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La verdadera historia de La Bella Durmiente, antes de Disney


Si alguna vez has soñado con ser una princesa, asegúrate de el sueño te lo cumpla Disney, porque lo de ser princesa a secas no acaba bien la mayoría de las veces, tal como podrás observar en la verdadera historia de La Bella Durmiente, creada mucho antes de que la todos conocemos. La historia de Aurora según Disney está muy suavizada con respecto a la original. ¿Quieres conocer su versión más oscura?

La verdadera historia detrás de las adaptaciones más recientes de La Bella Durmiente

La verdadera historia de las princesas de Disney dista mucho de sus versiones originales. La primera de ellas es la de La bella durmiente. En su versión primigenia Talía -que no Aurora- nació siendo una hermosa princesa, pero tal y como todos conocemos, sobre ella había caído una maldición. Las adaptaciones de La Bella Durmiente comienzan todas así, con el peligro de la vida del bebé si se acercaba a una rueca de lino.

Los padres de la pequeña princesa intentaron protegerla, de modo que prohibieron tanto el cáñamo como el lino en todo el reino. De nada sirvió dicha prohibición, pues cuando Talía cumplió los quince años se pinchó en un dedo. La astilla que se clavó le hizo caer en un sueño tan profundo que hizo que sus padres acabaran dándola por muerta. Abrumados y sobrecogidos por la pena sobrevenida por la muerte de su hija, dejaron todo atrás. Los reyes abandonaron el castillo y dejaron a la princesa dormida sobre un lecho de piedra por toda la eternidad.

La bella durmiente en su lecho de piedra

Las salas se llenaron de una enorme cantidad de musgo y las zarzas comenzaron a adornar todos los muros que encerraban a la princesa. El reino estaba abandonado y el silencio más ensordecedor recayó sobre el mismo. Un día, un rey que deambulaba solitario en mitad de un día de caza llegó hasta las fronteras de este reino, que había quedado desierto. Allí encontró a una joven hermosa que estaba dormida: la princesa Talía. Hasta este punto, todas las adaptaciones coinciden. No obstante, debes saber que de ahora en adelante la historia se complica y el verdadero final de La Bella Durmiente cambia.

Por cierto: tampoco es verdad que Angelina Jolie, tan propensa a las adopciones como es ella, se encariñe con su hijastra y luche por romper la maldición que ella misma le ha lanzado...

Una Bella Durmiente que sí es bella Vs. un príncipe azul que es más bien verde...

La versión más antigua de lo que conocemos como La Bella Durmiente recibía en realidad el nombre de Talía, Sol y Luna. La historia se publicó en 1635 en napolitano, dentro de una colección de diferentes cuentos que se llamaba Pentamerone, y su escritor fue Giambattista Basile.

En la historia inicial, el príncipe azul que conocemos no fue en realidad ese ser encantador, sino un rey más que perverso que se aprovechó del estado de aquella quinceañera.

Cuando el rey llegó a las fronteras del reino y vio a una bellísima doncella en la alcoba, que estaba tal vez muerta o, en su caso, indefensa, decidió aprovecharse de ella. Una vez que hubo desahogado sus deseos más oscuros, se fue al castillo con su verdadera esposa.

La Bella Durmiente y el príncipe

No obstante, la historia no acaba aquí. Parece ser que el organismo de Talía funcionaba perfectamente, ya que corrió la buena o mala suerte de quedarse embarazada en esas circunstancias y, nueve meses más tarde, con la hierba salvaje todavía creciendo por todos los fosos, la princesa tuvo a sus hijos Sol y Luna. El cuento no explica muy bien quién los llamó de ese modo.

La historia continúa con el nacimiento de los niños, que querían alimentarse y, como la princesa estaba dormida y no podían alcanzar los pechos para mamar por culpa del corpiño, le mordieron el dedo en el que se encontraba la astilla que contenía la maldición, y esta se salió. Fue de este modo como Talía se despertó.

Rizando el rizo de lo lúgubre y lo obsceno, la mujer del perverso rey, lejos de repudiar a su marido por ponerle los cuernos y cometer tal abuso contra una joven de quince años indefensa, optó, llena de celos, por raptar a los dos hijos de la chica y cocinarlos.

Por suerte, el rey tenía a un cocinero piadoso al que no le gustaba la idea de asar niños, así que puso en su lugar unos pollos y salvó a ambos bebés. Sin embargo, a la reina no le bastó con comerse a un par de bebés; actuando todavía llevada por los celos, mandó que Talía fuera quemada viva. Su marido, que comenzó a darse cuenta de las cosas que la reina estaba ordenando, y que resultó que al final tenía principios, se llevó las manos a la cabeza y dijo que si alguien tenía que ser quemada viva, mejor que esa persona fuera la malvada reina. Esta fue llevada a la hoguera, y ese sería el verdadero final de La Bella Durmiente.

La otra mirada de la antigua Europa

Hoy en día, es difícil imaginar que lo que conocemos por «cuento» pueda albergar la perversión y el tipo de violencia que tenía la primera versión de La Bella Durmiente y otros de los cuentos de hadas. Sin embargo, desde aquella antigua Europa, nuestra perspectiva del mundo y nuestra visión de las cosas han cambiado de manera radical. Los cuentos que nos contaron originalmente escondían los miedos más profundos de nuestra sociedad, los oscuros rincones que tenemos en nuestra cultura.

Además, todos ellos tienen la característica de pertenecer a momentos concretos de la historia. Lo que debemos pensar es que estas narraciones se transmitían de manera muy diferente a como se hace hoy en día, de boca de abuelas o de madres hacia hijos que siempre estaban helados y tiritando de frío en las oscuras aldeas de la antigua Europa, donde se pasaba hambre. Y asuntos como el pecado, la infancia, la muerte, el sexo o el hecho de ser mujer, se trataban de manera muy distinta a como se hacen hoy.

Adaptaciones de La Bella Durmiente

Tal y como te hemos contado, fue en el año 1635, en Nápoles, donde se creó la versión más antigua del cuento que conocemos hoy en día. Desde entonces, las distintas adaptaciones de La Bella Durmiente han ido brotando y mutando a través de los nuevos elementos que se iban añadiendo poco a poco a la pócima que dio lugar a la historia que ha llegado hasta nuestros días. Más adelante, las páginas de los libros y los fotogramas de las películas han creado su magia y, a la vez, perdido su oscuridad a lo largo del camino.

La tenebrosidad de La Bella Durmiente hoy es prácticamente inexistente. Entre las versiones más famosas encontramos la de Charles Perrault, que publicó en 1697 el cuento de Belle au Bois Dormant en su famoso libro «Cuentos de Mamá Ganso».

Otra que también es muy conocida es la de los hermanos Grimm, que publicaron Dornröschen algo más de un siglo después, en 1812. De nuevo, pasados unos cuantos años más, Walt Disney publicó la historia que conocemos actualmente y que más popular es en todo el mundo, esa historia que nos presenta a la rubia y delicada princesa Aurora, una chica que no encaja en la realidad de la Edad Media, pero cuyo papel hace que se pierda la oscuridad original.

Sin duda, las adaptaciones modificaron en gran medida la verdadera historia. Perrault optó por añadir una malvada bruja, un elemento al que se sigue recurriendo mucho en los cuentos y que continúa dando mucho gancho a cualquier historia. La bruja de la historia del autor llevó a cabo una maldición y, acto seguido, añadió también unas cuantas hadas muy alegres, simpáticas y vivas que van ayudando a la princesa, así como un príncipe valeroso que despierta con una muestra de amor verdadero a la princesa, a través de un mágico beso.

De este modo, Perrault redujo la versión violenta de la historia de Basile y la transformó para que pudiera ser disfrutada por todo tipo de públicos. Los hermanos Grimm, a inicios del siglo XIX, hicieron más o menos lo mismo al ir recopilando los cuentos orales y populares de todo el continente europeo. En el caso de La Bella Durmiente, ambos hermanos tomaron como base la versión de Perrault, que ya estaba previamente descafeinada. Y aún la modificaron más: al final del cuento, el príncipe y la princesa acaban juntos y felices, tal como bien sabemos hoy en día.

Mucho tiempo después, Walt Disney utilizó para su película de animación esta última versión de los hermanos Grimm. Además, en la película se añade el extra de que la trama se matiza y adapta para que fuera atractiva para el público moderno de la época. Así, en la adaptación de la película se añade el elemento de «chico conoce chica» entre los protagonistas: Aurora y Phillip, la princesa y el príncipe, y el eterno sueño en dicha película tan solo dura una noche. Para Disney, La bella durmiente ha significado unos valores: un buen corazón, buenos sentimientos y respeto por los animales y la naturaleza.

Con respecto a la adaptación real de La bella durmiente, Disney dio un verdadero giro a su villana Maléfica, ya que humanizó a su personaje (un personaje que ni siquiera existía en la primera versión del cuento). Aunque añadió momentos de tensión, todos acabamos cogiéndole cariño al personaje de Angelina Jolie. Y, de todos modos, ¿qué es esa tensión en comparación con la historia original?

Otras curiosidades sobre el origen de las princesas de Disney

Si te ha sorprendido la verdadera historia de La bella durmiente, espérate, que hay más. A continuación, te mostramos más sorpresas sobre las diferentes princesas de Disney que tanto nos gustan en la actualidad.

La sirenita Ariel

La verdadera historia de Ariel es bastante más triste que la que conocemos. Se basa en un cuento clásico de Andersen en el que la sirenita se enamora del príncipe al salvarlo. Se cambia la cola por unas piernas que, a cada paso, le provocan un profundo dolor, pero no merece la pena el disgusto, porque su amado se casa con otra chica pensando que es esta quien le ha salvado. La sirenita, entonces, vuelve al mar convirtiéndose en espuma de mar eternamente.

Mulán

Su historia se basa en una guerrera que sustituyó a su padre en la guerra. Era una persona muy hábil que no tenía que ocultar su identidad, pero al volver, tras diez años de lucha, su padre había muerto. Al final, la valiente guerrera se suicida.

Rapunzel

La historia de Rapunzel surge de un cuento de los hermanos Grimm. En el original, la bruja descubre que Rapunzel está con el príncipe y le corta su pelo, lo cuelga y el príncipe cae por la ventana quedándose ciego con unos espinos. Entonces, comienza a deambular hasta que Rapunzel lo encuentra y cura con sus lágrimas.

Blancanieves

El cuento original es también de los hermanos Grimm. La diferencia es que en él, la bruja es castigada, obligada a utilizar zapatos de hierro al rojo y a bailar hasta que muere quemada.

Pocahontas

Se basa en la vida de una nativa norteamericana, Matoaka, que vivió en el siglo XVII y que fue secuestrada por unos colonos ingleses. Pocahontas se casó con John Rolfe, que plantaba tabaco, y acabó muriendo a los 21 años.

La bella y la bestia

Este cuento se basa en la historia de Madame Gabrielle-Suzanne de Villeneuve. En ella, Bella tenía dos hermanas que eran muy malvadas. La bestia permite que Bella las visite, pero las hermanas se ponen muy celosas de la vida de lujo que lleva Bella, así que la convencen para que se quede más tiempo con ellas, y así la bestia desate su ira. Sin embargo, esto no pasa: ella vuelve, le confiesa su amor y se rompe la maldición, volviendo él a ser humano.

Cenicienta

Se basa en el cuento de Charles Perrault junto con los hermanos Grimm. En él, una de las dos hermanastras se corta el talón y la otra se corta los dedos del pie para así conseguir que el zapato de cristal les entre. Sin embargo, una paloma hace que el príncipe se dé cuenta de la mancha de sangre y la verdadera Cenicienta acaba saliendo a la luz.

Elsa

Es una de las princesas más modernas de Disney, pero su origen vuelve a ser antiguo, ya que se basa en La reina de hielo, de Andersen. En la historia original, la princesa secuestra a un niño y lo hechiza dándole un beso. Entonces, Gerda, una amiga del pequeño, debe acudir a salvarlo.

Moana o Vaiana

Moana se inspira en una historia de la Polinesia que se basa en los mitos de la cultura de esta área del Pacífico. En ellos se cuenta que las islas se crearon por el semidiós Maui, un ser muy divertido que cambia de forma continuamente.

La verdadera historia de La Bella Durmiente y de las demás princesas de Disney nunca dejará de sorprendernos. Sin duda, los años y la cultura van amoldando y actualizando las historias. A ti, ¿qué versión te gusta más?

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