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Los teléfonos comienzan a soltar lastre queriendo ser cada vez más sencillos en diseño, con la intención de convertirse en un dispositivo “todo pantalla”. Lo hemos visto con los botones que desaparecen, los sensores de huella que se ocultan, también con la ranura para tarjetas SD, cada vez menos presentes.
Hay muchos tipos de usuarios, algunos se pueden pegar la vida entera del teléfono sin rellenar su memoria, mientras otros se pasan el día borrando imágenes y vídeos para ver cómo conseguir espacio libre para instalar una aplicación o descargar un nuevo capítulo de su serie favorita.
Es una realidad que los teléfonos son nuestra principal cámara, el lugar donde más aplicaciones instalamos y también un medio ideal para ver contenido multimedia sin conexión.
La calidad de todo este tipo de archivos no ha parado de subir y en consonancia el espacio que ocupan.
¿Estamos satisfechos con el espacio que nos ofrece nuestro teléfono?¿Es algo que tenemos muy en cuenta a la hora de comprar un nuevo teléfono? Sin duda, es una de las especificaciones principales que afortunadamente ha ido creciendo en los últimos años.
De la misma forma que crece la memoria interna de nuestro teléfono se está perdiendo la principal alternativa para contar con memoria extra, que no son otras que las tarjetas SD. Tan fácil como introducirlas en una ranura del teléfono y contar con más espacio a un precio relativamente asequible.
No son muchas las compañías que siguen apostando por ello, ya que implica contar con más elementos en el teléfono, algo que ligeramente complica el diseño, la resistencia y el precio final. Samsung era el principal baluarte de los teléfonos Android con tarjetas SD, pero en sus últimos desarrollos está dejándolo a un lado.
La memoria externa en forma de tarjeta SD tiene una implicación negativa en el rendimiento de un teléfono. Es algo especialmente importante en la gama alta de productos donde todo tiene que funcionar a mucha velocidad.
Lo que queremos que sepáis es que la memoria interna de un teléfono de última generación es mucho más rápida que una tarjeta SD, por lo que tener una aplicación exigente - como puede ser un juego - en una u otra puede cambiar significativamente la experiencia de uso.
Todo esto de la velocidad se torna crítico cuando el 5G entra en escena, ya que la cantidad de datos que llegan al teléfono es abrumadora y es necesario que el almacenamiento esté a la altura. Esto quiere decir también que la nube se convierte en una solución ideal para el almacenamiento extra.
Otro aspecto que no termina de gustar de la memoria externa es su durabilidad, ya que es un elemento que puede entrar y salir del teléfono, con la posibilidad de romperse o perderse. Para muchos resulta más seguro tener la información alojada en la nube que en la tarjeta.
Hace unos años era complicado encontrar teléfonos con bastante memoria interna a un precio reducido. No es que ahora no nos cobren a precio de oro cada giga, pero estamos mucho mejor servidos, desde la gama baja de terminales.
En el pasado las tarjetas de memoria ayudaban bastante en esto, consiguiendo que un teléfono pudiera multiplicar con facilidad el espacio para nuestras fotos y aplicaciones.
Hoy en día es muy común encontrar teléfonos con 64GB, de hecho los 128GB se están convirtiendo en el estándar.
Entre las opciones más caras podemos encontrar 512GB de memoria. Depende mucho del tipo de usuario que seamos, pero moviéndonos entre los 64 y 512GB, se hace menos necesario ampliar con tarjetas.
En un momento en el que parecía que las tarjetas microSD iban a desaparecer de nuestros teléfonos, o en última instancia serían las única posibilidad, Huawei tuvo la idea de sacar su propia tarjeta de expansión.
Son conocidas como NM Card, abreviatura de Nano-Memory Card, y fueron presentadas con el Huawei Mate 20. Su principal virtud es su reducido tamaño, un 45% menos que una microSD, que es el mismo espacio que ocupa una nanoSIM.
Se diseñó así para acabar con más bandejas de memoria en un teléfono, ya que en una misma podrían ir la memoria NM Card y la SIM. En cuanto a características técnicas, nada especial con respecto a las microSD.
¿Por qué volvernos locos con el espacio que tenemos en el teléfono cuando lo que domina es la nube? Los principales servicios de Internet utilizan los servidores para alojar la información, dejando la responsabilidad de la experiencia a que tengas una buena conexión.
Casi todo lo que pienses puede estar en la nube, desde las fotos a la música pasando por los correos. Además lo tenemos accesible desde todos nuestros dispositivos, así que aprovechémoslo: no vas a encontrar más que ventajas.
Si tienes interés en dar el paso a la nube te animamos a que conozcas los principales servicios con nuestra comparativa de Google One con Microsoft OneDrive, Apple iCloud, Amazon Drive, o Dropbox.
Posiblemente no necesites ampliar la memoria de tu teléfono de ninguna manera, solo hay que tener un poco de orden con lo que hay ahí dentro. Debemos recordar que el teléfono móvil es nuestro principal dispositivo, con el que grabamos vídeos y fotos, en el usamos muchas más aplicaciones que en el ordenador.
En el uso vamos generando mucha información que no siempre es importante y aplicaciones que dejamos de usar, pero el sistema no es capaz de ayudarnos, por lo que no está mal contar con una serie de hábitos para ordenar y liberar algo de espacio:
