Narcos ha sido una de las mejores series de Netflix y mientras esperamos al estreno de su segunda entrega ambientada en México, queremos contarte una de las tradiciones más curiosas de ese país: el martillo explosivo.
Si bien nada tiene que ver con el "negocio" al que se dedican Félix Gallardo y sus secuaces, el martillo explosivo ocurre desde hace siglos, cada mes de febrero. Los habitantes del pequeño pueblo mexicano de San Juan de la Vega organizan un curioso festival que atrae la atención de todos los mexicanos, porque es la bomba... literalmente.
San Juanito y la historia del martillo explosivo
El origen de esta celebración se remonta al siglo XVII, cuando un joven rebelde, oriundo de esas tierras y conocido cariñosamente como San Juanito, se vio envuelto en una batalla contra los ricos terratenientes de la zona. Como el joven tenía una gran inclinación por robar a los ricos para darlo a los pobres, se ganó la reputación de ser «el Robin Hood de México». A partir de aquí, los detalles que rodean a esta figura se vuelven un poco confusos...
La celebración moderna en San Juan de la Vega es una recreación de la escaramuza entre San Juanito y los terratenientes, pero cuál de ellos portaba los martillos explosivos originales es todavía un misterio. No obstante, la celebración, cerca de la Cuaresma, sigue siendo cada año muy pasional.
Aunque esta es una de las grandes fiestas tradicionales mexicanas, se ha hecho más popular a nivel internacional a raíz de que la serie de Netflix Narcos se basara en este país para recrear una de sus temporadas. La celebración no tiene una intención violenta, ya que lo que se golpean son los martillos contra un petardo, pero su carácter explosivo (nunca mejor dicho) entronca perfectamente con la historia de los carteles mexicanos. Además, genera heridos a puntapala.
Así, la tradición es que los petardos se agarren al extremo del mazo y este sea golpeado en una lámina de metal, por lo que el ruido es espectacular. Uno tras otro, los jóvenes lanzan martillos, desde la mañana hasta el mediodía. No obstante, la fiesta ha sido calificada como una de las más peligrosas del mundo, y las cifras justifican este calificativo: en el año 2007 un total de 17 espectadores fueron heridos de manera leve, aumentando la cifra en 50 más al año siguiente.
Otras fiestas tradicionales mexicanas curiosas
México está lleno de historia, desde las grandes civilizaciones precolombinas, siu feroz resistencia a la conquista y la evolución de su sociedad, pasando por las disputas territoriales en el norte del país. Todo esto ha dado lugar a un imaginario colectivo lleno de rituales peculiares, de los que vamos a destacar dos.
El día de los Muertos
El día de los Muertos en México está inspirado en la fiesta española de Todos los santos, pero también en la americana conocida como Acción de gracias. Sin embargo, las celebraciones nada tienen que ver con las de ninguna de estas raíces, forjando su propio aroma y carácter. Igual que en España, se celebra el 2 de noviembre y combina tradiciones indígenas antiguas y ritos más modernos.
La importancia de esta fiesta para los mexicanos, y especialmente para los oaxaqueños, es incluso superior a la de la Navidad, ya que se trata del único día del año en el que se acercan a sus familiares fallecidos. Es decir, que los muertos no son recordados ni conmemorados, sino que se considera que están presentes.
Así, las familias se reúnen en un clima de amor y regocijo, creyendo firmemente que las almas de los difuntos regresan ese día a visitar a sus parientes vivos. Se hace mucha comida y bebida, especialmente de aquella que les gustaba a los fallecidos. Además, se recrean los altares con flores y fotos que muestran el amor por los que ya no están, en una decoración que no se hace al azar sino simbolizando las historias de los seres queridos, utilizando víveres y regalos.
El amarillo es el color que más se aprecia en estos altares, ya que se ven inundados de flores de caléndula. De hecho, en muchas ocasiones se hacen caminos de esta flor con la idea de guiar a los fallecidos hacia los seres queridos vivos. Se dice que el aroma de estas plantas atrae a los muertos, pero también se suelen utilizar otras flores como la cresta de gallo o la flor de muerto, muy apropiadas para esas fechas. También es importante poner velas en los altares y quemar en ellas copal, la savia de un árbol que se utiliza para hacer brebajes y que llena todo de un olor a incienso dulce.
Si quieres vivir una fiesta de los muertos de lo más auténtica sin salir de casa, te recomendamos que veas -o vuelvas a ver- Coco, la obra de Pixar basada en esta tradición mexicana.
Festival de danza Guelaguetza
El festival Guelaguetza es una celebración en la que se reúnen las muchas comunidades que integran la provincia de Oaxaca para conmemorar sus tradiciones y culturas.
Esta región alberga 16 grupos etnolingüísticos diferentes y muy diversos entre sí. Para el festival, todos ellos llevan sus vestidos tradicionales y representan diferentes danzas folclóricas particulares de cada zona. Al final del baile regalan artículos típicos al público que les está viendo.
Este festival también se conoce con el nombre de Lunes del cerro y tiene lugar en la ciudad Oaxaca de Juárez los dos últimos lunes del mes de julio. Salvo cuando uno de ellos es día 18 y coincide con el aniversario de la muerte de Benito Juárez, una de las figuras más emblemáticas del país y para quien se tiene reservada una celebración especial.
La palabra Guelaguetza significa «ofrenda» en el idioma zapoteco y su significado va mucho más allá de dar nombre a un festival. En los pueblos más antiguos de Oaxaca, cuando se celebra algo, ya sea un bautizo, una boda, el patrono de un pueblo, etc., la gente que asiste a la celebración lleva los productos necesarios para que esta tenga lugar, como la comida, la bebida, etcétera.
Así, la ofrenda o guelaguetza de cada uno permite que la fiesta se celebre y se convierta en parte de un intercambio recíproco entre personas. Al final es una forma de reforzar los lazos sociales y de mantenerlos a través del tiempo.
En nuestros días, el festival Guelaguetza se ha convertido en una combinación de celebraciones prehispánicas de la diosa del maíz, Centeotl, y del día de la fiesta católica de Nuestra Señora del Monte Carmelo, que tiene lugar el 16 de julio.
¿Se nos ha escapado alguna? ¿Qué otra celebración mexicana te resulta curiosa?