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Se acaba el frío, llega la primavera y finalmente el verano. Con el adiós de las lluvias y el viento la gente sale a la calle, y obviamente, utiliza sus teléfonos móviles. Ya no necesitas ni guantes ni paraguas para protegerlos mientras lees o revisas las redes sociales.
Y es entonces cuando crees que se han acabado todos los problemas. Pero ¿qué hay del sol? Cuantas veces habrás intentado sacar el teléfono en la piscina o la playa para leer algo y habrás fracasado estrepitosamente.
Hace años, cuando las consolas de Nintendo no tenían brillo propio en la pantalla, era normal hacer malabarismos y buscar ángulos imposibles para ver algo mientras jugabas. Pero estamos en la segunda década del siglo XXI y ahora hay alternativas.
Es verdad que ni la tecnología ni los modernos materiales que utilizan los fabricantes para desarrollar las pantallas de los terminales evita que la luz del sol te deslumbre al mirarlas.
No obstante, hay más de una alternativa que pocos usuarios conocen.
Sin saber nada, lo primero en lo que vas a pensar es en aumentar el brillo al máximo.
Los smartphones incorporan desde hace tiempo un ajuste automático que regula ese parámetro en función de la cantidad de luz que haya.
Sin embargo, ya te habrás dado cuenta de que esto no es la panacea.
Sí, algo mejora la visibilidad, pero seguirás poniendo cara de chino para leer bien. Sigue leyendo porque te vamos a dar alternativas más efectivas.
La respuesta es muy sencilla. Si el móvil desprende un brillo menor que el de la estrella, no conseguirá mostrar la información que tiene en pantalla.
No hace falta ser Einstein para saber que la tecnología actual es incapaz de hacer eso.
Y aunque pudiera, el daño a la duración de la batería sería tan elevado que las marcas no querrían implementarlo.
Al fin y al cabo, las situaciones en las que utilizas el smartphone bajo la luz directa del sol no son las más habituales.
Si te vas a comprar un modelo nuevo y no sabes cuál elegir con relación al brillo, para eso están los nits.
A diferencia de los lúmenes, estos no forman parte del Sistema Internacional de Unidades. ¿Por qué? Nadie lo sabe.
Lo cierto es que un nit es mucho más preciso a la hora de decirnos que capacidad de brillo tiene una pantalla.
Basta con mirar la diferencia de definiciones para ver el motivo de esta importante afirmación.
Según la DRAE, un lumen es “la unidad de flujo luminoso del sistema internacional, que equivale al flujo luminoso emitido por una fuente puntual uniforme situada en el vértice de un ángulo sólido de 1 estereorradián y cuya intensidad es 1 candela”.
Quédate solo con el final. El nit es el equivalente a una candela por metro cuadrado.
De ahí que sea más realista medir la luminosidad con este. Mejor acotar a unidad de superficie que a todo el material.
Tal y como afirman desde Xataka, “a más nits, más brillo”.
Para que te hagas una idea de lo que vas a poder ver bajo el sol, te dejamos las características de brillo (nits) de algunos de los terminales de referencia actuales:
Ten en cuenta que estos valores son máximos y que probablemente no puedas alcanzarlos haciendo un uso normal del terminal.
Los fabricantes se lo reservan para una activación automática en momentos de mucho reflejo.
No es infalible, pero te ayudará. Antes de hacerte con unos de los móviles de la tienda de Yoigo, mira en Internet la cantidad de nits que tiene. Así no te llevarás ningún susto a la larga.
Esta configuración está originalmente pensada para los usuarios daltónicos o con problemas de visión, pero también nos vale para mejorar la legibilidad, aunque tengamos una vista de lince.
Lo puedes hacer tanto en Android como en iOS.
En el SO de Google navega hasta “Accesibilidad” en los Ajustes, busca la opción “Visión” y ahí verás una casilla llamada “Colores negativos”.
Al marcarla observarás como se invierten los colores y mejora el contraste. Vamos, perfecto para vencer al sol.
En iPhone el camino es parecido, pero el resultado es mucho más personalizable. Entra en Ajustes, después en “Accesibilidad”, y en el primer apartado, el de “Visión”, selecciona “Pantalla y Tamaño de texto”.
Aquí te toparás con un montón de opciones distintas. Las que nos interesan son “Incrementar contraste”, para mejorar la distinción entre fondos y colores, “Inversión Inteligente” y “Inversión clásica”.
La primera todos los colores menos los de las imágenes, vídeos y algunas apps con modo noche, y la segunda aplica el ajuste sin distinción.
Al activarlo verás que los colores se invierten por completo. Y cuando decimos todos son todos: fondos y textos.
Si has probado lo anterior te habrás dado cuenta de que hay opciones para aumentar el tamaño de la fuente que utiliza el móvil.
Esto, que pensarías que solo vale para las personas mayores, también tiene una utilidad bajo la luz del sol.
En iOS, volvemos al mismo apartado de Accesibilidad, y ahí veremos una opción para poner todo el texto en negrita.
Un primer punto de apoyo. El segundo es que el que aparece debajo: “Texto más grande”.
Entra y regula el tamaño de la fuente moviendo una regleta que hay en la parte inferior de la pantalla.
Cuanto más grande sea el texto más fácil te resultará leerlo (especialmente en noticias o artículos web).
Aquí, eso sí, el instrumento rey es el “Zoom”. Puede parecerte algo agresivo, no obstante, resulta práctico en momentos puntuales.
Imagínate un texto muy pequeño o una web cero responsive. Desde “Accesibilidad” entras en la herramienta, y eliges cómo aplicarlo.
Tienes varias opciones: toda la pantalla, solo una región, o mediante gestos (doble toque, mantener, arrastrar etc).
Te advertimos de que la lupa es muy potente, por lo que úsala solo cuando la necesites de verdad.
¿Y qué pasa en Android? Pues más de lo mismo. Entra en “Accesibilidad” desde los Ajustes, y busca las opciones de pantalla (el nombre variará dependiendo de la marca y el modelo). Guíate con la palabra visibilidad o similar.
Entra en “Ampliar” y elige la configuración que te parezca más cómoda: con tres toques sobre la pantalla o con un botón.
Por nuestra experiencia podemos decirte que resulta más interesante la primera. ¡Y listo!
Se los conoce también como antibrillos o matificantes. Da igual el apellido que veas en Amazon, todos sirven para lo mismo.
Estos protectores equipan unos materiales que filtran el brillo de la pantalla del móvil, haciéndola algo más mate.
Como dará menos reflejo, tendrás más facilidades para leer aunque te esté dando de lleno el sol.
¿Has visto que bien se lee un eReader en la playa o la piscina? El resultado que obtendrás con uno de estos accesorios es similar tanto en legibilidad como en textura (más rugosa).
Se pueden encontrar desde los 8 o 9 euros, hasta los más de 30 en el caso de productos premium con otras características adicionales.
Y hablando de eso, a lo mejor te resulta algo difícil encontrar protectores antirreflejo, con ese nombre como tal.
Muchas veces los fabricantes incluyen la propiedad en la ficha técnica del producto, pero no en el nombre (que es básicamente lo que vas a ver a la hora de comprar uno).
Por eso es mejor que mires un buen protector, y cuando ya lo tengas revises las características.
¿No te quieres gastar ni un duro? Pues entonces lo único que te queda es, o bien ponerte a la sombra (el calor es igualmente perjudicial para el dispositivo), o ponerte unas gafas de sol. Si has aguantado hasta ahora sin ninguna ayuda, podrás seguir haciéndolo así.
