Cuando la mayoría de nosotros estábamos jugando con los Playmobil, ellos ya empezaban a inventar productos, fundar compañías y dar conferencias en medio mundo. Es lo que tiene ser un genio precoz cuya progresión parece infinita.
Nadie sabe lo que podrán llegar a lograr en el futuro pero es muy probable que, tras los próximos avances e innovaciones de la humanidad, estén sus prodigiosas mentes.