Consejos y trucos para comprar el mejor disco duro externo

La fregona, el Chupa-Chups, la bombilla, la rueda; la historia de la Humanidad está plagadita de grandes inventos. Ahora se dice que nuestro siglo es del de la era de Internet, pero qué sería de nosotros sin los discos duros externos. ¿Eing?

Sí, sí, estas memorias portátiles permiten tumbar una de las pocas limitaciones que tienen los ordenadores, móviles y videoconsolas en la actualidad: el almacenamiento. Y es que, si tienes gigas casi infinitos, entonces tienes posibilidades infinitas.

Te podemos parecer un rato largo exagerados, pero es que podemos contar los dedos de la mano las ocasiones en las que uno de estos aparatos no se nos ha quedado cortos de espacio a medio y largo plazo.

Nos tendríamos que enfadar con los fabricantes, que se aprovechan de la obsolescencia programada para seguir vendiendo, pero no podemos porque en este caso SÍ HAY SOLUCIÓN.

Ahora bien, comprar un buen disco duro externo no es tan sencillo como ir al Mediamarkt, mirar los gigas de capacidad y elegir el que te parezca más bonito. Hay determinadas características que te pueden ayudar y mucho en la tarea.

De eso es de lo que queremos hablar en este artículo. ¿Estás pensando en pillarte uno de estos? Antes de mirar los mejores discos duros externos toca repasar la teoría para que no te den gato por liebre.

Cómo saber cuáles son los mejores discos duros externos

Por poder, puedes tirarte de cabeza a Amazon para comprar el primer disco duro que se te pase por delante de la pantalla. Puede que no te equivoques, pero también puede que sí.

De lo que se trata es de reducir esa posibilidad estudiando un poco la decisión antes de tomarla. ¿Verdad que no te compras un ordenador sin comparar? ¿A qué estudias muy bien el mercado antes de cambiarte de móvil? Pues lo mismo.

No es una ciencia exacta, pero algo de puede hacer.

SSD o HDD: ¿cuál es mejor?

Seguramente habrás escuchado hablar de los discos duros SSD (Solid State Drive). Es normal, están bastante de moda y ahora mismito son sinónimo de moderneo y grandes prestaciones. El mundo gaming, que lo contamina todo y nos lleva a veces a error.

A la hora de la verdad, no obstante, merece la pena detenerse un segundo sobre los discos duros HDD (Hard Drive Disk). También se les conoce como "discos duros mecánicos" porque están formados por piezas físicas asociadas a un magnetismo.

Lo que guardas en un HDD no se elimina cuando se apaga o formatea la unidad. Por eso y por su precio de fabricación, llevan en circulación desde la década de los años 50. Eso sí, la velocidad de transmisión actual no tiene nada que ver con la de entonces.

Normal es toparse con modelos que vayan desde las 5400 hasta las 7200 RPM. Sus cajas miden entre 2,5 y 3,5 pulgadas, y lo más importante de todo: siempre son más baratas que los SSD. ¿Son perfectos? Ni de lejos.

Echa un vistazo a esta tabla para saber si te conviene más un HDD o un SSD con sus microchips y memorias flash.

Dejando de lado que los parámetros son orientativos, podemos simplificar el debate así: elige un SSD si vas a estar todo el día moviendo archivos al disco duro, y un HDD si lo vas a hacer una vez cada tres años, cuando se te rompa el PC.

En caso de atender a esta duda solo desde el punto de vista de la comodidad, tenemos que decirte que un SSD siempre será más fácil de mantener y de utilizar. Pagarás el sobreprecio, pero a cambio obtendrás mayor velocidad.

Conectividad

Los mejores discos duros externos son los que tienen un frente de conectividad más variado y competente. ¿De qué te sirve tener una gran velocidad de transmisión si después el puerto de conexión es vergonzoso? Pues eso.

En este otro artículo ya te hablamos de los tipos de USB, pero no está demás recordarlo. Huye de los modelos con USB 2.0 y déjate guiar por los que llevan en sus especificaciones un 3.

Hay mucha variedad, pero manteniéndote en la tercera generación estarás a salvo. Para que te hagas una idea, el USB 3.2 v2 es capaz de ofrecer una velocidad de transferencia de hasta 10 Gbps.

Ah, y para saber si elegir USB-A o USB-C no tienes más que fijarte en el puerto de tu ordenador. Al fin y al cabo lo único que necesitas es que el disco duro externo sea compatible con el equipo al que lo quieres conectar.

Espacio de almacenamiento

Depende, depende, depende. Un mismo disco duro externo con 1 TB de capacidad puede ser muy práctico para un usuario medio sin muchas necesidades, y a la vez estar superlimitado para alguien con una necesidad.

Al margen de lo que necesites, ten en cuenta que a medida que vaya incrementándose el espacio de almacenamiento, irá igual subiendo el precio. Así que en este punto no viene nada mal un poco de cabeza y de equilibrio.

En cualquier caso, no pienses en el disco duro externo que quieres hoy, sino en el que podrías requerir dentro de 4 o 5 años. Eso te permitirá ir con cierta previsión aunque de repente te hagas ingeniero de la NASA y necesites mover miles de TB.

Por norma general la mayoría de modelos se mueven entre los 500 GB y los 5 TB. Hay alternativas muy superiores, pero cualquier cifra dentro de ese rango te servirá más que de sobra para lo que quieres. La pregunta es: ¿vas a trabajar con 4K- 8K?

Si no es así te recomendamos que apuntes, al menos, a los 2TB de capacidad. Uno de 1TB te podría salvar las castañas del fuego, pero te arrepentirías en muy poco tiempo de habértelo pillado. Ah, y cuidado con tirar muy alto, porque podrías terminar en casa con un armatoste nada portátil.

Seguridad

No hay mayor drama que haber guardado los últimos 5 años de tu vida en un disco duro externo, y encontrarte un día random con la temida fragmentación. Una fotografía física la puedes volver a revelar ¿qué haces en este caso?

No es raro que la compra de un SSD o HDD casi siempre esté condicionada por la seguridad del aparato. Esta la proporciona tanto la marca —dependiendo de lo reputada que sea—, como las tecnologías incluidas en la fabricación.

Para guiarte te puede servir echar un vistazo a la ficha técnica del producto y revisar el apartado de seguridad. Si no entiendes nada viaja hasta las opiniones de los compradores para ver si hay fallos recurrentes a tener en consideración.

¿Disco duro externo o pendrive USB?

Si has llegado hasta aquí te habrás hecho esta pregunta. No es una duda tan estúpida como parece. De hecho, nos hemos pasado años viviendo tranquilamente con los "pen" y nunca nadie se había quejado de nada.

En la última década se ha producido una explosión de los discos duros externos, en parte porque la cantidad de datos a nivel mundial no deja de aumentar, y en parte porque los SSD han empujado a toda la industria a ofrecer grandes avances.

La realidad es que estos dos componentes no tienen por qué competir entre ellos. El USB sigue valiendo para lo que fue creado: pasar fotos, vídeos, canciones y otros archivos de pequeñas dimensiones. Hasta películas si me apuras, pero ya comprometiéndonos un poco.

Un disco duro externo son palabras mayores. Lo más normal es que vayas a por él cuando se te ha petado el PC y necesitas realizar un respaldo para cambiar de equipo. O porque tienes un trabajo informático relacionado con grandes cantidades de datos.

Estos periféricos también resultan útiles a la hora de renovar el móvil. Es verdad que tanto Android como iOS ya incluyen procesos de onboarding totalmente automatizados, pero por ejemplo, los iPhone siguen poniendo muchos obstáculos al tema de la transferencia de fotos.

En busca de los mejores discos duros externos

Para que no digas que esto es una lista muy subjetiva (que lo es), vamos a poner el foco en tres discos duros externos con perfiles muy bien definidos; tres gamas distintas para todos los bolsillos y necesidades técnicas.

De todas formas ya sabes que siempre te recomendamos que te metas en Internet y también hagas tu parte de investigación para no quedarte con el gusanillo ese del "y si...". Dicho lo cual.

Samsung SSD T5

Disco duro externo de mayor capacidad de almacenamiento (2 TB) de esta serie. La marca coreana ofrece uno de los periféricos más interesantes para los que buscan potencia sin dejarse un dineral.

El Samsung SSD T5 pesa 51 gramos, viene equipado con una interfaz USB 3.0 y ofrece una velocidad de rotación de 2RPM (540 Gbps). ¿Lo más interesante? Todo ello no conlleva a un precio sobredimensionado. Son unos 220 euros. Ah, cuidado porque viene con USB-C.

WD Elements

Aunque hay una versión superior de 14 TB, no creemos que merezca la pena pagar el aumento de precio. Este disco duro externo de WD —otra de las marcas de referencia— juega ya en una liga superior de sobremesa, pero eso no lo hace menos atractivo.

Si tienes espacio en el escritorio y buscas un buen periférico de soporte constante, esta es tu mejor opción. 12 TB de capacidad para un HDD que viene equipado con conectividad tanto USB 3.0 como USB 2.0 y que ofrece hasta 2400 RPM con una velocidad de transmisión de 140 Mbps. ¡Vale poco más de 200 euros!

SanDisk Extreme SSD

No podía faltar un disco duro externo de esta otra marca. De hecho, es imposible ignorarla si buscamos un modelo de altas prestaciones. El San Disk Extreme SSD es uno de los periféricos más rápidos de todo el mercado. Literalmente vuela.

Estamos ante nada más y nada menos que 550 Gbps de velocidad de lectura. Hay una versión de 1050 Gbps, pero suele estar agotada. Este otro ofrece 1 TB de capacidad contenida en un hardware de apenas 40 gramos con conectividad USB 3.1 Tipo C. ¿Precio? Pues menos de 200 euros.

Con todo esto, si todavía sigues quejándote de que te falta espacio, es única y exclusivamente culpa tuya. Hazte con uno de los mejores discos duros externos y dile adiós para siempre a las expansiones de pago en la nube y los pasadísimos pendrives.