La exploración del espacio requiere de nuevas máquinas capaces de soportar las inclemencias desconocidas de otros planetas. Y la NASA quiere que sus robots sean los primeros ‘Transformers’ para adaptarse a todo tipo de terreno inhóspito fuera de las confines terrestres.
Así que la agencia espacial norteamericana ya está desarrollando su propia máquina capaz de transformarse para rodar, nadar, volar o flotar en cualquier medio. Su nombre es ‘Shapeshifter’. Y ya está aquí para explorar las lunas de Saturno.
Un nuevo concepto de robot
En un polvoriento patio de robótica, situada en Pasadena (California), el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA está probando un innovador explorador que responde al nombre de ‘Shapeshifter’ (Cambiaformas).
De momento, este incipiente 'Transformer' es un prototipo impreso en 3D, pero la agencia espacial norteamericana quiere convertirlo en una máquina capaz de sobrevivir a los ambientes traicioneros e inhóspitos de otras lunas u otros planetas.
El nuevo robot de la NASA puede transformar su forma y convertirse en un vehículo capaz de nadar, rodar, volar y flotar mediante la combinación de los diferentes mini robots que lo componen.
- ¿Os acordáis del Megazord de los ‘Power Rangers'? Pues vendría a ser algo parecido, pero quitando las maquetas y trayéndolo al mundo real.
La agencia espacial norteamericana describe el ‘Shapeshifter’ como “un dron encerrado en una rueda alargada de hámster” que se divide en dos mitades. Una vez separadas, cada una de ellas “se eleva sobre pequeñas hélices, convirtiéndose en drones voladores para exploración aérea”.
Esto es simplemente el inicio del trabajo. El equipo imagina una de serie de hasta doce robots que podrían transformarse en una sonda de natación o un equipo de exploradores de cuevas.
El jefe del proyecto, Jason Hofgartner, explica que “la gran versatilidad del ‘Shapeshifter’ permitirá acceder a todos los espacios científicamente relevantes, los cuales a menudo son los de más difícil acceso”.
¿Cómo está hecho el ‘Transformer’ de la NASA?
El robot ‘cambiaformas’ está formado por dos mitades que pueden acoplarse o desacoplarse según las necesidades y circunstancias. Actualmente el ‘Transformer’ de la NASA es semiautónomo, es decir, necesita que un humano le dé indicaciones de lo que debe hacer.
Sin embargo, el objetivo de los científicos es lograr que su inteligencia artificial le permita operar sin recomendaciones humanas.
El equipo de desarrollo ya está trabajando en una versión más avanzada del ‘Shapeshifter’, con más piezas y más prestaciones. La idea es que esté formado por un grupo de robots más pequeños denominados “cobots”.
Se tratan de drones con cuatro rotores capaces de moverse, acoplarse y desacoplarse de manera autónoma y cooperativa.
Los “cobots” podrían moverse independientemente para volar a lo largo de acantilados, unirse en cadena para hacer espeleología, así como transformarse en una esfera para rodar sobre superficies planas y conservar energía.
El investigador principal del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, Ali Agha, imagina que el 'transformer' definitivo incluirá un módulo de aterrizaje, como la sonda Huygens de la Agencia Espacial Europea, que hará de “nave nodriza”. Esta sonda serviría como fuente de energía para los cobots y transportaría los instrumentos científicos para realizar análisis de muestras.
A diferencia de otros módulos de aterrizaje, el del ‘Shapeshifter’ será portátil para que pueda volar con facilidad en la atmósfera de Titán. Agha calcula que 10 cobots podrían levantar fácilmente un módulo de aterrizaje del tamaño de Huygens y transportarlo suavemente a diferentes lugares.
Objetivo: Saturno
La agencia espacial norteamericana lanzó hace unos veinte años la sonda Cassini con la misión de explorar Saturno. Después de aportar imágenes hasta entonces nunca vistas de los anillos de Saturno, descubrir nuevas lunas como Titán y sobrevolar sus lagos de metano, Cassini se desintegró en la atmósfera de Saturno en 2017.
La misión de Cassini fue un éxito. Gracias a ella descubrimos que el paisaje de Titán tiene un parecido asombroso con la Tierra: lagos, ríos o acantilados forman la superficie de la mayor luna de Saturno. Eso sí, sus ríos son de metano y las rocas de hielo.
Saturno, junto con Marte, es quizá el planeta que más ha alimentado la imaginación de los autores de ciencia ficción. Y desde que la NASA pusiese en marcha a principios de 1980 su primer proyecto para explorar el planeta de los anillos, la agencia no ha cesado en explorarlo.
Una de la misiones programadas -para el 2026- es la ‘Dragon Fly’: lanzar un helicóptero no tripulado para que llegue a la atmósfera de Titán en el 2034. Pero cuando todavía no se ha puesto en marcha esta operación, los investigadores de Pasadena tienen la mente ocupada en el transformer ‘Shapeshifter’.
El investigador principal del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la agencia aeroespacial, Ali Agha, asegura que el ‘Cambiaformas’ es la mejor máquina para investigar el terreno del satélite saturniano.
“Pensamos en cómo crear un sistema que sea versátil y capaz de atravesar diferentes tipos de terreno, pero también lo suficientemente compacto como para lanzarlo en un cohete”, explica Agha.
El investigador reconoce que “tenemos información muy limitada sobre la composición de la superficie: terreno rocoso, lagos de metano, criovolcanes. Posiblemente tengamos todo esto, pero no lo sabemos con certeza”.
Hasta ahora los ‘Transformers’ eran sólo una serie de dibujos de los 80 o una saga de cine que podías ver en Netflix. Pero ahora los científicos de la NASA se han propuesto convertir en realidad la ciencia ficción.
Es cierto que estamos ante un prototipo muy incipiente, pero los desarrolladores de la agencia espacial norteamericana no cesaran en su empeño de crear robots ‘transformers’ para explorar el espacio.
La misión de la nueva generación de robots es traernos luz de los lugares más recónditos de la galaxia.
Y es que como dice uno de los científicos líder del ‘Shapeshifter’: “algunos de los lugares más difíciles para llegar son los más interesantes desde el punto de vista científico porque quizás son los más jóvenes o se encuentran en un área que no se caracterizó bien desde la órbita”.