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“¡Rápido!”. “¡Aprovecha el descuento!”. “Otras 15 personas están viendo la misma habitación”. “Sólo nos quedan tres unidades en stock”. “Marca la casilla si no quieres recibir nuestras ofertas”. Seguro que este tipo de mensajes te resultan familiares. Más de una y de dos veces te los habrás encontrado mientras realizabas una compra en una tienda online o reservabas el hotel para tus vacaciones. ¿Casualidad? No. Todo forma parte de una serie de ‘trampas’ para que pasemos el mayor tiempo posible en un sitio web o nos decidamos a realizar la compra.
La supuesta actividad de otros usuarios de la web, el precio actualizado justo antes de realizar el pago, la cuenta atrás o mensajes del tipo “juega ahora” es lo que llamamos patrones oscuros. Son malas prácticas en el diseño web a fin de “coaccionar, dirigir o engatusar a los usuarios para que tomen decisiones potencialmente dañinas”, según avisa un estudio de las universidades de Chicago y Princeton, en Estados Unidos.
Los investigadores señalan que los patrones oscuros son “cada vez más comunes en plataformas digitales, incluyendo redes sociales, sitios web de comercio electrónico, aplicaciones móviles y videojuegos”. Todo está dispuesto para que hagamos clic en una sección determinada, aunque no nos interese, y entretenernos más tiempo del necesario.
Los autores del estudio desarrollaron una herramienta que analizó automáticamente páginas de compras online en busca de artimañas para embaucarnos. El resultado fue determinante: se hallaron 1.814 patrones oscuros en las 53.000 páginas revisadas. El algoritmo concluyó que al menos el 11,1% de las webs analizadas usa estos cebos.
“Pero seguro que esos trucos sólo los usan los portales desconocidos, de poca confianza... donde yo hago los compras es un sitio serio”, podrías pensar al leer estas líneas. Pues quizá no deberías estar tan confiado. El informe de las universidades estadounidenses indica que los patrones oscuros no son exclusivos de sitios turbios, sino que tienen mayor presencia a medida que la web incrementa sus visitas.
Los diseñadores web tienen que agudizar cada vez más el ingenio para captar nuestro interés y dirigir nuestros sentidos. La técnica se está perfeccionando, pero lleva años entre nosotros. ¿Recordáis el tiempo que os costó borrar aquella cuenta que abristeis a principios de los 2000? Algunos, incluso, nos dimos por vencidos y lo dejamos correr... a eso se llama patrón de obstrucción.
“En el mejor de los casos, los patrones oscuros molestan y frustran a los usuarios. En el peor, los confunden y guían para que hagan algo que no quieren hacer, causándoles por ejemplo una pérdida económica, engañándolos para que cedan gran cantidad de datos personales o induciendo comportamientos impulsivos”, alertan los investigadores de Chicago y Princeton.
Los expertos explican que las webs recurren a “estrategias de manipulación” más refinadas y que no pretenden únicamente el comportamiento impulsivo del usuario. Sino que ahora también recurren a los sesgos cognitivos -principios de la psicología del comportamiento- para alterar la manera en que procesamos la información inmediata que captamos con los sentidos:
Los autores del documento explican que los 'trucos' pueden manifestarse “en varios sitios dentro de una misma página web, cambiando la jerarquía de los elementos o priorizando ciertas opciones sobre otras utilizando diferentes colores”. En Yoigo no queremos que te enreden con trucos oscuros, así que te enseñamos los patrones oscuros más comunes:
¿No es extraño que sólo quede uno o dos artículos del producto que estés mirando? Vaya casualidad... Mensajes del tipo “sólo queda uno” o “últimas unidades” pretenden que el usuario acelere la toma de decisión y la compra.
Con la de días que tiene el año y la de hoteles que hay en las lugares turísticos, siempre que busco habitación hay otros tantos que precisamente también quieren a la misma que yo. No decimos que el mensaje de advertencia sea falso, pero ¿te has preguntado si los otros usuarios están interesados en tus mismas fechas? El estudio concluye que un producto “aumenta su atractivo” cuando se presenta bajo una gran demanda.
“¡Corre! Si no lo compras en los próximos cinco minutos, perderás el descuento”. ¿Os suena este cebo? Es un patrón oscuro basado en el sesgo de escasez. Los descuentos y las ofertas son más deseables si sabemos que son por un tiempo limitado.
Para saber si la cuenta atrás es real o una trampa, hagamos caso de lo que nos dicen los investigadores de Chicago y Princeton: “un temporizador de cuenta regresiva es engañoso si el temporizador se reinicia después del tiempo de espera con la misma oferta aún válida, o el temporizador expira pero la oferta aún es válida”.
Hay varias opciones de compra, pero ya aparece una seleccionada por defecto. Vaya, vaya... ¿es la que nos interesa o la que quieren que compremos? El patrón oscuro que introduce un señuelo quiere desviar nuestra atención o dirigirnos a una decisión incorrecta. Otros patrones oscuros basados en la distracción abusan de imágenes y lenguajes emotivos en el diseño web.
Limitar el tiempo que tienes para realizar la compra es otro patrón oscuro habitual en Internet. Una cuenta atrás provoca “una mayor sensación de inmediatez” y a veces es engañosa porque “puede confundir a los usuarios para que crean que una oferta expira cuando en realidad no es así”, asegura el informe.
Las empresas recurren al diseño web y a la psicología para engatusarnos con trucos sutiles con el fin de que hagamos clic, pasemos más tiempo navegando en ellas o decidamos rápidamente la compra. Fíjate en los detalles para que no te den gato por liebre y para que realmente te lleves aquello que andabas buscando y necesitabas.
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