La autonomía de los teléfonos móviles es sin duda el punto flaco de un dispositivo que está revolucionando la forma en la que vivimos. Los fabricantes, sabedores del problema, han tomado dos caminos diferentes para paliar la situación: en primer lugar, hacer la carga más cómoda con sistemas inalámbricos, en segundo, mejorar la velocidad de carga. Un tercer remedio, por nuestra cuenta, sería utilizar baterías externas.
Es una realidad, la tecnología de las baterías de nuestros móviles no ha cambiado demasiado en años, ofreciéndonos dispositivos que no duran un día vivos si somos muy exigentes con ellos. Parece claro que los procesadores evolucionan más rápido que las baterías en este mundillo y no hay vistas de que la cosa vaya a cambiar de un día para otro.
Por esto es realmente interesante conocer la existencia de una carrera a la que los principales fabricantes se están apuntando: los sistemas de carga rápida. Es más, los medios y clientes ya están tratando esto como una especificación importante a cubrir, que penaliza o marca diferencias dependiendo de la opción ofertada.
Algunos conceptos básicos
Antes de entrar a ver qué nos ofrece el mercado, creemos que es lógico que entendamos algunos conceptos eléctricos básicos, será más sencillo si los relacionamos con el movimiento del agua a través de una tubería:
Los Voltios (V) miden el voltaje y sería algo así como la presión a la que se mueve el agua.
Los Amperios (A) nos dicen lo “gorda” que es esa tubería, en electricidad sería la intensidad (I).
La Potencia (P) que se mide en vatios (W) nos determina el caudal de la tubería.
La Potencia nos determinará la velocidad con la que se cargará la batería de nuestro teléfono móvil. Su fórmula es sencilla, se calcula multiplicando la intensidad por el voltaje, algo que nos ayudará a comparar cómo funcionan los sistemas de carga rápida.
Cuanto mayor sea la potencia, mejor. Para conseguir esto las empresas pueden incrementar la intensidad o el voltaje. Pero siempre con el máximo cuidado y control, ya hemos conocido casos en los que las baterías han salido ardiendo o explotando.
¿Menos de un cuarto de hora? Super FlashCharge
La competición se ha puesto muy dura en los últimos dos años, con empresas chinas llevando la delantera. El año pasado vimos a OnePlus ofreciendo cargas de 30W, Huawei hizo lo propio con 40W, y OPPO los superó con su sistema SuperVOOC de 50W.
En junio de este año la empresa Vivo presentó al mundo un sistema bautizado como Super FlashCharge que iba a dejar en pañales a todo lo presentado con anterioridad. Hablamos de un sistema capaz de lidiar con 120W (20V x 6A), que por ahora es una promesa ya que no hay un teléfono en el mercado que la use, pero que ha sido presentada oficialmente como tecnología en el Mobile World Congress de Shanghái que ha tenido lugar la semana pasada.
¿Qué se puede conseguir con un sistema así? Pues en sus pruebas nos han enseñado que puede cargar una batería de 4.000mAh a la mitad en solo 5 minutos. Si la queremos rellenar al completo el tiempo no debería ser mayor a 13 minutos.
¿Cuándo habrá un teléfono que aproveche esta tecnología? No hay fecha todavía, pero conociendo como se las gastan este tipo de empresas, necesitadas de decir que fueron las primeras en poner algo en el mercado, no nos extrañaría nada que lo estrenaran antes de terminar el año.
Los sistemas más rápidos del mercado
Antes de enumerar los nombres más reputados de la industria en esto de cargar teléfonos a toda pastilla, tenemos que conocer que este tipo de tecnología implica que haya diferentes elementos preparados: cargador, cable, batería, software y el chipset del teléfono. Todos tienen que trabajar al unísono para conseguir las cifras que se prometen.
Dicho esto, y teniendo en cuenta que en cuestión de días te pueden presentar un nuevo sistema que mejore o iguale al que mejores especificaciones presenta, vamos a conocer cómo está el mercado y lo que está por venir:
Warp Charge de OnePlus: hasta 5 voltios y 6 amperios de intensidad, lo que da una potencia de 30W.
MediaTek Pump Express: 6 voltios y 5 amperios, 30W.
Qualcomm Quick Charge 5.0: 8 voltios y 4 amperios para llegar a 32W.
Super Charge de Huawei: hasta 8 voltios y 5 amperios para conseguir 40W.
Super VOOC de OPPO: hasta 10 voltios y 5 amperios de intensidad, lo que da una potencia de 50W.
Meizu Super mCharge: 11 voltios y 5 amperios para 55W.
XiaomiSuper Charge Turbo: 20 voltios y 5 amperios para llegar a 100W.
SamsungMM101 llegará a los 100W con 20 voltios y 5 amperios.
Como os comentamos en el apartado de conceptos básicos, la potencia sale de multiplicar los voltios por los amperios, podéis comprobarlo en todos los casos anteriores.
¿Un teléfono con batería extraíble?
Una tercera vía para arreglar lo poca vida de nuestros móviles pasa por contar con baterías adicionales, pero esto ya es meternos en llevar accesorios, más peso, y romper con la idea de dispositivo móvil. En el caso de que nos interesara, ¿es una opción de mercado?.
Realmente deberíamos decir que no, aunque hace años era de lo más habitual poder comprar baterías adicionales de nuestros teléfonos, con la evolución de los smartphones a dispositivos cada vez más cerrados y con mejor diseño, es casi imposible encontrar un teléfono al que le podamos cambiar la batería.
Los teléfonos con baterías extraíbles se han convertido en excepción. El 2018 suponían el 9% de los teléfonos presentados en esa temporada, pero este año la cifra ha caído todavía más: poco más del 6%. Algún modelo asequible de Nokia, Samsung o Motorola están en esa lista, pero ninguno de los gama alta o teléfonos importantes de cada casa.