Las redes sociales juegan un papel fundamental en nuestra vida. Desde hace unos años, Internet nos ha traído una forma totalmente nueva de comunicarnos. Los cambios se han visto en todos o casi todos los niveles de nuestra vida: amigos, trabajo, ocio, compra… Y sí, también en las relaciones sentimentales. Y no nos referimos solo al tema de las apps de dating, sino a todos los aspectos del día a día de una pareja.
Desde Bloygo hemos hablado con Lara Ferreiro (@LaPsicologaAmor en Twitter), psicóloga especialista en terapias de pareja, para que nos cuente cómo hemos cambiado en cuanto a las relaciones desde que vivimos pegados a nuestro smartphone.
De lo tradicional a lo inmediato
Hasta hace unos años, la manera que teníamos de conocer a alguien era acudir a lugares públicos como un bar. Sin embargo, la aparición de las apps de dating ha hecho que cada vez sean menos los que salen de su casa y se lanzan a la aventura. ¿Por qué ha sido así? Según explica Lara, esto se debe a que Internet nos ofrece una forma de ligar mucho más rápida y cómoda, ya que podemos hacerlo incluso un domingo por la tarde sentados en el sofá con el pijama, mientras que de la forma tradicional ya tenemos arreglarnos y salir de casa para desplazarnos hasta el lugar de quedada.
También permite ampliar las opciones, puesto que podemos acceder a mucha más gente incluso a la vez, algo muy positivo en una era en la que siempre estamos demasiado ocupados. Otro detalle que destaca Lara Ferreiro es el hecho de que algunas personas, las más tímidas e introvertidas, han encontrado en esta forma de relacionarse un escudo en el que refugiarse para no tener que exponerse desde el primer momento y esperar a esperar a estar seguros.
Cuidado con las expectativas
Además de facilidades, ligar por las redes sociales conlleva algunos peligros. Lara ha podido observar que a menudo el problema suelen ser las expectativas que creamos de la persona que se encuentra al otro lado de la pantalla. “Juegas con lo que crees que es esa persona, siempre creyendo en positivo, y eso al final puede fomentar el proceso de idealización con la información que te falta de la persona, con lo cual es posible que vayas al primer encuentro y resulte no ser lo que esperabas”.
Y eso es solo si tenemos en cuenta la personalidad que la otra persona nos muestra. Porque también hay que recordar que todos elegimos cuidadosamente las fotos que publicamos en redes, porque todos queremos que sean nuestras mejores fotos, aquellas en las que todos los elementos juegan a nuestro favor. Así que luego puede que tu cita no sea exactamente como en la imagen que habías visto.
En las relaciones a distancia
Este es probablemente uno de los casos que más se beneficia del auge de las redes sociales. Antes, cuando una pareja tenía que separarse por el motivo que fuera, solo podían contar con las llamadas telefónicas y quizás los SMS. Ahora, con las redes sociales, una pareja que mantenga una relación a distancia puede estar en casi constante comunicación, e incluso hacer videollamadas y poder conseguir un contacto más cercano.
Eso ha favorecido mucho a que este tipo de parejas se mantengan fuertes a pesar de no verse en mucho tiempo y a que otras que van a tener que afrontar esta situación lo hagan con menos miedo.
Redes sociales dentro de la pareja
No cabe duda de que las relaciones han cambiado muchísimo con la llegada de las sociales. Continuamente vemos en bares y restaurantes a parejas que no son capaces mirarse a la cara porque tienen la mirada fija en su smartphone, y esto puede resentir nuestra relación y también beneficiarla. La clave está en el uso que hagamos de nuestros dispositivos dentro de la pareja. Lara Ferreiro nos ha contado cuáles son las principales ventajas y desventajas que las redes han introducido en nuestra vida sentimental.
Es evidente que en el lado positivo encontramos la inmediatez. Whatsapp, Instagram y otras redes nos permiten una comunicación casi al instante, especialmente interesante y útil para parejas que aún no viven juntas o que se encuentran separados por motivos externos. Pero es un arma de doble filo, ya que puede dar lugar a algunos serios problemas como inseguridades, conductas de control (de la que hablaremos a continuación), obsesión, ansiedad y, por supuesto, pérdida de la comunicación real.
Conductas de control
Uno de los principales problemas que esta psicóloga ha observado en sus pacientes a raíz del uso que hacemos de las redes es el desarrollo de conductas de control y comportamientos obsesivos. Ves que tu pareja está en línea y no te responde, y piensas: ¿por qué no me contesta? o ¿con quién está hablando? Es ahí cuando empiezan las conductas de comprobación, de saber en todo momento dónde está, con quién y qué hace.
Esto puede generar mucha inseguridad y desconfianza no solo en la persona sino dentro de la relación. Para evitarlo, hay que hacer un ejercicio de confianza, ser conscientes de que las redes no representan el mundo real. El cara a cara es lo que realmente puede demostrarnos en qué situación está nuestra relación. Debemos centrarnos menos en lo que vemos en las redes y más en que el tiempo que tenemos con nuestra pareja sea “de calidad”.
Síntomas
Tal y como nos ha explicado Lara, existen algunos comportamientos que nos pueden indicar que hacemos un mal uso o un abuso del teléfono en nuestra relación. Por ejemplo: “si vamos a un restaurante y estamos los dos con las redes en lugar de hablar entre nosotros, si llegamos a casa cuando llevamos todo el día sin vernos y en lugar de ver una peli juntos o cenar, cada uno está con sus redes, si tu pareja te dice que estás demasiado tiempo con las redes sociales”.
Todas ellas son señales de alarma que deberían llevarnos a replantearnos el papel de las redes en nuestro día a día. Es importante reflexionar, ver si lo primero que hacemos al llegar al restaurante es subir un video a Instagram, si estás más pendiente de lo que opinen los demás en tus redes, si nos angustiamos al quedarnos sin batería… “Cuanto más vives en el presente, menos te acuerdas de las redes”, afirma Lara.
¿Cómo podemos evitarlo?
“Tendríamos que estar perfectamente un día sin usar el móvil para ver que no tenemos un problema”, opina Lara Ferreiro. Por eso, y para terminar este breve análisis, nos ha dado algunos consejos para evitar que el móvil se convierta en un problema dentro de nuestra relación: Plantearnos la función del móvil, conectarnos y no sobreconectarnos, sin adicción”.
Para que no afecte a nuestras relaciones, sean del tipo que sea, saber que cuando estemos con esas personas tenemos que estar en el presente, en el mundo real, disfrutando de su compañía. Además, recomienda las aplicaciones de control de uso de las redes para observar nuestro comportamiento y poder reflexionar sobre si tenemos o no una obsesión.