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Es lo primerito que vas a analizar al comprar un ordenador, un móvil o una tablet: la conectividad. El número y tipo de puertos indica las posibilidades reales del dispositivo. Y claro, ¿cómo se utilizan estos puertos? Exacto, con los distintos tipos de USB.
Ya sabrás que los iPhone y demás aparatos de Apple utilizan un tipo conector USB distinto al del resto de marcas (el famoso Lightning). Esto también lo utilizan las marcas para generar diferencias y obligarte a quedarte en uno u otro ecosistema.
Es lo mismo que pasa con los distintos tipos de HDMI, pero a un nivel mucho más exagerado. Seguro que tienes la casa llena de cargadores antiguos y no todos te valen para cargar el móvil que utilizas actualmente. Huele a obsolescencia programada, ¿verdad?
La cosa es tan loca que es un tema hasta de debate a nivel europeo. En 2021 la Comisión lo llevó a legislación aprobando un estándar universal: el USB-C. Esto, que podría aplicarse en 2024 a la espera de validación, tiene —obviamente— en contra a la propia Apple.
Are your chargers piling up in a drawer?
— European Commission 🇪🇺 (@EU_Commission) September 23, 2021
We propose a common charger for mobile phones and other similar electronic devices.
A single charger will be more convenient for people and will reduce electronic waste.
Read more: https://t.co/hkspfjwlhu #DigitalEU pic.twitter.com/ZhWZ8xSGKH
La cuestión de acabar con las barreras de los tipos de USB viene de largo. Ya en 2009 se prometió que el MicroUSB acabaría con las diferencias. Como ves no ha sido así. Por lo que, para que no te pierdas entre mil diferencias, queremos echarte un cable. 🔌
Aquí te explicamos cómo son y para qué sirven los distintos tipos de USB; desde el más típico y conocido hasta esa conexión superextraña que no tienes ni idea de para qué sirve.
Ojo, que no son lo mismo los conectores USB —lo que conoces por "cables"— que los estándares USB. Lo primero es físico y visual pero lo segundo tiene que ver más con las funciones de cada terminación. Ahora llegaremos ahí, pero antes...
USB son las siglas de Universal Serial Bus, el estándar que utilizan los cables básicos de conexión a nivel mundial. Estos proporcionan tanto alimentación eléctrica como datos. Cosa importantísima si tenemos en cuenta para qué se creó.
Simplificándolo mogollón, a principios de los 90 el mercado tecnológico era la jungla; cada fabricante hacía un poco lo que quería con el tema de la conectividad. Eso suponía un derroche loquísimo de materiales y dinero tanto por parte de las marcas como de usuarios.
Por eso Intel, Microsoft, IBM, Compaq, Nortel, DEC y NEC decidieron unirse en la UBS-IF para crear un estandar homogéneo. En 1996 nació el USB 1.0 que tanta polémica causó, y dos años después el USB 1.1, mucho más reconocido y ya extendido en todo el mundo.
En esencia el cabezal tiene una serie de pines que encajan con cada tipo de puerto. Esto es lo que hace que una generación no sea compatible con la anterior y así sucesivamente. Imagínatelo como una pieza de lego y un único bloque compatible. Pues eso.
El USB incorpora un cable de par trenzado (ramificaciones internas) que indican la potencia de carga eléctrica que pueden transmitir; el amperaje de toda la vida. Lo normal es partir de 5V y desde ahí ya ir subiendo dependiendo de las especificaciones.
En el USB 1.0 y el USB 2.0, por ejemplo, funcionaba lo que se conoce como half dúplex, dos cables intercalados con una intensidad de salida de 500 mAh. La impedancia de referencia es de 90 ohmios ± 15%. No hace falta que te quedes con ello.
La cosa es que la tercera generación de los tipos de USB incorporó una línea más de cables, aumentándolos hasta cuatro. Este full dúplex permite enviar y recibir señal al mismo tiempo, y transportar hasta 900 mAh de Intensidad.
Antes de llegar al USB 1.0 hubo versiones previas que no terminaron de cuajar. La historia de los tipos de USB parte de 1998, entendiendo cada generación de estándar como una evolución tecnológica que aplica a la industria por completo.
Esto lo decimos porque el principal aliciente de los fabricantes para ir mejorando la conectividad está en la demanda creciente de datos y de velocidad. Cada estándar mejora al anterior en esos dos apartados, y por tanto satisface más necesidades.
¿Cuál es el mejor tipo de USB? Te recomendamos que antes de comprar nada mires la ficha técnica del producto para comprobar el estándar. Lo ideal es que no baje de USB 3.0, y que preferiblemente llegue a 4.0. El más extendido es el 3.2 actualmente.
Vistas las especificaciones a nivel de software toca repasar el hardware. Esto es seguramente lo que andabas buscando cuando pensabas en "tipos de USB". Nos referimos a la forma que tienen los cabezales de los conectores.
Esto se utiliza para diferenciar las distintas aplicaciones de cada cable. Y es que sí, aunque hoy se tiende a al universalización, lo del USB Tipo-C y demás viene a indicar para qué tipo de dispositivos está pensado el conector.
Ojito, porque los conectores van unidos a los estándares. Es decir, que la evolución de unos ha influido en la de otros. Cada "conector" suele amparar varios tipos de estándares, por eso te decíamos que mirases bien las especificaciones más allá de las apariencias.
Como grandes hitos quédate con que el USB Tipo-C persigue la estandarización total y que los MicroUSB están diseñados pensando en la movilidad. Vamos, en dispositivos portátiles (todo lo que no tiene que ver con el ordenador de mesa).
En el apartado portátil de los móviles tenemos el MiniUSB y el Micro USB; el segundo sustituyó al primero con mejores especificaciones, aunque hoy por hoy ya no se emplean en terminales de última generación.
¿Qué pinta Apple en todo esto de los tipos de USB? Muy sencillo, la compañía de la manzana mordida siempre ha librado la batalla por su cuenta, y por eso está en contra de la universalización que persigue la Comisión Europea (no les interesa en absoluto).
Los primeros dispositivos de la marca utilizaban el conector dock, caracterizado por ofrecer una tasa de transferencia de hasta 10 Gbit/s (1,25 GB/s), sincronización de datos y, por supuesto, carga de batería.
El dock se empleó hasta el iPhone 4S, cuando dejó de incluirse en favor del ahora conocido Lightning. A nivel de hardware viene con 30 pines que pueden aprovecharse en terminales modernos siempre que tiremos de adaptadores.
De los 30 pines del dock pasamos a 8 pines. Es un cambio que refleja la optimización de prestaciones y recursos del Lightning en materia de conectividad. Se mantienen los 10 Gbit/s (1,25 GB/s) pero se reduce mucho el espacio físico que ocupa el cable.
Ojo porque el Lightning no es compatible con iPhone ni iPad antiguos. La polémica de este cable está en su dudosa calidad y en las comparativas de velocidad respecto a los tipos de USB que hemos visto más arriba.
¡Y ya está! Con este cursillo rápido de tipos de USB ya estás preparado para comprar cualquier móvil u ordenador sin que te la den con queso. Repasa bien las especificaciones y exprime las velocidades de transferencia. 🚄🚄🚄
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