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El frío puede afectar gravemente a tu ordenador y a otros dispositivos electrónicos, incluso aunque no lo parezca. Por eso, es importante saber cómo protegerlos con unos cuantos consejos prácticos.
Desde mantener una temperatura estable hasta usar fundas térmicas, estos tips para proteger tus dispositivos del frío te ayudarán a evitar sustos y reparaciones costosas.
El frío extremo puede parecer inofensivo, pero en realidad afecta al rendimiento y la vida útil de tus gadgets. Desde portátiles y móviles hasta consolas y smartwatches, todos sufren cuando la temperatura baja demasiado, sobre todo si se combinan humedad y condensación.
Cuando un dispositivo pasa del frío al calor, se produce condensación interna. Esa humedad puede oxidar componentes, dañar la batería o provocar cortocircuitos. Además, los materiales plásticos y metálicos se dilatan o contraen, afectando la estabilidad de las piezas y los conectores.
Por eso, aunque tu ordenador aguante el invierno sin quejas, no es buena idea exponerlo a temperaturas bajo cero o cambios bruscos de ambiente. La mayoría de equipos electrónicos funcionan mejor entre 10 y 35 °C, según los fabricantes.
Así que sí, el frío puede dañar tus dispositivos, pero hay formas sencillas de evitarlo. Lo importante es conocer qué partes son más sensibles y cómo protegerlas con unos cuantos trucos básicos.
Vamos a repasar los componentes de tu PC que peor lo pasan con las temperaturas bajas y la humedad.
Las baterías de litio son las grandes víctimas del frío. A bajas temperaturas, su capacidad disminuye y pueden descargarse muy rápido. Además, el voltaje puede caer tanto que el sistema se apaga de golpe o deja de cargar correctamente.
Las pantallas LCD o LED son muy sensibles al frío extremo. Si llevas el portátil o tablet al exterior, el cristal puede volverse más frágil y la condensación interna puede generar manchas o líneas en la imagen. No la limpies mientras esté helada.
Los discos duros mecánicos sufren cuando baja la temperatura: el aceite interno se espesa, los cabezales se mueven peor y pueden producir errores de lectura. Los SSD resisten más, pero si el frío es intenso, también pueden ralentizarse o corromper datos.
La humedad es la peor enemiga de la electrónica. Puede colarse en la placa base o los conectores y provocar oxidación o pequeños cortos. Si tu habitación tiene aire muy húmedo, usa un deshumidificador o evita tener el equipo cerca de ventanas.
Ahora que conoces mejor los componentes de tu PC, vamos a darte tips claves para protegerlos y asegurar que tu ordenador siga tirando como un pepino.
Si tu portátil ha estado en el exterior, no lo enciendas enseguida. Déjalo aclimatarse unos 30 minutos antes de encenderlo. Así evitas que la condensación interna dañe los circuitos cuando el aire caliente lo rodee.
Evita que tu PC sufra cambios bruscos de temperatura. No lo pongas junto a radiadores o ventanas frías. Mantener el entorno entre 18 y 25 °C ayuda a que todos los componentes trabajen a un ritmo óptimo.
Cuando salgas con tu portátil, protégelo con una funda térmica o acolchada. Así evitarás que el frío directo o los golpes afecten al disco o la pantalla. En invierno, el aislamiento es tan importante como la protección física.
Aunque solo sea un rato, no dejes tu portátil en el coche. Los habitáculos pueden alcanzar temperaturas bajo cero, y al encenderlo después, la condensación puede ser brutal. Además, las baterías sufren y pierden autonomía permanentemente.
Muchos piensan que el frío ayuda a refrigerar el ordenador, pero no es así. El polvo y la suciedad siguen acumulándose. Limpia los ventiladores y mantén el flujo de aire correcto; si no, el sistema podría sobrecalentarse incluso en invierno.
Ya tenemos dominados los ordenadores, pero hay otros dispositivos que también lo pasan mal con las temperaturas bajas y no podíamos dejarlos fuera en este artículo. Así que vamos a por ello.
Los smartphones y tablets se apagan repentinamente cuando hace mucho frío. La batería se vuelve inestable y puede hincharse o dañarse. Llévalos siempre en el bolsillo interior de la chaqueta, cerca del cuerpo, para mantenerlos a temperatura adecuada.
Los relojes inteligentes y auriculares inalámbricos también dependen de pequeñas baterías de litio. Evita dejarlos cargando en lugares fríos o húmedos. Si los usas al aire libre, sécalos y guárdalos enseguida para evitar la condensación en los sensores.
Las consolas y PCs gaming tienen ventiladores y chips potentes. Si pasan del frío al calor muy rápido, pueden acumular humedad interna. Espera siempre a que el equipo esté seco y a temperatura ambiente antes de encenderlo para jugar.
Si todavía no has aplicado ninguno de nuestros consejos, o llevas ignorándolos más tiempo del que te gustaría reconocer, tenemos una misión para ti: averiguar si el frío ya está afectando a tus dispositivos.
Para llevar a cabo esta misión, solo tienes que comprobar los indicadores que te dejamos aquí a continuación.
Si notas que tu batería dura mucho menos o el porcentaje baja en segundos, el frío probablemente está reduciendo su capacidad temporalmente. No es un fallo permanente, pero repetidas exposiciones sí pueden acortar su vida útil.
Una pantalla con líneas o baja luminosidad repentina puede indicar que el frío está afectando al panel LCD. No la presiones ni la limpies en ese estado. Espera a que el dispositivo alcance temperatura ambiente antes de tocarla.
Cuando el sistema arranca lento, muestra errores o incluso se congela, puede ser por condensación o un disco duro afectado por el frío. No fuerces el reinicio; deja que se aclimate y revisa si la ventilación y el disco funcionan bien.
Si después de completar la misión la conclusión es que el invierno ha llegado a tus dispositivos, te toca seguir estos pasos, solo si quieres alargar su vida útil.
Si tu equipo ha estado expuesto al frío, no lo enciendas enseguida. Déjalo reposar al menos una hora en un lugar templado y seco. Así evitarás que la humedad interna cause daños irreversibles en los circuitos.
Si ves humedad visible o sospechas condensación, seca suavemente con un paño de microfibra y deja el equipo apagado durante varias horas. También puedes colocarlo cerca de un deshumidificador, pero nunca uses calor directo.
Si después de calentarse el equipo sigue lento o con errores, no sigas encendiéndolo. Llévalo a un servicio técnico especializado. Los expertos podrán limpiar los contactos, comprobar el disco y evaluar si hay daños en la placa.
Aunque el invierno parezca inofensivo, el frío es tan peligroso para la tecnología como el calor. Basta con seguir unos cuantos hábitos sencillos para mantener tus dispositivos a salvo. Cuídalos del frío, y ellos seguirán funcionando como el primer día. ¿Qué más puedes pedir? 🥶💻
Seguro que te ha pasado: estar en medio de una ranked, de una call o viendo tu serie favorita y tu ordenador decide reiniciarse por las actualizaciones automáticas de Windows: ¡hoy te ayudamos con eso!
