que alguna vez has conocido a alguien que prefiera acumular triunfos medianos que dar el gran golpe de su vida. Ése, en el mundo de los piratas más famosos de la historia, sería sin duda Bartholomew Roberts, cuyo nombre en los mares era John Roberts o Black Bart, y que se hizo famoso por su rapidez para orquestar saqueos.
Este pirata pasó solo 3 años en alta mar, aunque fue uno de los bandidos más temidos y peligrosos de todos los mares. Llegó a capturar alrededor de 500 barcos más grandes que el que tenía. No atacaba en domingo por su religión. Bartholomew Roberts siempre se mantuvo sobrio, así que, a diferencia de sus colegas, el ron no era lo suyo.
De origen galés y con una marcada preferencia por las aguas africanas y caribeñas, este pirata asaltó más de 500 navíos en menos de 4 años y siempre con un sello personal: el de matar a absolutamente todo el mundo. Esta política de exterminio fue su verdadera perdición, porque hizo mosquear al gobierno británico, que le dio caza en febrero de 1722, tirándolo por la borda, se dice, de su propio barco.
Cuesta mucho identificar las peores bajezas del mundo pirata, pero seguro que Edward Low tendría una buena posición en ese ránking. Se dice que fue delincuente desde niño, con la característica de que le encantaba dar palizas, y que se hizo marinero en su adolescencia. Las aguas del Nuevo Mundo le bautizaron como pirata en Honduras y tardó poco o nada en hacerse famoso por ser un sádico al que le encantaba torturar a sus víctimas en altamar.
Henry Morgan pasó de ser hijo de un labrador rico a gobernador de Jamaica. Sus primeros contactos con la piratería fueron en este país, y entre sus primeras operaciones se encuentra la antigua posesión española de Puerto Príncipe. Fue nombrado caballero en 1674 y, más tarde, teniente gobernador de Jamaica. Antes de finalizar la época dorada de la piratería, se retiró pacíficamente de ella.
Que un pirata te robe, es algo muy esperable. Que te robe el corazón, es algo muy cursi. Pero que te coma, literalmente, el corazón, es una cosa que solo se le pudo ocurrir a François L'Olonnais, un bucanero que destacó por sus tropelías en el Mar Caribe durante el siglo XVII.
Asaltante habitual de barcos españoles, los historiadores destacan de él su ánimo de cortar en trocitos y catar a sus víctimas. También es remarcable en su repertorio de crueldad, el apretar el cuello de sus enemigos hasta hacerles saltar los ojos. Toda una joyita.
Hacerte famoso como Barbanegra, por tu pelazo y tus ganas de sangre, o como Anne Bonny, por esa cosa tan tuya de matar a tus sirvientas y echarte a los mares, nunca estará reñido con algo tan tristemente célebre como ser "el peor pirata de la historia". Sobre todo si lo tuyo ha sido un golpe de mala suerte derivado de un tecnicismo.
A William Kidd le pasó exactamente eso: estaba a las órdenes de Guillermo III de Inglaterra, así que era prácticamente un funcionario bajo la figura del "corsario", y sus viajes eran financiados, entre otros, por el gobernador de Nueva Inglaterra. Todo bien, hasta que en 1699 la ley de piratería cambió la terminología que diferenciaba a los corsarios de los piratas y Kidd pasó de ser un siervo del gobierno a un delincuente.
Sus propios mecenas le dieron caza y el 23 de mayo de 1701 lo ahorcaron dos veces: la primera con una soga más bien cutre que se rompió en el acto y la segunda sí que sí, arrebatándole la vida.
Conocido por ser uno de los corsarios más crueles, y por su mal carácter con los suyos. Solo atacaba barcos franceses e ingleses. Tras librarse de la Royal Army, se dedicó a capturar barcos mucho más grandes que el suyo. Su buque insignia era Ranger, capitaneado por el ya mencionado Calicó Jack Rackham.
La mujer pirata más respetada de todos los tiempos. A pesar de lo que suele imaginarse en este tipo de casos, Bonny nunca se disfrazaba de hombre; no necesitaba aparentar lo que no era para imponer respeto y temor. También navegó al lado de Calicó Jack Rackham. Se suele pensar en los piratas como miembros de la peor escoria social, pero en el caso de Anne Bonny se trata de la hija de un abogado irlandés que intentó darle una educación adecuada a las chicas de su tiempo.
No obstante, Anne desarrolló una ferocidad temible hasta por el hombre más bruto: era fuerte, violenta y pasaba bastante de su vida acomodada. Se dice que a los 13 años acuchilló a sangre fría a una de sus sirvientas y cuenta una de sus leyendas que en algún momento evitó la muerte por estar embarazada. Cuando su barco fue interceptado la tripulación fue a prisión, pero no hay registros de su muerte, salvo un rumor que la sitúa el 22 de abril de 1782, cuando se estima que tendría 84 años.
Lo secuestraron a los 15 años. Sus nuevos padres eran una pareja de piratas. Cuando fue mayor de edad, se inició en la piratería atacando en la costa de Guangdong, en China. Llegó a poseer una flota de 600 barcos y miles de hombres a cargo. Hay quien dice que su famoso tesoro está en la cueva de Cheung Po Tsai, en la isla Cheung Chau.
El pirata heredero no fue el único destacado con estandarte chino. Ching Shih tien la virtud de ser la pirata china más famosa de la historia, con un origen muy distinto al de la acaudalada Anne Bonny, resulta que Ching trabajaba como prostituta en un burdel cuando unos piratas la capturaron.
Lejos de reservarla para su disfrute y deshacerse de ella, los piratas consiguieron verla como una más y ella, por el propio mérito de su fuerza y violencia, se convirtió rápidamente en una imponente capitana capaz de conseguir que cientos de barcos piratas obedecieran sus órdenes.
Siendo la jubilación una cosa "muy de oficina" resulta curioso que Ching Shih se retirase de los mares, pero lo hizo. Su vida acabó en tierra, como rectora de un burdel y una casa de apuestas.
Henry Avery pasó a llamarse Henry Every, por lo visto, en plan de broma con sus amiguetes que le consideraban una especie de "hombre para todo" o bien "para todos", esto posiblemente debido a su condición de bucanero, capaz de servir por momentos al gobierno y por momentos a sí mismo.
Millonario en nombres artísticos, también constan registros sobre él llamándole Avary John o Ben Long y su trabajo más provechoso fue con la Spanish Expedition Shipping alrededor de 1690. Su mejor ascenso al poder fue hacerse capitán pirata por la vía del motín, lo que además le sirvió para granjearse una reputación de tío con el que es mejor no meterse.
A diferencia de John Roberts, Henry Every nunca pensó aquello de "más es mejor", sino lo de "menos es más", así que saqueó pocos barcos pero potentísimos. Uno de ellos el del Gran Tesoro de la India, cargado de oro y joyas. Así que con pocos asaltos muy bien elegidos se convirtió en el pirata más rico del mundo, tanto que se retiró de los mares y se cree que fue cazado y ejecutado, aunque nadie pudo demostrar que eso realmente hubiese ocurrido. Quizá simplemente tuvo un vejez tan millonaria como tranquila.
Samuel Bellamy es la prueba -ya no viviente- de que a los piratas también se les puede torcer la cosa. Se dedicó a azotar el Nuevo Mundo y en 1717 se convirtió en "trending topic" del mundo pirata europeo tras conseguir un increíble botín de oro, plata y joyas al saquear el Whydad Gally, un barco lleno de riquezas y esclavos que resistió la acometida durante nada más y nada menos que tres días. Pero Black Sam no era inmortal y ese mismo año, con sus 28 cumplidos, murió cuando su barco se hundió en una tormenta.
Amaro Rodríguez-Felipe y Tejera Machado fue un prestamista, comerciante y corsario español. Nació en Tenerife de 1678 y murió a los 69 años. Se lo conoce por dedicarse sobre todo al tráfico de esclavos. Se cuentan muchas historias sobre él, y difícilmente se sabrá alguna vez cuáles fueron ciertas y cuáles no.
De origen gallego (Pontevedra), Benito Soto Aboal nació en 1805 y ha pasado a la historia como uno de los más sanguinarios piratas. Se inició a bordo del barco brasileño El Defensor de Pedro, con el que navegó a Río de Janeiro en 1823. Allí provocó un motín, y se acabó dedicando a la piratería. Tras varios años en la costa Atlántica, lo apresaron en Gibraltar y fue ejecutado en la horca.
Dicen que los piratas fueron una inspiración para que los marineros siguieran explorando los océanos en busca de nuevas rutas comerciales y dejaron tal huella que, a día de hoy, el mito de los piratas tal como se conocía antiguamente sigue existiendo. De hecho, los niños y niñas tienen una imagen muy diferente de estos personajes. Algunos, hasta quieren ser como ellos. Curioso, ¿verdad?
Sin embargo, es interesante conocer cuál es el origen de los piratas reales actuales, los clásicos más conocidos en todo el mundo y todo aquello que rodea al mítico mundo de la piratería. Esta es una actividad que sigue vigente hoy en día y, por este motivo, siglos después los países continúan trabajando a conciencia para proteger sus embarcaciones. Leyendas aparte, comprender cómo operan los piratas reales actuales y por qué, en lugar de admirados deberían ser temidos, nos permitirá separar lo mítico de la realidad.
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