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Las televisiones son muy inteligentes, pero como pongas un cable que no es, olvídate. Por eso, es muy importante que conozcas bien cada uno de los cables que se conectan a tu tele.
Vale, el HDMI lo conocemos todos, pero ¿y el coaxial? Ahí te hemos pillado. Este es muy particular, y aún se sigue utilizando en las televisiones más antiguas que todavía se conectan a la antena.
Aquí te vamos a explicarte cuáles son sus usos, tipos y te recomendaremos cuál tienes que comprarte para tu televisión.
El cable coaxial se creó en 1930 para transportar las señales de radiofrecuencia desde una antena hasta los receptores. Estos cables que llevan años dirigiendo señales tienen el nombre de coaxial porque tienen dos conductores en un mismo eje.
Estos conductores tienen una estructura formada por una parte de un cilindro exterior (hecho de malla metálica trenzada) que sirve como conductor de retorno y protector del interior. En el centro del cable contiene un núcleo de cobre que es el segundo conductor, el importante, el de la información.
Entre estas dos partes existe una gruesa capa aislante que, igual que la del exterior, separa ambas para evitar problemas técnicos. Estas protegen el núcleo para que la información no sufra interferencias.
Los cables coaxiales son seguros, envían una señal limpia y sin interferencias o ruidos que alteren la señal. Por eso mismo se siguen utilizando en algunos sistemas de vídeo, audio, profesional y radio.
De hecho, en dispositivos más profesionales como tarjetas de audio suelen tener tomas para este tipo de cables.
El cable coaxial se utiliza sobre todo para conectar la TV a la antena que tenemos en casa. Pero tiene más usos como el de las redes urbanas de televisión por cable o los sistemas cerrados de televisión de sistemas de videovigilancia.
Digamos que es como el predecesor de la fibra óptica que hay ahora en nuestras casas. Pero más que eso, en los sistemas híbridos de fibra coaxial se sigue utilizando. Estas redes utilizan ambos de forma simultánea en ciertos tramos.
Con esto consiguen reaprovechar el existente para poder montar redes de banda ancha. Eso sí, poco a poco su presencia se está reduciendo cada vez más por tramos puros de fibra óptica.
Además de esto, también se ha usado durante mucho tiempo en los sistemas de telefonía analógica que estaban basados en una multiplexación por división de frecuencia. Esto también pasaba en versiones antiguas de Ethernet para transmitir datos.
Además de todo esto, el cable coaxial aún es un buen recurso para todos los apasionados en el mundo de la radio. También es muy útil en tarjetas de sonido de calidad profesional para DJ.
Existen muchos tipos de cable coaxiales, por lo que es importante que sepas identificarlos cuando vayas a comprar uno; si no te vas a perder entre tantos diferentes. Aquí te vamos a explicar los tres modelos más usados hoy en día.
Este es el más común de todos. Su uso va desde la conexión de televisiones de alta definición (habilitando tiradas con distancias varias decenas de metros sin pérdidas de señal). Casi seguro que es el usado en tu tele.
El predecesor del anterior, apenas usado ya. Aun así, era muy común porque es más barato, maleable y delgado, o sea, más cómodo. Pero a partir de los dos metros de distancia ya degrada la señal. Además, no envía imágenes en HD.
Aun así, algunos centros de vigilancia de edificios, espacios públicos y empresas siguen utilizándolos en sus sistemas.
Es uno de los modelos más nuevos, pero es mucho más caro que el RG-6 (la calidad se paga). El modelo RG-11 tiene una pérdida de señal mucho menor y permite recorridos largos.
Se suele utilizar en casos especiales porque es mucho menos flexible y tiene un grosor mayor. Por esto mismo, suelen utilizarse en instalaciones con mucha extensión (enlaces entre receptores y antenas HDTV en el aire).
Por tanto, en tu casa utilizarás el cable coaxial RG-6 pero si necesitas hacer una instalación externa con largas tiradas compra el RG-11. Seguro que en las tiendas también te encontrarás el modelo RG-59, pero te recomendamos que no lo uses.
El cable coaxial tiene dos extremos: macho y hembra. La parte del macho es la que se conecta a la televisión en el puerto indicado; la parte hembra va a la pared en la toma de TV.
¡Listo! ¿A que ya no es tan lío? Con todo esto ya estás preparado para ser el próximo Manny Manitas de tu casa y conseguir que la televisión se vea perfecta.
