BLACKSAD Under The Skin: de los álbumes a las consolas
23 Octubre 2019 17:43
Blacksad: Under The Skin, el videojuego sobre el gato negro detective que opera en el Nueva York de los años 50, es un "drama interactivo", a decir de sus propios creadores. Y no es para menos: manteniendo la atmósfera oscura imaginada por el guionista Juan Díaz Canales y el ilustrador Juanjo Guarnido, el estudio de animación Péndulo Studios, ha conseguido narrar una aventura gráfica que se arriesga sin complejos a llevar la viñeta española al mundo de los videojuegos. Blacksad: under The Skin llegará el 5 de noviembre a la Nintendo Switch.
De viñeta española a videojuego español
En algún lugar de Nueva York y en algún momento de la década de 1950 actúa Blacksad, un gato negro con cuerpo antropomorfo que resuelve tramas detectivescas de lo más turbias. Esta premisa argumental no es para nada desconocida entre los amantes de los cómics y promete no ser indiferente para los seguidores de los títulos de Nintendo Switch y otras plataformas.
En esta entrega en forma de aventura gráfica, Blacksad se enfrenta al misterioso asesinato en un gimnasio de boxeo y a la no menos misteriosa desaparición de un boxeador: la joven promesa del pugilismo de la época, para ser exactos.
Tras cinco álbumes y casi 20 años aumentando su palmarés dentro y fuera de España, la saga de Blacksad había coqueteado con la idea de saltar al cine y, finalmente, lo ha hecho al mundo de los videojuegos. Blacksad: Under The Skin llega con un buen augurio entre sus garras: el premio a "Mejor Juego de Aventura/Acción" obtenido en Gamescon 2019.
El Nueva York de Blacksad: Under The Skin, un mundo sin animales de fondo
Con un universo formado por protagonistas que son, sin excepción, animales con cuerpo antropomorfo, uno de los primeros grandes retos de adaptar Blacksad a los videojuegos era conseguir un sonido ambiental creíble. Eso sí, creíble dentro de la lógica de los cómics. Es decir, que si los protagonistas son animales, no puede o no debería haber animales actuando como animales sueltos por ahí.
Por ello, se debió crear un telón de fondo fácilmente reconocible como el Nueva York de la década de los '50, pero al mismo tiempo carente de ladridos o maullidos de animales callejeros, sonidos de pájaros, o cualquier otro elemento que pudiese estar reñido con las reglas especiales del mundo de Blacksad: Under The Skin.
Cómo se mueven los animales cuando también son personas
Otro gran reto para llevar Blacksad a los videojuegos ha sido crear los movimientos de los personajes, teniendo en cuenta que son animales con características muy diferentes entre sí. Un gorila y un perro pocos movimientos tienen en común, esto por citar solo un ejemplo. Pero claro, al mismo tiempo todos tienen cuerpos con formas humanas en detrimento de su propio zootipo.
Para conseguirlo, sus creadores han desarrollado su propio sistema de captura de animación, combinando movimientos humanos interpretados por actores reales, con gestos propios de cada uno de los animales representados en la historia. Se han combinado capas de animación a todos los niveles para incorporar movimientos y gestos que tengan sentido tanto si estás "viendo" a un humano con cabeza de gato; como si estás "viendo" a un gato con cuerpo de humano, y teniendo en cuenta a su vez el contenido de los diálogos.
"Nos garantizamos que cada personaje tiene siempre su personalidad y actúa siempre con sus propios ademanes", comentan sus creadores.
Blacksad Under The Skin: lo turbio de las apuestas deportivas
El argumento de la aventura gráfica Blacksad: Under The Skin, nos adentra en el mundo de las apuestas deportivas y el pugilismo en el Nueva York de los años 50. Pese a compartir un espacio y una época con los volúmenes de Blacksad, la narrativa no se inserta en la línea temporal de estos ni la continúa. Así, Blacksad: Under The Skin se convierte en una historia completamente modular que libera al usuario de la necesidad de haber leído los cómics para poder disfrutar del videojuego.
En pantalla nos encontraremos a la estrella en ascenso Robert Yale. Bueno, mejor dicho, no nos la encontraremos en absoluto, porque la joven promesa del boxeo ha desaparecido misteriosamente poco antes de la pelea más importante de su carrera. Para dar más oscuridad a la trama, el propietario del club de boxeo es hallado muerto. Aquí es donde Sonia Dunn, su hija, decide hacerse cargo del gimnasio y -con la ayuda de Blacksad- recuperar a la gallina de los huevos de oro: Robert Yale, el único que literalmente a puñetazo limpio puede sacarla de sus problemas financieros.
Esta historia encaja a la perfección en el universo de Blacksad, porque sus realizadores se han dejado los cuernos en ello: Alberto Lozano, director de arte en Péndulo Studios afirma que “para nosotros era muy importante que los autores nos dieran su feedback y nos confirmaran que estábamos transmitiendo los personajes y su entorno de la manera correcta”.
Tus decisiones cuentan en Blacksad: Under The Skin
A diferencia de las aventuras gráficas clásicas en las que el jugador simplemente debe completar un puzzle para resolver un misterio, en Blacksad: Under The Skin las decisiones del jugador cuentan. Cuentan tanto que alteran el devenir de la historia.
Por eso sus creadores hablan de un “drama interactivo”, en el que predominan las cinemáticas y un sistema de juego que adopta diferentes derroteros según lo que decida en cada momento quien esté al mando. “No se trata solo de descifrar un misterio sino de descubrir quién eres en realidad, decidir en qué clase de Blacksad te quieres convertir”.
Blacksad: Under The Skin estará disponible para Windows, macOS, Nintendo Switch, PlayStation 4 y Xbox One.
Videojuego español: un sector en estado de gracia
Los videojuegos hechos en España viven el que probablemente sea su mejor momento. Con videojuegos españoles dando de qué hablar dentro y fuera del país, con un creciente equipo de mujeres en la industria de los videojuegos y con la sensación para nada incierta de que los videojuegos en el trabajo son un pro y no un contra, Blacksad: Under The Skin reclama su espacio, no solo como videojuego español, sino como una exhibición de creatividad y trabajo -mucho trabajo- bien hecho.