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Los cristales templados llevan con nosotros muchos años. Comenzaron siendo trozos de plástico que evitaban rayaduras en las pantallas y hoy son de lo más resistentes. Los famosos Gorilla Glass vienen ya instalados en los smartphones.
Aun así, mejor prevenir que curar, y por eso preferimos instalar un protector de pantalla extra (porque cambiar el cristal de tu pantalla seguro que barato no será). Estos aportan mayor resistencia tanto a rayaduras como a caídas.
La única pega de comprar este tipo de accesorios por tu cuenta es que tendrás que colocar el protector tú mismo. De esta forma te enfrentarás cara a cara con las temidas burbujas.
Hay dos explicaciones y ambas tienen que ver siempre con lo que haces antes y después de colocar el protector. Aunque no lo creas, la limpieza es incluso a veces más importante que la calidad de cristal que hayas comprado.
Cualquier partícula de suciedad, tanto huellas como polvo, puede contribuir altamente en la aparición de burbujas cuando después coloques el protector de pantalla.
Por lo general, los protectores suelen incorporar una gamuza húmeda y otra seca, pero de no ser así, puedes utilizar el limpiagafas o cristales.
No tengas prisa, mejor ser concienzudo y tardar un rato que tener que luchar después contra las burbujas que salgan.
Para evitarlas, aquí te vamos a enseñar cómo se pone y unos trucos que harán el proceso mucho más sencillo.
Lo primero de todo es despejar tu mesa o espacio en el que vayas a realizar el proceso. Una vez hecho, pon el teléfono en forma horizontal desde tu perspectiva.
Ahora viene una de las partes difíciles. Tienes que quitar el plástico que protege la parte trasera (adhesiva) del cristal. Ten cuidado de no tocarlo con tus dedos cuando lo sujetes. Ahora lo pones justo encima y listo.
Sí, puede que ese método les funcione a unos pocos, pero la inmensa mayoría tiene problemas. Por tanto, te presentamos el truco de la bisagra, el que todos conocemos.
Ahora que ya tienes tu protector de pantalla perfectamente puesto, solo tienes que quitar el celo y ya tienes tu teléfono perfectamente seguro.
Antes te hemos explicado cómo hacerlo de forma sencilla, pero si quieres una pantalla completamente limpia y sin un solo rasguño, puedes ponerte manos a la obra y hacerlo a lo perfeccionista.
Te vamos a explicar diferentes métodos infalibles para conseguir tu propósito: una pantalla sin burbujas.
En este caso, lo que haremos será colocar el protector de pantalla dentro del cuarto de baño, justo después de habernos duchado. Seguro que te preguntas por qué en ese lugar.
Pues lo cierto es, que, con el ambiente húmedo, tanto el polvo como otras partículas flotantes habrán ganado peso y, por tanto, caído (en su mayoría). Esto se traduce en menos probabilidades de que arruinen nuestro trabajo.
Para este necesitas coger un globo normal y corriente (como el que usas en una fiesta). Hínchalo al máximo y frótalo contra tu camiseta o jersey. Esto hará que, además de atraer tus pelos, también absorba el polvo y las partículas en el aire.
Déjalo al lado del teléfono un par de segundos. Y ya tendrás vía libre para poner el cristal sin que nada se interponga en tu camino.
Llegamos al último, el más desconocido, pero a la vez muy eficaz. Coge una pequeña ventosa de las que se pegan a los azulejos de la pared con un gancho o cualquier otra que tengas por casa.
Pega la ventosa a la parte no adhesiva del cristal templado. De esta forma no tienes que maniobrar con los dedos o dejar accidentalmente toda la huella marcada en el pegamento del protector de pantalla.
Lo hemos intentado todo y, aun así, el protector de pantalla tiene burbujas en su interior. Puede ser por múltiples factores, pero lo que ahora nos interesa es cómo sacarlas de ahí. Esto pasa muy habitualmente, incluso cuando un profesional lo realiza.
Para aquellas burbujas de gran tamaño que salen, por ejemplo, en el centro, el mejor consejo es levantar el protector desde una esquina y retirarlo hasta que lleguemos a ese punto.
Después de esto, tendrás que posar suavemente el protector sobre la pantalla.
En el caso de que la burbuja sea de tamaño pequeño, puedes probar a presionar con el dedo o una tarjeta sobre ella.
Hazlo como si quisieras explotarla, pero moviéndote hacia el exterior. Tampoco te pases, porque esa zona no está bien adherida a la pantalla y puede rajarse.
Como has podido observar, colocar un protector de pantalla de cristal templado es más fácil de lo que parece, especialmente en los nuevos modelos que no tienen marcos.
Eso sí, para aquellos con bordes curvos, directamente te recomendamos que vayas a un especialista. En tu smartphone sigue estos pasos y verás como queda perfecto. Mejor prevenir que arreglar después la pantalla del móvil. ⚒️
