El desarrollo de internet y de las redes sociales ha traído muchos aspectos positivos, pero también ha generado situaciones de acoso que causan perjuicios graves a las personas que los sufren. El cyberstalking es una de esas situaciones en las que una víctima es espiada de forma constante.
El cyberstalking se caracteriza por investigar a una persona o a una empresa usando internet y las redes sociales, pero esa investigación se lleva a cabo de una forma obsesiva, repetitiva y premeditada. Además, llega un punto en el que el usuario espiado es consciente de ello. Rechaza esa situación, pero no es capaz de evitarla.
Detrás del cyberstalking hay un interés por un perfil digital que es obsesivo. De hecho, los perfiles que sufren el cyberstalking son investigados en foros, en redes sociales o en chats. También es frecuente que los usuarios que ejecutan el cyberstalking sean personas que han tenido una relación sentimental con la persona espiada o que haya habido una amistad que no terminó adecuadamente. Otro caso que se puede dar es que una empresa aplique el cyberstalking con una entidad de la competencia.
Por otro lado, dentro del mundo digital se pueden encontrar dos conceptos que son muy similares, pero que también tienen diferencias entre ellos. Por ello es necesario determinar qué es ciberbullying y cyberstalking.
El primer caso se trata de mensajes repetitivos que son producto del seguimiento desmedido de la actividad digital de una persona o entidad. Además, todo esto se produce en un contexto de acoso e intimidación.
Por su parte, el ciberbullying es llevado a cabo por niños y adolescentes y se basa en la creación de un ambiente totalmente hostil para una víctima que recibe mensajes intimidatorios a través de las plataformas digitales. También puede ocurrir que la víctima se vea sometida a comportamientos vejatorios que se producen a nivel analógico, pero que son grabados y difundidos digitalmente.
¿Cómo se puede evitar el ciberacoso?
El ciberacoso se ha convertido en un problema al que tienen que hacer frente muchas personas y empresas que se ven intimidadas digitalmente. Por eso se han establecido algunas medidas básicas que buscan evitar que tengan lugar estas prácticas.
Generalmente, estas medidas se centran en evitar entrar en insultos, en denunciar situaciones de ciberacoso y en monitorizar los dispositivos con el objetivo de impedir que otros usuarios accedan a ellos, todo esto pasa por no compartir contraseñas ni ningún tipo de información personal o profesional.