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5 lecciones de Eduard Punset que siempre recordaremos


Es imposible no pensar en Eduard Punset y esbozar una sonrisa. Este divulgador científico -que fue también jurista, ministro y escritor, entre otros trabajos- hizo que algo como los avances tecnológicos y científicos resultaran cercanos gracias a un discurso parodiado hasta la saciedad pero con un trasfondo de suma inteligencia.

Punset ha fallecido a sus 82 años, pero su legado y sus enseñanzas nos van a acompañar siempre. Repasamos 5 lecciones que nos transmitió a modo de homenaje a su vida y a su trabajo:

Sentir pasión por la ciencia

Los más jóvenes seguro que llegaron a conocer a Punset por sus imitadores antes que por él mismo. El divulgador, de origen catalán, tenía un acento particular que atraía e intrigaba al mismo tiempo. Quizá era una manera de mantenernos enganchados al televisor y seguir aprendiendo en cada programa de Redes, uno de los clásicos de la televisión pública y pionero de la ciencia en la pequeña pantalla española.

A través de frases como: "Ninguna de tus neuronas sabe quién eres… ni le importa", Punset conseguía que soltásemos una carcajada a la vez que, sin saberlo, acabáramos de agregar una información más a nuestra biblioteca de conocimientos. Ese era el secreto para que pudiera contagiar su pasión por la ciencia a todos sus seguidores.

Mirar hacia el futuro

Está claro que la ciencia y la tecnología siempre buscan dar pasos por delante de la sociedad y mejorar el futuro. Como divulgador, Punset se atrevió en muchas ocasiones a echar un vistazo a las nuevas técnicas y descubrimientos que ahora conviven con nosotros.

Hace 8 años -se dice pronto-, su programa ya estaba explicando qué eran las células madre y cómo servirían para regenerar tejidos; y hace 5, ya preguntaba a los expertos por los ordenadores cuánticos.

Aprender a cuidar las emociones

Punset era experto en la mente humana desde todos sus vértices, incluido el psicológico. Hace tres años publicó el libro Universo de emociones, en el que instaba a cuidar y gestionar mejor algo que es instrínsecamente humano y, sin embargo, se le dedica poco tiempo al día.

"Ante un sistema educativo aún anclado en el pasado, que nos prepara para vivir en una sociedad industrial cuando hace años que tendríamos que estar viviendo en la sociedad de la información y del conocimiento, las emociones se arrinconan e incluso reprimen", aseguraba en una entrevista.

Otra de las predicciones que auguró Punset sobre el futuro fue que "se dará por sentado que la salud mental depende de la salud física y se cuidarán ambas por igual".

Compartir el conocimiento

El propio trabajo en el que Punset desarrolló la parte de su carrera que todos conocemos, el de divulgador, lleva incluido el deber de propagar el conocimiento científico a través de los canales de masas. Algo que, hasta hace poco tiempo, estaba reservado a una pequeña élite.

En 2012, por ejemplo, el presentador de Redes habló en su programa de un problema acuciante que en ese momento no se le hacía tanto caso: "La tecnología puede marginar a personas como los discapacitados".

Gracias a la preocupación de Punset por expandir el conocimiento, tenemos un legado en televisión en forma de programas como el brillante Órbita Laika, también en La 2, la casa de Redes.

Pero no solo los medios tradicionales se han beneficiado del trabajo del divulgador. YouTube se ha llenado de expertos en distintas ciencias que enseñan de manera entretenida a un público joven difícil de convencer.

Youtubers como Quantum Fracture, La gata de schrödinger o Derivando acumulan millones de visualizaciones en la plataforma gracias a un estilo fresco y transparente.

Mejorar el mundo gracias a nuestro cerebro

Punset nos ha enseñado que la capacidad de pensamiento del ser humano es inmensa, y tan solo hemos explorado una pequeña parte.

Pero esta capacidad tiene que servir también para cuidar del planeta. Hace casi una década, el divulgador entrevistó a dos psicólogos para hablar de la manera en la que consumimos y cómo estaba afectando a la desestabilización de los recursos de la Tierra.

En ese programa, llamado Cambiar el cerebro para cambiar el mundo, se lanzaba un mensaje que ahora se ha expandido mucho más: solo tenemos un planeta y tenemos que cuidarlo.

Estas son solo unas pocas lecciones de las cientos que nos ha dejado una de las mentes más reconocidas de las últimas décadas en España.

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