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Los dispositivos electrónicos y el agua no son precisamente los mejores amigos, más bien podríamos decir que es veneno mortal para nuestros queridos gadgets. Afortunadamente la tecnología y el diseño adaptado de los componentes están consiguiendo crear productos que se acercan al líquido elemento sin sufrir demasiado daño.
Hasta hace muy poco se contaban con los dedos de la mano aquellos teléfonos que resisten el contacto con el agua, y por lo tanto se los etiquetaba como un producto premium, con una especificación relacionada con la resistencia que había que valorar y por lo tanto pagar. Hoy en día es posible encontrar productos relativamente asequibles que cuentan con certificaciones que nos garantizan su dureza ante diferentes circunstancias, entre ellas el agua.
Vivimos un momento del año en el que pasamos muchas horas cerca de piscinas y playas, el fácil estar preocupados por los riesgos que corren nuestros teléfonos, así que es bueno conocer aquellos que cuestan con la preciada prestación de la resistencia, y en qué consiste realmente. Aprovechando la temática vamos a hacer un repaso de los teléfonos más interesantes en el mercado.
Los teléfonos comenzaron a presentar resistencia como un elemento especial antes de convertirse en smartphones, podemos decir que a partir de 2005, durante un lustro, vimos montones de teléfonos firmados por Nokia, Sony Ericsson, Samsung o Motorola.
Pero en aquella época se llevaba la voz cantante era en Japón, con tecnologías bastante adelantadas al resto del planeta. Podríamos darle el título de primer teléfono importante al llamativo Casio GZ’One (2005), que además contaba con botones dedicados para la reproducción de audio y cámara de 1,3 megapíxeles. Cómo ha cambiado la película.
Si tenemos que decir el primero, al margen de que fuera más o menos conocido, entonces hay que mirar entre los lanzamientos de 1999, en aquel momento apareció un Benefon Esc!. Se trataba de un teléfono resistente a golpes y agua, pero se hizo más famoso por la introducción de un GPS en su interior.
Hablando de smartphones o teléfonos inteligentes, entonces nos tenemos que marchar a 2010 para conocer al primer Android, se trataba del Motorola Defy. Pero posiblemente el caso más sonado o el que popularizó la resistencia con certificación IP es el Xperia Z, que introdujo Sony en el mercado en 2013.
Al próximo año Samsung se encargaría de darle credibilidad a los certificados IP con el lanzamiento del Galaxy S5, su buque insignia Android, la referencia para el resto de fabricantes. Apple por su parte no se puso seria con esto hasta 2016, con el iPhone 7.
El camino hacia los teléfonos sin botones, altavoces, puertos o conectores hace mucho más fácil convertirlos en resistentes al agua. En esas zonas radica el principal problema de diseño, al tener que sellar cada uno de ellos con gomas y tapas. Obviamente esto incrementa la complejidad y el coste de fabricación.
Lo que debemos saber es que no todo el agua es igual. Por muy resistente que sea nuestro teléfono, no es lo mismo exponerlo al cloro, que a la agua dulce, o la salada del mar. En este último caso nos encontramos ante un agente corrosivo y de gran conductividad, por lo que es aconsejable limpiar conectores.
En el caso del cloro, parecido, ya que es un agente oxidante, y debemos aclarar con agua dulce después. Tenemos que entender que las certificaciones IP nos dan tranquilidad ante accidentes, pero no es bueno exponer demasiado nuestro teléfono al agua, si queremos eso, mejor jugar con carcasas o fundas preparadas para ello.
Para medir la resistencia de esas fundas se usa el mismo sistema que en los teléfonos, la citada certificación IP, que vamos a conocer con más detalle a continuación:
Un teléfono resistente cumple con la clasificación IPXX , ¿sabes qué significan realmente las letras y números de la protección? La XX representa siempre un número de dos cifras:
Cuanto más altos sean los números, mayor grado de protección tendremos en nuestro dispositivo. Veamos todo esto con un ejemplo conocido, un dispositivo con protección IP67 como el Huawei P20 Pro:
El catálogo de teléfonos importantes es impresionante, son muy pocos los modelos que se dejan esta especificación fuera, es más, diría que se pueden contar con los dedos de la mano. Eso sí, dentro de la gran oferta que tenemos, existen modelos que destacan sobre los demás:
Samsung Galaxy S10+
El teléfono de Samsung cuenta con certificación IP68, pero además es un portento en todo lo demás, destacando su inigualable pantalla OLED, su versátil configuración de triple cámara, la gran autonomía o su magnífico diseño. Entre los puntos negros, pues que tiene un precio alto y puede resultar grandes para algunas manos.
iPhone XS
El mejor iPhone que te puedes comprar ahora mismo también ha mejorado en resistencia (IP68) con respecto al modelo X (IP67). Ahora está a la par con los teléfonos de Samsung, presentando además pantallas OLED, doble cámara y mejor autenticación vía Face ID.
Sony Xperia 1
Este Xperia es un android muy especial por su pantalla ultrapanorámica con resolución 4K, con tecnología OLED y soporte HDR. Aquí la certificación también es IP68. Su punto más flojo es la autonomía.
Huawei P30 Pro
Es una de las diferencias entre el modelo Pro y el normal, la resistencia al agua, con certificación IP68. Posiblemente cuenta con la configuración de cámaras más avanzada, con cuatro unidades. También destaca por su pantalla panel de 6,47 pulgadas con tecnología OLED.
Samsung Galaxy S10e
Si quieres muchas de las novedades del Galaxy S10 pero en un formato más compacto, puedes apostar por el Samsung Galaxy S10e. Excelente calidad de construcción y resistencia IP68, eso sí, la batería dura menos y no tenemos cámara tele.
iPhone 8
Si tu presupuesto no es tal alto pero quieres un teléfono de Apple resistente, apuesta por el iPhone 8. Cuenta con certificación IP67. A pesar de contar con el diseño antiguo, destaca por su poderoso procesador A11 Bionic.
