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La IA ha llegado con muchísima fuerza a nuestras vidas. En cuestión de un año ha cambiado por completo nuestras tareas más cotidianas. Hace poco se ha lanzado la Ley de Inteligencia Artificial lo que lleva a la lógica pregunta: ¿cómo me va a afectar? Te contamos todo sobre esta normativa.
Está muy bien que tengamos la inteligencia artificial de nuestra parte. Si no tienes tiempo para resumir un texto para un trabajo, ChatGPT se encarga de todo. Es una realidad que este tipo de herramientas hacen la vida un poco más fácil.
Pero, por supuesto, la IA también tiene sus puntos negativos y problemas. Una herramienta que es capaz de crear casi cualquier cosa que pides o darte información puede tener su lado oscuro. Y la Ley de Inteligencia Artificial nace como respuesta a esta preocupación.
También conocida como AI Act, esta normativa entró en vigor el pasado 1 de agosto y se encargará de regular el uso de la inteligencia artificial dentro de los países miembros de la Unión Europea.
Esta es la primera ley en todo el mundo que gestiona el uso que se le da a la inteligencia artificial y se quiere centrar especialmente en los desarrolladores y sus usuarios, y hace hincapié en las empresas.
El uso de esta herramienta es diferente según quién la utilice. Cualquier usuario particular puede hacer resúmenes de textos o crear imágenes, pero en las empresas tiene un impacto muy distinto.
Por eso se busca una inteligencia artificial que respete los derechos fundamentales y que cumpla ciertas normas éticas. La ley lo va a conseguir haciendo una distinción entre diferentes grados de riesgo de los sistemas.
Se ha decidido que una clasificación en cuatro niveles de peligro es lo adecuado. Cada uno de ellos tiene sus propias restricciones en función de los daños que pueden provocar.
En primer lugar, se encuentran los sistemas con riesgo inaceptable. Son los que tienen identificación biométrica, manipulación emocional, hacen puntuación social… No tienen limitaciones, directamente están prohibidos. Tanto su uso como su desarrollo.
Un escalón por debajo están los sistemas de alto riesgo. Aquí se incluyen los sistemas de IA que pueden ser perjudiciales para el individuo y vulnerar los derechos de las personas.
Todos los sistemas que estén dentro de esta última categoría deberán registrarse en una base de datos antes de ser lanzados al público y serán supervisados en casi todo momento.
La siguiente en la lista es la inteligencia artificial de riesgo limitado. Son los sistemas en los que se nos puede colar información falsa, bulos o cualquier otro tipo de engaño. Están limitados de modo que aseguren la transparencia de la información.
En último lugar, nos encontramos con los sistemas de riesgo mínimo. No se han puesto muy específicos; en esta categoría entran todas las inteligencias artificiales que no estén en los riesgos anteriores. No hay ninguna limitación.
A decir verdad, la normativa no tiene impacto directo en los usuarios de los sistemas de IA. Sirve como un escudo para que no aparezcan aplicaciones que usen la Inteligencia Artificial para hacernos daño.
Se ha centrado mucho en que no sea capaz de suplantar nuestra identidad y que gestione los datos privados que consiga. Todas las prácticas que puedan ser perjudiciales para los usuarios se han frenado.
En resumen, la nueva Ley de Inteligencia Artificial protege de prácticas perjudiciales y fomenta un uso responsable de la misma. Además, en los ámbitos domésticos no habrá ninguna diferencia con respecto a cómo la usábamos hasta antes de que esta normativa entrase en vigor. 🤖
