¿El Coronavirus Covid-19 ha sido causado por el 5G?
13 Abril 2020 - Actualizado 16 Abril 2020
El origen de la pandemia mundial por el coronavirus Covid-19 despierta curiosidad en todo el mundo: desde la posibilidad de haber sido causado por el consumo de animales exóticos, hasta la idea de que se trata de un virus de laboratorio y, más recientemente, el rumor de que es una consecuencia de la conectividad 5G, en realidad no existe una confirmación oficial que nos asegure conocer de dónde ha venido la enfermedad.
Covid-19, 5G y el Nuevo Orden Mundial
Según la CNN, las afirmaciones sobre la relación entre el 5G y el coronavirus comenzaron en el seno de los seguidores de la Nueva Era y similares, bajo la idea de que todo era un plan de las élites más poderosas del mundo. Estas creencias han originado que ciudadanos espontáneos, motivados por algunos líderes de opinión, decidan atacar las torres de telecomunicaciones perjudicando las comunicaciones en un momento en que el teletrabajo es un sostén clave de la economía mundial y la conectividad nos está ayudando enormemente a mantener un poco de normalidad en nuestro día a día.
CNN afirma de manera categórica que "no hay evidencia que respalde la teoría de que las redes 5G causan covid-19 o contribuyan a su propagación. Pero aún así, el rumor se niega a morir", algo que debería ser razón suficiente para que reforcemos nuestros mecanismos para detectar bulos y priorizar la información contrastada y de calidad que realmente nos ayude a vencer al virus.
Coronavirus: ¿Un exosoma causado por las ondas electromagnéticas 5G?
Un exosoma, dicho rápido y mal, es información biológica expulsada desde el interior de una célula y que contiene una carga molecular suficiente para mantenerse "por ahí" y potencialmente propagarse. Lejos del rigor científico sobre este tipo de elementos, en Internet ha empezado a circular una teoría según la cual el coronavirus es un exosoma, en lugar de un virus. Nuevamente, una explicación fácil a la par que torpe para comprender esta diferencia: en lugar de haber comenzado como un agente externo (patógeno) que entra en una célula, habría comenzado como un agente interno de una célula (exosoma) que ha encontrado su camino hacia el exterior.
Descabellada para muchos, con sentido para otros, pero sin confirmación oficial al fin y al cabo, la idea de que el coronavirus vino del 5G se basa en los principios de algo llamado "medicina antroposófica" y cuyo precursor, Rudolf Steiner, afirmaba entre otros postulados que los virus son partículas que las células emiten como defensa ante una intoxicación. Intoxicación que en este caso sería achacada a las ondas electromagnéticas del 5G.
En el blog saludsinbulos.com el doctor Luis Pérez Romasanta, del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca se cuestiona este rumor bajo las siguientes premisas:
¿Por qué es necesario el contacto con una persona enferma para adquirir la enfermedad?
¿Por qué no se ha originado la COVID-19 en varias regiones del mundo a la vez sino que va saltando de país en país y de continente en continente?
¿Por qué basta una mascarilla y medidas higiénicas para prevenir contraer la enfermedad?
Según el mismo especialista, resulta extraño que una intoxicación por ondas electromagnéticas afecte a todas las personas con un cuadro clínico similar, lo cual cuestionaría una vez más la tesis de que el Covid-19 no es un virus sino una consecuencia de la implementación de la tecnología 5G.
¿Puede la radiación del 5G debilitar el sistema inmune?
Seamos honestos: no somos expertos en inmunología y manejamos la información que los organismos de salud a nivel mundial ofrecen de manera oficial. Según estos organismos, no hay ningún indicio fiable de que las ondas electromagnéticas del 5G puedan causar coronavirus o síntomas parecidos que confundan el diagnóstico.
Tampoco está comprobado que las ondas del 5G ataquen y debiliten al sistema inmune de las personas, haciéndolas más propensas a contraer el Covid-19.
5G: sin indicios de nocividad según la FDA
Para que nos quedemos más tranquilos: toda nueva tecnología que se implementa en la sociedad, para que pueda implementarse debe ser revisada y aprobada por los entes de salud a nivel internacional. En el caso del 5G, la FDA ha asegurado que no tienen elementos para pensar que no cumple los parámetros de seguridad y que la analizan constantemente, con miras a informar cualquier nuevo descubrimiento sobre su impacto en la salud de las personas. Ahora mismo, no hay nada que asegure una relación entre esta tecnología y el Covid-19.
¿Y qué pasaría si un día cualquiera descubren que sí que hay relación entre una cosa y otra?
Como ya hemos dicho, las tecnologías solo se pueden desplegar si los organismos de salud a nivel mundial las autorizan. Supongamos que, en un mes o en un año, la FDA o la OMS determina que en realidad la conectividad 5G causa daños a la salud, de la manera que sea, no necesariamente con el coronavirus: vale, pues en ese caso, los gobiernos impedirían el despliegue de esta tecnología y los sectores que trabajan con ella tendrían que mantenerse en el 4G hasta encontrar una alternativa cuya incidencia en la salud de las personas no sea dañina.
Casualidad Vs. Causalidad: ¿Por qué hay personas que creen que el 5G causa el Covid-19?
El despliegue del 5G a nivel mundial comenzó en 2018 y ha tenido un gran apogeo durante 2019. Novedosa y, por lo tanto, caldo de cultivo para las dudas, la tecnología 5G se puso rápidamente en el punto de mira de las personas que relacionaron su implementación con el primer brote de coronavirus en Wuhan.
Seguramente con un ánimo plagado de temor y de buenas intenciones, la necesidad de explicar cómo es que en pleno 2020 estamos encerrados en nuestras casas debido a una pandemia mundial, llevó a muchos voluntarios en Internet a crear mapas donde comparaban la incidencia de coronavirus con la presencia de redes 5G. La correlación era casi perfecta, pero obedecía -que sepamos hasta ahora- mucho más a las características intrínsecas de esos lugares, que al comportamiento de la tecnología o del virus per sé.
Por ejemplo, todas las zonas más afectadas eran áreas metropolitanas donde normalmente se despliega primero cualquier nueva tecnología y donde hay una gran concentración de habitantes y un aeropuerto, favoreciendo al mismo tiempo la llegada y la expansión del virus. Sin embargo, en Irán, uno de los países más castigados por el Covid-19, no se ha implementado todavía la tecnología 5G.
Criado en laboratorio: el coronavirus sí es un virus
Simon Clarke, profesor asociado de microbiología celular de la Universidad de Reading, en Reino Unido, en una entrevista con la BBCconfirmó que el Covid-19 es un virus y no un efecto colateral de las ondas electromagnéticas, tanto así, que lo están haciendo crecer para analizarlo en un laboratorio, a partir de muestras obtenidas de personas enfermas.
Aunado a ello, el experto insistió en que estructuralmente son muy diferentes los virus a las ondas de telefonía y que sus interacciones con el cuerpo humano son tan diferenciadas, que comparar a un patógeno con una tecnología de ondas es como "comparar agua y aceite".
Las ondas 5G pueden tocar superficialmente tu piel, no tus células
Hace más o menos una semana, científicos brasileños consiguieron captar en imágenes el momento preciso en el que el coronavirus entra en el sistema, llega hasta una célula, la penetra y la modifica. Este comportamiento es propio de los virus y, dicho mal y pronto, opuesto al de los exosomas (¿os acordáis de los exosomas, que os contamos unos párrafos más arriba?) y está muy lejos de tener similitudes con lo que pueden y no pueden hacer las ondas electromagnéticas del 5G.
Hasta ahora se sabe, según rescata ABC de organismos oficiales como la Agencia Australiana de Protección Radiológica y Seguridad Nuclear, que la radiación te puede tocar superficialmente, pero no es capaz de modificar tus células:
"La radiación puede entrar en contacto con la piel, por ejemplo, cuando ponemos un teléfono móvil 5G en nuestro oído para hacer una llamada. Entonces es cuando estamos más expuestos a la radiación no ionizante. No obstante, esta exposición está muy por debajo del nivel de seguridad recomendado. Esta radiación 5G no puede penetrar la piel ni permitir que un virus penetre en la piel. Tampoco hay evidencia de que las frecuencias de radio 5G causen la propagación del coronavirus".
Siempre se ha dicho que las ondas del móvil son cancerígenas, ¿lo son?
Una vez más, nos remitiremos a las fuentes oficiales, en este caso a la Organización Mundial de la Salud, que ha categorizado las ondas electromagnéticas del 5G como "cancerígeno nivel 2B", lo que quiere decir según sus estándares, que se trata de elementos que a pesar de haberse sometido a estudio no dan indicios suficientes y convincentes de que sean cancerígenos.
Según recoge La Vanguardia, con respecto al 5G la OMS "concluye que las débiles señales de radiofrecuencia procedentes de las estaciones de base y de las redes inalámbricas no parecen tener efectos adversos en la salud). En esta categoría en la que también podemos encontrar sustancias como el café."
Redes sociales luchan contra los bulos
Actualmente, nos encontramos en una situación que es nueva y atemorizante para todos. Piensa por un momento, ¿ha habido otro episodio en tu vida en el que te hayas sentido igual de vulnerable que Brad Pitt, Donald Trump, el Rey Felipe VI o el Papa Francisco? Y cuando decimos "igual" es que es tan igual que estamos todos, tú, nosotros y ellos ante el mismo peligro... No, ¿verdad? Pues imagínate cómo galopa el miedo en un escenario tan peculiar como este.
Debido a eso, la propagación de bulos es nuestro pan de cada día y las ganas de explicar lo que ha pasado para ponerle solución son exponenciales a cada minuto que pasa. Redes sociales como YouTube, Facebook y Twitter han conseguido comprenderlo y se están esmerando en impedir que los rumores prosperen y nos pongan todavía más nerviosos.
Así, los vídeos de YouTube que relacionan el coronavirus con el 5G han sido prohibidos. Twitter está mejorando su aprendizaje automático para reducir la circulación de teorías conspirativas. Facebook, por su parte, ha mejorado sus resultados de búsqueda para que prioricen la información avalada y contrastada antes que mostrar rumores difundidos por y entre sus usuarios.