Nuestros otros blogs
Destacamos
Tags
Ver más
El blog de
A todos nos ha pasado. Con la emoción, al llegar a la playa y ver el mar nos quitamos la ropa y nos lanzamos al agua como quien se lanza a por una prenda en rebajas. Y, una vez pasada la euforia y el calor, nos tocamos el bolsillo y comienza el drama que como mínimo te fastidia el día. Tu gozo (y tu móvil), en un pozo bien llenito de agua.
Quizá estás pensando que eso a ti no va a pasarte porque tu móvil es resistente al agua pero, ¿significa eso que hoy en día Jacques Costeau podría llevarse el móvil en sus exploraciones? Spoiler: mejor no lo intentes.
Vale, te han dicho que tu móvil es resistente al agua pero, ¿a cuánta agua? ¿Unas simples salpicaduras o un tsunami como el de Lo Imposible?
Existe un certificado oficial estándar llamado IP (de International Protection, no se curraron demasiado el nombre, no) que marca distintos niveles de resistencia al agua y al polvo que se asignan a cada móvil poniéndolos a prueba en laboratorios. Vamos, que unos tipos se dedican a hacer todo lo que no deberías hacerle a tu móvil y encima cobran por ello. Y tú haciéndolo de gratis.
Los certificados IP no son exclusivos de los móviles, sino que también se usan para todo tipo de aparatos electrónicos, ya sean portátiles o incluso televisores, por si se os ocurre ver el final de vuestra serie favorita sumergidos bajo el agua.
El IP lleva dos números. El primero nos dice la protección contra el polvo, mientras que el segundo, el que nos interesa, indica cómo de resistente es nuestro móvil a un buen chapuzón.
Los números de resistencia al agua va del 0 al 9, donde 0 es “no deslices la pantalla con el dedo mojado que me muero” y 9 es “vamos a fin del mundo que llevo el bañador puesto”. A partir de nivel 7 ya estamos hablando de móviles sumergibles que aguantan hasta media hora a un metro de profundidad. Y si subes de nivel la cosa tampoco mejora demasiado, así que lo de hacer submarinismo mientras contestas whatshapps tendrá que esperar.
Para los que les gusta Apple, debes saber que desde el iPhone 7 hacia arriba todos cuentan con una IP 67. Es decir, un nivel 7 de resistencia al agua. Como decíamos, lo suficiente como para considerarlos móviles sumergibles.
Ahora bien, si quieres un punto más de protección también tienes modelos como el LG G6, que cuenta con una IP 68. LG nos garantiza que podemos sumergir su teléfono medio metro más, también durante 30 minutos. Eso sí, nos avisa de que evitemos el agua salada de mar y temperaturas más altas de 35º, así que sus bondades quedan descartadas en playas y jacuzzis.
Samung también tiene modelos con la misma protección que el terminal de LG, por ejemplo el Galaxy S8 para que tu piel morena sobre la arena, se moje más que una sirena. ¿Esto no era una canción?
Otra alternativa es hacerte con un Sony Xperia XZ1, ya que la marca japonesa lleva desde 2013 logrando resistencias de nivel 7 en sus smartphones, así que saben de lo que hablan.
Eso sí, si tienes manos de mantequilla y tu móvil gasta más tiritas que tú también te avisamos de que la resistencia puede no ser la misma en cualquiera de los modelos anteriores.
Pues si no quieres cambiarte de móvil también podrás disfrutar de un buen bañito, ¡faltaría más! El truco más sencillo y barato es usar una funda impermeable transparente para tu móvil.
Hoy en día tienes muchos modelos que por algo menos de 10 euros mantendrán tu móvil lejos de acabar como el Titanic. Por ejemplo, la funda Yosh, de la que ya os hablamos aquí, sirve para cualquier modelo que no supere las 6 pulgadas y cuenta con una resistencia IP de nivel 8, de las mejores que puedes encontrar en un móvil. Tan seguros están de su efectividad que ofrecen una garantía de por vida. Vamos, que Yosh mantendrá siempre a salvo tus fotazas y cuidará de tus contactos hasta que la muerte os separe, casi como un matrimonio.
Como ves, las opciones son variadas y para todos los bolsillos. Si no quieres vivir el drama de que el elemento básico para la vida dé muerte a tu móvil, házte con alguna de estas opciones. Y que nada ni nadie destroce tu verano perfecto.
