Cada vez van saliendo más videojuegos de realidad virtual y mejores tecnologías para lograr una experiencia lo más inmersiva posible. Por desgracia, todavía queda lejos el día en el que puedas estar físicamente en la oficina, pero virtualmente de vacaciones en Punta Cana.
Aunque si tenes ganas de probar en qué punto estamos, en España contamos con varios centros que ya te ofrecen esa posibilidad. Estas son nuestras recomendaciones.
Este centro situado en Madrid ha logrado llevarse los mejores elogios de medios especializados como Xataka o Gizmodo, y no es para menos.
Prometen libertad total de movimientos en su recinto de más de 200 m2 y una inmersión completa. Hasta 64 cámaras recogen los movimientos de los jugadores para insertarlos en el juego a través de unas gafas OSVR HDK2 y una mochila de VR para poder jugar sin cables. Si a esto le añades una arma simulada en 3D y totalmente mapeada, la experiencia de unos 30 minutos es para alucinar pepinillos virtuales.
El centro cuenta con hasta cuatro juegos distintos, uno futurista y dos de ellos de zombis, ¿y es que a quién no le gusta matar zombis? Incluso puedes imaginarte que alguno es tu jefe. No se nos ocurre proponerte mejor plan para soltar el estrés semanal con tus amigos.
Cientos de experiencias: VR Zone BCN
Si cuatro juegos te parecen pocos y lo que te apetece es variedad, tu centro es VR Zone BCN. Llevan desde la Barcelona Game Week del 2016 abiertos, pero aunque hubieras estado yendo todo este tiempo seguramente no hubieras podido acabarte toda su librería de juegos: más de 200 que te permiten, desde ir a las profundidades del mar sin curso de buceo a matar zombis sin necesidad de apocalipsis.
No esperes el nivel de elaboración e inmersión de un centro dedicado a pocos juegos como Zero Latency, aunque la verdad es que se acerca bastante. Sus experiencias, logradas a través de las famosas gafas HTC Vive, rondan el cuarto de hora y tienen desde un simulador de conducción hasta una montaña rusa virtual, una muy buena opción para explorar la cantidad de posibilidades de juego que puede permitir la VR. Además, cuenta con una cafetería por si a tu pareja o amigos no les mola esto de hacer el friqui.
Prueba una cinta omnidireccional: Vreamers
Realidad virtual en Majadahonda. No es el título de un corto de serie B, sino la experiencia que ofrece Vreamers.
Este centro cuenta con dos espacios de juego, uno de las cuales nos interesa especialmente, ya que en él podremos probar durante 15 minutos la combinación de unas HTC Vive con una cinta omnidireccional Virtualizer.
Esta tecnología, que ya explicamos en el artículo sobre Ready Player One, nos permite caminar y correr en la dirección que queramos, aunque en realidad no nos estemos moviendo. Esto es brutal porque podrías estar físicamente en un ascensor, pero creer que estás en una nave espacial y que el conserje es C3PO sin haber salido de fiesta.
Este centro de ocio especializado en room escapes de Barcelona también se ha pasado a la realidad virtual haciendo lo que mejor saben.
Cuentan con tres room escapes virtuales de 60 minutos. Uno sobre Alicia en el país de las maravillas, otro en el que hay que resolver un secuestro y otro en el que te metes en el cuerpo de otra persona.
Un espacio ideal para disfrutar del ingenio de un juego de escapismo con una experiencia inmersiva, que no todo en la realidad virtual va a ser acción y shooters.
Lo que está por venir: The Void
Si aún no te has acostumbrado a disfrutar de la realidad virtual, prepárate porque la hiperrealidad virtual está a la vuelta de la esquina. Esto es lo que ofrece The Void, una empresa de experiencias virtuales que hasta la fecha solo está en Estados Unidos e Inglaterra. Hemos podido probarla y os aseguramos que vale mucho la pena.
Como en Zero Latency, la tecnología de esta experiencia cuenta con unas gafas, una mochila de RV y un arma mapeada. Además, también llevas una especie de malla digital que te transmite pequeñas descargas eléctricas si recibes un disparo y sensaciones térmicas si por ejemplo pasas por un escenario repleto de lava. Además, la narrativa, no podía ser más golosa: ponerse en la piel de un stormtrooper para infiltrarse en una nave del Imperio en una historia 100% Star Wars.
Lo que está claro es que, entre el avance de tecnologías cada vez más sencillas y asequibles y la experiencia adquirida con el tiempo, cada vez nos acercaremos más a una inmersión total. Quien sabe si hasta el punto de que no lleguemos a poder distinguir entre realidad y ficción.