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“Estoy muy contento de poder explicar lo que es vivir la sordera y el silencio absoluto”, dice Marcos Lechet al canal de YouTube de Yoigo, Pienso, Luego Actúo.
Marcos se quedó sordo con a los 5 años de edad y a los 23 años pudo volver a oír gracias a un implante coclear, un dispositivo poco accesible por coste y mantenimiento. “Si la vida ha querido que yo sea sordo, yo soy sordo pero tratando de ser feliz, porque la vida y la felicidad no se miden en decibelios”, defiende Marco.
Pero no todas las historias acaban con finales tan felices. Hay cientos de personas con discapacidades auditivas o en el habla que no recuperan la capacidad de comunicarse con los canales tradicionales: la comunicación oral.
La comunicación es la base fundamental de la sociedad. Todo ser vivo es capaz de comunicar: los seres humanos utilizamos el lenguaje y otros códigos aceptados socialmente. Mientras que los animales hablan mediante su instinto.
Los humanos tenemos dos sistemas gramaticales independientes: el oral y el gestual. Es decir, todo de nosotros comunica: nuestro perfume, un simple gesto con los ojos, la forma en la que nos sentamos… Y, por supuesto, lo que decimos.
La finalidad de la comunicación reside en transmitir un mensaje y que el receptor lo reciba y descifre con éxito.
Pero, ¿qué sucede cuando uno los interlocutores no tienen los mismos códigos gramaticales? Por ejemplo, cuando dos personas no hablan el mismo idioma o tienen discapacidad auditiva y/o dificultad en el habla. En este caso, el código oral se suprime y los reyes de la comunicación pasan a ser los gestos.
La lengua de signos nació de esta necesidad de comunicación y, a día de hoy, solo en España, se estima que 100.000 personas utilizan este código. “Son lenguas naturales de carácter visual, espacial, gestual y manual en cuya conformación intervienen factores históricos, culturales, lingüísticos y sociales”, recoge la Ley 27/2007, artículo 4, en la que se reconoce legal y oficialmente la lengua de signos española (LSE, en su acrónimo).
No hay una única lengua de signos que recoja todas las variables que pueden darse en una misma lengua, dependiendo del lugar y el momento en el que se utilice. Actualmente, en España, están reconocidas dos lenguas de signos: la lengua de signos catalana (LSC, en su acrónimo) y la lengua de signos española (LSE). Pero también hay otras variantes en Asturias, Aragón, Murcia, áreas de Andalucía, Canarias, Galicia, País Vasco o Burgos.
A nivel mundial, según la OMS, un 5,3% de la población mundial tienen pérdida auditiva. Es decir, aproximadamente 466 millones de personas en todo el mundo. Alemania, Francia y España son los países de la Unión Europea donde más personas sordas son usuarias de la Lengua de Signos.
Además, según las Naciones Unidas, unos 72 millones de personas en todo el mundo utilizan alguna de las más de 300 lenguas de signos que existen.
Otro dato que arroja la Organización Mundial de la Salud es que, según sus datos, 1.100 millones de jóvenes entre 12 y 35 años de todo el mundo están en riesgo de tener pérdida auditiva.
A pesar de que no exista una lengua de signos internacionalmente reconocida y común a todas las personas que la utilizan, la necesidad de comunicarnos reside en nuestra naturaleza. Por ello, y basándonos en la lengua de signos española, hemos desarrollado un mini diccionario de palabras y frases básicas para intentar comunicarnos en la lengua de signos.
Al abecedario se le denomina alfabeto manual o dactilológico, y consiste en representar las letras del alfabeto de las lenguas orales-escritas por medio de gestos con las manos, visuales y de espacio.
Con este dactilológico, puedes comunicar tu nombre mediante la representación de cada una de las letras.
Para dar los buenos días, tenemos que realizar estos dos movimientos. El primero, es llevar la mano derecha con los dedos cerrados desde nuestra boca cerrada hacia afuera y abrir los dedos. El segundo consiste en colocar la mano izquierda en posición horizontal delante de la derecha (esta en posición vertical), y subir la mano derecha como en la imagen.
La forma para dar las buenas tardes es similar a dar los buenos días. El primer movimiento es igual. El segundo tenemos que realizar un círculo con nuestro dedo índice y pulgar de la mano derecha y colocarlo en nuestro mentón, y dibujar círculos.
Para dar las buenas noches, también tenemos que realizar dos movimientos. El primero es igual que para dar los buenos días o las buenas tardes: lleva la mano derecha desde la boca cerrada hacia fuera y abre los dedos. El segundo movimiento consiste en, con las palmas hacia fuera, abre los brazos y los cierras en el centro, como en la imagen.
Para decir sí, utilizamos el dedo anular y el pulgar de la misma mano, y los cruzamos repetidamente en la palma. Parecido al gesto de chasquear los dedos pero sin hacer el sonido y repetidamente.
Para negar algo, utilizamos el dedo índice lateralmente, de dentro del cuerpo hacia afuera.
Para preguntar cómo está la otra persona, tenemos que llevar las dos manos con los dedos cerrados hacia la boca y, después, hacia afuera abriendo los dedos. El gesto es similar al primer movimiento que se utiliza para dar los buenos días.
Para expresar que estás encantado de conocer a la persona con la que hablas, tenemos que hacer círculos a la altura de nuestro pecho con la mano derecha.
Según la lengua de signos española, si queremos pedir por favor, tenemos que llevarnos la mano abierta al pecho, en posición lateral, y dibujar círculos con toda la mano, como en la imagen. También, podemos pedir por favor si nos llevamos la mano cerrada al pecho con el dedo índice y anular extendidos. Después, hacemos círculos con la mano.
El gesto comúnmente utilizado por todos para pedir la hora, señalarnos la muñeca con el dedo índice, como si señalásemos el reloj, también es el signo utilizado en la lengua de signos española.
Para dar las gracias por algo, tenemos que llevarnos las manos al mentón con los pulgares separados de la palma y llevarlas hacia afuera como en la imagen.
Hay muchas formas de amar y de demostrarlo. Para decir ‘te quiero’, podemos extender los dos pulgar, índice y meñique, mientras que el corazón y el anular están plegados hacia la palma de su mano. Otra forma de decir ‘te quiero’ es cruzar los brazos en el pecho con los puños cerrados.
Para despedirnos, podemos utilizar el gesto que utilizamos normalmente: decir adiós con la mano. Con la palma de la mano abierta y los dedos extendidos, movemos la mano lateralmente.
El signo de aplaudir puede que sea uno de los más conocidos. Levantar las dos manos a la altura de la cabeza y moverlas hacia dentro y fuera.
La comunicación es la base fundamental de la sociedad y la lengua de signos ayuda a facilitar la comunicación con personas con discapacidad auditiva. Aprender una lengua siempre es una ventaja.
