Seguramente lo habrás oído en las noticias, o a través de algún amigo. El grafeno revolucionará la tecnología, cambiará el mundo tal y como lo conocemos, multiplicará los panes y los peces. Pero, ¿cuándo empezaremos a verlo en las calles? ¿Tiene alguna tara o es tan perfecto que le dedicaremos un monumento en cada ciudad? Vayamos por partes.
Grafeno, ¿qué es lo que es?
El grafeno es una sustancia hecha de carbono, similar al grafito que usamos, entre otras cosas, para las minas de los lápices. Pero todo el revuelo viene porque este material, cuyo descubrimiento le valió a sus autores el Nobel de Física en 2010, puede hacer mucho más que dejarnos hacer garabatos en una hoja de papel.
El grafeno es 5 veces más ligero que el aluminio pero 200 veces más resistente que el acero, más o menos como la tela de una araña, porque podrías poner un elefante balanceándose sobre una lámina de grafeno con la densidad de un átomo y no se rompería.
Además, es transparente y extremadamente flexible, pero más duro que un diamante y el brazo de Vin Diesel juntos. Ah, y también es superconductor. Vamos, como Vin Diesel.
¿Por qué no está todavía en el mercado?
Pese a sus magníficas propiedades y que miles de empresas están trabajando en prototipos, la verdad es que ya hace diez años que se descubrió el grafeno y todavía no estamos viéndolo en las calles.
Lo que pasa es que los usos prácticos del grafeno están todavía en desarrollo, con la “L” puesta, y no pueden sustituir de la noche a la mañana a materiales que llevan perfeccionándose durante años, como el litio o el silicio.
Conforme se va extrayendo a gran escala, también se va reduciendo el coste de producirlo, que hace tan solo unos años superaba los mil euracos. La industria y los científicos nos dicen que tengamos paciencia, que es la madre de la ciencia y, según parece, también del grafeno.
¿Para qué se usará el grafeno en los móviles?
Los usos que se le darán al grafeno son muchos y en áreas muy distintas como la medicina, la automoción o, la que más nos interesa, la telefonía móvil: pantallas flexibles, procesadores potentísimos y baterías infinitas son algunas de las seductoras promesas por los que todo techie debería jurarle amor eterno a este supermaterial.
En el Mobile World Congress de este año ya pudimos ver cómo un filtro de grafeno mejoraba las cámaras de nuestros móviles, incorporando visión nocturna e infrarroja para sentirnos como los mismísimos SWAT. ¿Y en qué nos beneficia a nosotros eso, que no perseguimos a sicarios ni maleantes? ¡Pues en que de noche también podremos hacer fotazas! Además, la visión infrarroja nos permitirá detectar fuentes de calor con el movimiento y comprobar si un alimento está en buen estado analizando su composición. Para fliparlo en colores.
Procesadores y baterías de grafeno: el sueño dorado
El grafeno también podría llegar a los procesadores para que nuestros móviles vayan como cohetes. De hecho, IBM lleva años trabajando en un chip de este material. Uno de los problemas que han retrasado el proceso es que el grafeno va enchufado todo el día, es decir, no puede parar de conducir electricidad, mientras que el silicio es más obediente. Se está investigando para encontrar la solución, que no parece lejana.
En cuanto a las baterías, Samsung ya está trabajando para sustituir las clásicas de ion de litio con este portento para lograr hasta 4.500 mAh, 500 más que el Galaxy Note 9 y poder cargarla al 100% en apenas tres canciones de Spotify. También aguantará temperaturas extremas de hasta 60º y muchos más ciclos de carga. Lo sabemos, a nosotros también nos entran ganas de llorar de felicidad.
¿Y la flexipantalla pa’ cuando?
Eso sí, hay que ser precavido con las baterías, porque la marca coreana ya lleva dejándonos desde 2014 con la miel en los labios debido a su pantalla flexible de grafeno. Esta vez dicen que sí, que la novedad llega, de verdad de la buena.
Por suerte, no habrá que esperar mucho para descubrir si se cumple lo prometido. A principios del 2019 se prevé que lancen el Samsung Galaxy X con una pantalla OLED flexible, que desplegada por completo será de 7,3 pulgadas. Al menos, ya sabemos qué deseo pedir para Nochevieja.
Lo que está claro es que el grafeno provocará uno de los cambios tecnológicos más potentes de las últimas décadas, sólo a la altura de productos rompedores como en su momento fueron el iPhone o la Thermomix. Eso sí, todavía habrá que esperar unos meses para empezar a disfrutar del grafeno porque, como diría Luis Fonsi, las innovaciones que marcan un antes y un después siempre llegan pasito a pasito, suave suavecito.