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La pandemia de coronavirus ha cambiado en poco tiempo muchas de nuestras habituales costumbres y ha introducido en nuestro día a día nuevas formas de comportarnos e incluso elementos ya cotidianos con los que hace unos meses ni siquiera contábamos.
Mascarillas y geles hidroalcohólicos se han convertido en dos complementos indispensables para nosotros, guardar la distancia social es ya casi una obsesión entre la mayoría y es posible que ni recuerdes la última vez que sacaste dinero del cajero para pagar en metálico en un establecimiento.
El modo en el que realizamos nuestras compras ya estaba siendo sustituido por novedosos métodos, pero ahora se ha convertido en la principal manera en la que la tecnología ha sustituido a monedas y billetes. ¿Será un cambio definitivo?
El dinero digital se ha impuesto en los últimos tiempos como la principal opción de pago en nuestras compras.
El dinero físico, el que va de mano en mano transportando virus y bacterias, ha sido casi desterrado de nuestras costumbres.
Es más, hasta las propias tarjetas bancarias han pasado a segundo plano ante la irrupción del dinero digital, es decir, el que se envía directamente a través de una aplicación móvil u otro sistema electrónico.
Nuestras compras, de hecho, cada vez se realizan más vía internet, pues en los últimos meses se ha impuesto esta tendencia por delante de acudir a tiendas físicas.
Ese dinero digital, que se almacena a través de un soporte electrónico, permite realizar transacciones sin necesidad de dinero físico ni de tarjetas bancarias. Es más, en algunos casos ni siquiera es necesaria la intermediación de una entidad financiera.
La tendencia a pagar sin efectivo se estaba implementando en nuestra sociedad de una manera más gradual, con mayor crecimiento en países como Dinamarca, que en 2016 permitió que los comercios se negaran a los pagos en efectivo y que se ha propuesto erradicar el cash para 2030.
Sin embargo, la pandemia de COVID-19 ha precipitado esta forma de pago digital entre los consumidores de todo el mundo, obligando incluso a las pequeñas empresas a adaptarse en tiempo récord para poder cobrar a través de Bizum, PayPal, pago a través del smartphone u otros métodos de este tipo.
El dinero digital o electrónico funciona como un medio de pago virtual que permite realizar transacciones a través de internet, del teléfono móvil o incluso de tu televisor inteligente.
Es un método de pago instantáneo y confidencial y, por lo general, de total confianza para consumidores y comerciantes.
Aunque puedas llegar a confundirlo, el dinero digital no es lo mismo que las famosas criptomonedas. Éstas son una variedad de ese dinero virtual.
Mientras el dinero digital está totalmente regulado y sale de tu banco, las criptomonedas (como el bitcoin o la moneda lanzada por Facebook, por ejemplo) son creadas por iniciativas privadas y no son controladas por el Banco Central.
Este tipo de monedas digitales de carácter privado sufren mucha volatilidad por su alto valor especulativo y su opacidad facilita su uso para actividades ilegales e incluso puede resultar interesante para países con una inflación muy elevada.
No están reguladas por los sistemas financieros convencionales y tampoco pueden ser rastreadas pero eso no quiere decir necesariamente que no sean seguras, ya que están encriptadas en línea.
Ya habrás comprobado, a medida que has ido dando de lado al dinero en efectivo, que el dinero digital trae a tu día a día una serie de beneficios que igual ya te han hecho pensar que no volverás a tocar un billete o una moneda en tu vida.
Entre las muchas ventajas que tiene el dinero electrónico, aquí resumimos las más interesantes:
¿Todavía te resistes a dejar el dinero en efectivo? ¿No te imaginas todavía el mundo sin monedas y billetes circulando de mano en mano? Seguramente seas de los que todavía desconfían de los métodos de pago digitales porque, ciertamente, ésa es una de las (todavía) grandes desventajas de utilizar dinero electrónico en nuestras transacciones.
Vamos a repasar cuáles son los principales problemas o inconvenientes de terminar con el dinero en efectivo y apostar por el dinero digital:
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