Tecnología y deporte son dos áreas que cada vez más se dan la mano para crear cosas poderosas. En los últimos años, el negocio de los monitores de actividad, las básculas inteligentes, las apps de entrenamiento y otros gadgets similares no ha hecho más que crecer y originar un pronóstico de crecimiento aún mayor.
De hecho, así como ha pasado con los videojuegos y discapacidad, cada vez más el deporte se mete en dispositivos que originalmente no fueron pensados para la práctica deportiva y la preocupación por la salud obtenida a partir del ejercicio se normaliza entre la población.
En este contexto, las personas en situación de discapacidad encuentran en el deporte una vía para tener una vida activa y un factor que ayuda de forma directa a crear una sociedad accesible. La tecnología y el deporte se unen al esfuerzo por hacer que las personas en situación de discapacidad tengan un acceso facilitado a las actividades deportivas.
Deporte y discapacidad no son términos contradictorios
El deporte ayuda en casos de rehabilitación, además de contribuir a la integración de las personas con discapacidad. Pero unir deporte y discapacidad es un proceso bastante más complejo de lo que parece: además de requerir espacios, profesionales formados (entrenadores, terapeutas, psicólogos, etc…) y colaboración por parte de muchos actores de la sociedad, necesita que la tecnología habilite posibilidades.
Según Teresa Silva, de Fundación También, “cualquier persona sabe que el deporte conlleva múltiples beneficios físicos y psicológicos, se trata de un hábito de vida saludable. Incorporarlo al día a día de las personas con discapacidad pasa por el hecho de que puedan tener información clara de todo lo que pueden hacer a pesar de su circunstancia y de que encuentren los apoyos necesarios…”
No obstante, el esfuerzo merece la pena, como se ha venido demostrando desde finales de la Segunda Guerra Mundial, cuando se fundó el primer centro para lesionados medulares que incluía el deporte como un elemento “positivo, en primer lugar, para entrenar al cuerpo y en segundo lugar para contrarrestar la monotonía propia de los hospitales”.
Tuvieron que pasar unos veinte años para que, a partir de los años 60, se comenzaran a crear normas para oficializar algunos deportes adaptados, dando paso a las primeras organizaciones y federaciones dedicadas a regular la actividad física en personas en situación de discapacidad. Así, discapacidad y deporte estrecharon formalmente la mano y dieron paso a una realidad que actualmente alegra la vida de millones de personas en el mundo.
Según Silva, las personas en busca de un deporte adaptado “pueden tener la información de que pueden acercarse a un deporte tan sencillo como el ciclismo, pero una bicicleta adaptada les va a costar 3.000 euros, tendrán que desplazarse, que los espacios sean accesibles… Por ello es importante encontrar un lugar, como la Fundación También, que facilite el acceso al deporte adaptado, con todos los materiales necesarios, técnicos especializados, el transporte… Luego, el resto viene solo, porque la sensación de superación y libertad es tal que ya no se puede dejar de practicar deporte.”
Tecnología para el deporte adaptado
Y es que no todas las situaciones de discapacidad son iguales. Las hay congénitas y adquiridas. Las hay totales y parciales. Y no todas afectan a las mismas funciones del cuerpo humano. Algunas impactan en la movilidad, otras en el plano sensorial y también las hay relacionadas con la salud mental.
Además, no todas las disciplinas deportivas tienen las mismas dinámicas, no implican lo mismo. De allí que no podamos de hablar de tecnología para el deporte con discapacidad como un elemento genérico o con soluciones estándar. La virtud está, precisamente, en la capacidad del deporte para adaptarse, de la persona para motivarse y de la tecnología para actuar como un facilitador de procesos.
En el caso de la tecnología para deportes adaptados lo primero, según Teresa Silva de Fundación También, es pensar en la actividad física sin apellidos: “cuando hablamos de deportistas lo hacemos sin adjetivos. Una persona con y sin discapacidad disfruta de las nuevas aplicaciones y de la tecnología de la misma manera que cualquier deportista. Sin embargo, todavía su uso todavía resulta muy limitado, sobre todo porque en muchas ocasiones no resultan accesibles…”
Deporte y discapacidad en busca del gadget perfecto
Silva también ve en el deporte de élite un filón para crear precedentes: “si nos referimos al deporte profesional o de élite, es indudable que la tecnología ha permitido nuevas oportunidades para los deportistas con discapacidad: materiales más resistentes, ligeros y manejables… sillas con sensores, prótesis biónicas… aunque todavía queda un largo camino por recorrer.”
Y es que los diferentes grados de incapacidad en los que pueda encontrarse una persona no condicionan su interés por el bienestar físico. Alguien en situación de discapacidad puede tener incluso más motivación que una persona cuyas circunstancias para el deporte estándar sean favorables pero que, por elección, mantenga un estilo de vida sedentario.
Esto se nota en el auge de los gadgets deportivos, como smartwatches o pulseras de actividad: “la única razón para que las personas con discapacidad no utilicen algunas de estas aplicaciones tecnológicas será la falta de accesibilidad, y no podemos olvidar que muchas de ellas no están concebidas o pensadas para ellas. El mayor o menor uso de unas u otras dependerá principalmente de que puedan responder de manera fácil a las necesidades de las personas con discapacidad”, explica Silva.
En cuanto al que sería el gadget deportivo perfecto para personas en situación de discapacidad, Teresa Silva insiste en que “cualquier aplicación de actividad deportiva sería válida si tiene en cuenta que debe ser accesible para todas las discapacidades. Una aplicación que variaría en cada deporte, porque no es la misma actividad física la que se emplea en el atletismo o el baloncesto en silla que en otros como el goalball o la boccia.”
Próximo Reto: Madrid También Solidario
El domingo 28 de octubre se celebrará la 7ma carrera Madrid También Solidario, abierta para que los corredores populares puedan disfrutar de la actividad deportiva y solidarizarse con la discapacidad.
Son tres modalidades: de 10K, de 5K y de 1K de inclusión. En las tres el objetivo será convertirse en una carrera donde no importen las diferencias y donde el deporte sirva para promover la inclusión social de personas con discapacidad en una ciudad accesible.
Además, lo recaudado en esta cita deportiva estará destinado a los programas deportivos de la Fundación También y a fomentar la movilidad sostenible en Madrid, así como potenciar la popularidad y solidaridad de la ciudad y promover el compromiso social por la igualdad a través de los valores del deporte.
En la 7ma carrera Madrid También Solidario se darán cita corredores populares, atletas paralímpicos y padrinos relevantes en el mundo de la cultura y el deporte.