Sí, estás volviendo a ver a personas por la calle apuntando con sus móviles a cualquier esquina, como cuando todo el mundo andaba como loco buscando Pikachus. Si te ha flipado la nueva peli de dinosaurios, Jurassic World: el reino caído, dirigida por el gran J.A. Bayona, ya tienes la excusa perfecta para engancharte a Jurassic World Alive, el nuevo juego de realidad aumentada similar a Pokémon GO, pero con dinosaurios muy tochos.
Hemos decidido salir a la calle para comprobar si el lanzamiento de Jurassic World Alive volverá a causar la misma locura que su antecesor o si, por el contrario, acabará extinguida en menos de lo que grazna un pterodáctilo.
Primeros pasos en el juego
Empezar a jugar es sencillo. Como en Pokémon Go, tras un breve tutorial te aparece un mapa con los dinosaurios que hay en tu barrio. Como hacían los más listillos con aquel juego, podríamos coger el transporte público para intentar engañar al sistema y tener acceso a más dinosaurios, pero este nos hubiera dicho que vamos demasiado rápido y que no juguemos si estamos conduciendo, así que nos decantamos mejor por el “método San Fernando”: un ratito a pie y otro andando.
Las calles están bastante petadas de dinosaurios, como velociraptores y einiosaurus, una especie similar a los tricerátops, así que nos disponemos a escoger una víctima. En el juego Jurassic World Alive, cuentas con un dron que lanza dardos para recoger ADN de los dinosaurios. Pero ojo, porque sobre cada animalillo hay una dianasaurio que se mueve y tienes un tiempo limitado por la batería del dron, así que más te vale tener puntería y ser rápido disparando si quieres tener una colección de cromos digna de Panini.
Tras un rato nos ha quedado claro que no ganaríamos jamás una medalla olímpica de tiro con arco, Hemos sudado la gota gorda para lograr el ADN suficiente con el que poder recrear un velociraptor. Si logramos más ADN de esta especie, no nos servirá para crear una familia feliz al estilo de la serie Dinosaurios, sino para subir de nivel al bicharraco.
En la calle también puedes encontrar suministros en distintas paradas, como baterías para el dron o dardos por si te quedas sin, como sucedía con las pokéballs. También has de tener en cuenta que no se te acaben los suministros de la vida real, como la batería de tu smartphone o los datos, que el juego consume que da gusto. Para no ver el simbolito de “cargando” cuando te aparezca el bicho más top del periodo jurásico, te recomendamos la Tarifa Infinita de Yoigo.
El laboratorio de dinofrankensteins
En el laboratorio, además de dar vida a las más de 100 especies diferentes de dinosaurios que ofrece el juego, también podemos hacer mezclas de ADN para recrear dinosaurios híbridos totalmente tuneados. Como hacían en la saga Fast & Furious con los coches, pero con bichejos de 10 metros de alto.
Nosotros no podemos hacer fusiones porque no puedes juntar a los dinosaurios que te dé la real gana y no tenemos a los que te permiten hacer match, pero todo se andará. Por lo que vemos en gameplays, estos dinofrankensteins nos recuerdan al indominus rex, una especie ficticia de dinosaurio genéticamente modificado que se convirtió en la atracción principal del parque temático de ficción, Jurassic World, y también en su peor pesadilla.
En el juego, estos animales híbridos cuentan con ventajas importantes en comparación con los dinosaurios del montón, como por ejemplo que empiezan siempre con un nivel superior a 1 y que cuentan con más habilidades para las batallas.
Las batallas
En nuestra primera partida no hemos llegado a tener los cuatro dinosaurios que hacen falta para jugar en el modo batalla pero, por lo que hemos visto, también se parece mucho a los combates de Pokemon GO. Básicamente son peleas de gallos prehistóricas para enfrentar a tus jurásicos campeones con los de los otros jugadores online.
Cada jugador tiene un ataque por turno y cada dinosaurio cuentan con una barra de vida que se irá reduciendo conforme lo ataquen. Gana el que deje K.O. a tres dinosaurios de su contrincante pero tranquilo que, después del combate, sigues teniéndolos vivitos y coleando. Imagina la de malos rollos que podrías ahorrarte en la vida real si todos tuviéramos el juego de Jurassic World Alive. ¿Que alguien te ha quitado el asiento en el metro? Lo retas a un combate. ¿Que un tipo se te cuela en la cola del cine? Zarpazo de diplodocus que te endiño.
Eso sí, para no estar perdiendo continuamente, tendremos que preocuparnos de subir de nivel a nuestras criaturitas consiguiendo mucho ADN. En este sentido, es mejor tener pocos dinosaurios pero más fuertes que un tronista, porque en los combates se escogen tres dinosaurios al azar. Y es que tanto en este mundo como en el jurásico, quien mucho abarca poco aprieta.
Si pagas, todo es más fácil
Como en la mayoría de juegos de este tipo, si quieres avanzar mucho más deprisa tan solo tienes que pagar para que hasta los tyrannosaurus rex te toquen las palmas.
Ya sea haciendo micropagos, como con una suscripción mensual por 9,99 euros al mes, podrás contar con baterías, dardos o monedas extra para cazar y evolucionar tus dinosaurios como si no hubiera un mañana, además de ahorrarte grandes caminatas. Pero eso no quiere decir que no puedas competir de igual a igual sin poner un duro. De ti depende decidir si vas a usar el camino largo, o si prefieres tomar un atajo.
Tras volver a la oficina, dejamos el juego con la sensación de haber visto pocas novedades en comparación con Pokemon GO. Aún así, el lanzamiento de Jurassic World Alive sigue conservando el mismo nivel de diversión que su antecesor, además de ser una oportunidad de oro para actualizar tus conocimientos sobre especies dinosáuricas mientras te lo pasas en grande.